Cajamar se adelanta a la reforma de las cajas rurales que reclama De Guindos

El Gobierno pide crear sistemas institucionales de protección por si hay problemas de gobernanza y solvencia, un aparato que la almeriense puso en marcha en 2009

Aprueba sus cuentas de 2016, con 76 millones de beneficio

La cúpula directiva de Cajamar, en las primeras filas de la asamblea.
Elio Sancho

05 de mayo 2017 - 02:33

"Se trata de crecer, sí... Pero crecer juntos". Este es el lema que exhibió ayer Cajamar en el vídeo que mostró minutos antes de la celebración de su Asamblea General Ordinaria, a la que asistieron más de 250 delegados, en representación de sus más de 1,4 millones de socios.

La cooperativa de crédito almeriense lo tiene claro y lanza un mensaje a sus clientes, a los que convida para que la acompañen en el viaje; también es un guiño hacia otras cajas rurales, avisando de que sólo emprenderá proyectos de fusión o integraciones cuando se coincida en los mismos objetivos.

Bajo esa filosofía, Cajamar exhibió ayer buena salud financiera ante sus socios, además de mostrar que ha sabido hacer los deberes, incluso, mucho antes de que el 'profesor' los pusiera en la pizarra.

Para el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, era la primera asamblea al frente de la entidad, pues fue elegido en el cargo en la anterior, celebrada el 27 de abril de 2016.

Baamonde hizo hincapié en la reforma de la Ley de Cooperativas de Crédito, unos deberes que el Gobierno central había pospuesto y que el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha reactivado a finales del pasado año. Según el presidente de Cajamar, "todo indica" que esta reforma va a incentivar la constitución de sistemas institucionales de protección (SIP) con el fin de dar respuesta a eventuales problemas de gobernanza y solvencia que puedan presentarse en un futuro. Una cuestión que Cajamar tiene resuelta, ya que en 2009 se anticipó con la constitución del primer SIP del sistema financiero español, actualmente integrado por 20 entidades, y que lleva funcionando desde 2014 bajo la supervisión del Banco Central Europeo, tras superar con nota la entidad almeriense los famosos 'test de estrés'.

En ese sentido, Baamonde recalcó que "esa iniciativa sea también para otras entidades un nuevo y verdadero paso adelante encaminado a una mejora de la gobernanza, y a garantizar la capitalización y la solvencia de todas las entidades".

Ese instrumento pionero de Cajamar le supone ahora navegar en aguas tranquilas, por lo que el futuro se mira con expectativas de crecimiento muy positivas. El ejercicio 2016 lo ha cerrado con un beneficio de 76,1 millones de euros, un 8,4% más que el año anterior, cuentas que aprobó ayer la asamblea. Todo ello, a pesar del contexto "convulso" que ha supuesto 2016, "con importantes cambios de alcance geopolítico, que han aumentado la incertidumbre y suscitado nuevos riesgos económicos, financieros, políticos y sociales", apuntó el presidente de la entidad almeriense.

Aunque recordó que la economía española creció un 3,2% en 2016, la inversión crediticia "se contrajo por sexto año consecutivo, con un recorte del 3,8%, en nuestro caso hemos conseguido incrementar nuestra cuota de mercado nacional que alcanza ya el 2,6%". A ello se une el hecho de que los tipos de interés continúan en mínimos históricos, lo que hace pensar que "el negocio tradicional de la banca ya no es sostenible, lo que obliga al conjunto del sector a reinventarse", añadió.

Por ello, Cajamar ha abierto nuevas líneas de negocio e incrementado sus recursos fuera de balance, más de un 24% respecto a 2015. Baamonde indicó que la caja almeriense está "ante una evolución positiva de nuestros resultados, sobre todo teniendo en cuenta el esfuerzo realizado en las provisiones de los últimos meses". Según explicó el director general de Cajamar, Francisco González, la cooperativa dotó provisiones por valor de algo más de 169,5 millones de euros en 2016, un 65,6% más que el año anterior, para hacer frente a las posibles consecuencias de la sentencia del Tribunal de Justicia de Luxemburgo sobre la retroactividad total de las cláusulas suelo.

Baamonde remarcó el saneamiento del balance que ha realizado, reduciendo en 940 millones de euros el activo irregular, lo que ha permitido rebajar el coeficiente de morosidad en más de un 2% hasta alcanzar el 12,9%. A ello se une el nivel de solvencia, con unos recursos propios computables que se han visto incrementados en un 18,6% con respecto al ejercicio anterior y que han permitido mejorar nuestro coeficiente de solvencia en un 1,4% hasta alcanzar el 13%.

El presidente de Cajamar aplaudió también el crecimiento de la base social, con más de 1,4 millones de socios cooperativistas, con un capital social que supera los 2.500 millones de euros.

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