Cajamar confirma la crisis: el valor de la producción disminuye un 7%
El precio medio alcanzado por las frutas y hortalizas cultivadas en la provincia en la campaña 2010-2011 ha caído un 7,7%, mientras los kilos han crecido un 0,96% · El valor de la producción alcanzó los 1.331 millones
El campo anda revuelto estos días, con la tercera campaña hortofrutícola consecutiva en la que el arranque de campaña tiene unos precios irrisorios. Los agricultores llevan ya tres semanas de movilizaciones en contra de su cliente, la gran distribución, al que acusan de "buitre" por comprar por debajo del precio de coste y vender en los lineales con márgenes que pueden llegar (y superar) al 500 ó el 1.000%.
Ante este panorama, con la agricultura de plena actualidad, y como pilar fundamental para la economía de Almería, la Fundación Cajamar presentó ayer su 'Análisis de la campaña hortofrutícola de Almería 2010-2011', cuyas conclusiones dan la razón a los agricultores.
"Ésta no ha sido una buena campaña, en la que las cotizaciones no han acompañado y en cuyo cierre fue el desgraciado incidente de la bacteria E. coli", recoge el informe. Y remata: "La reducción progresiva de los precios y el aumento de los costes va a conducir de manera casi segura a una reordenación del sector, en el que posiblemente primarán empresas de mayor tamaño y con amplia gama y las muy especializadas en productos de menor demanda, pero más selecta". Todo un aviso a navegantes. En román paladino, el campo debe cambiar su modelo, de una vez por todas, si quiere sobrevivir; y para ello, tiene que concentrarse y ofrecer productos de valor añadido.
La producción de frutas y hortalizas en Almería aumentó un 0,96% en esta campaña hasta llegar a las 2.814.860 toneladas, a pesar de que la superficie cultivada ha experimentado un retroceso dl 2,79%, hasta quedar en 45.836 hectáreas (incluye área invernada más, al aire libre). Esto ha sido posible gracias a la mejora de los rendimientos, es decir, la productividad, que ha crecido un 3,85% hasta situarse en 61,4 toneladas por hectárea.
Por su parte, el valor de la cosecha se ha situado en 1.331,6 millones de euros, incluyendo la lechuga (otros años no se había tenido en cuenta), mientras que sin este cultivo el dato baja hasta los 1.228 millones. Esta cifra supone una caída de un 7% en comparación con el año anterior, lo que significa darle la razón al campo ante las protestas que viene realizando.
Precisamente, el director de Negocio Agroalimentario, Roberto García Torrente, minutos antes de la presentación del informe reconoció que entiende el malestar de los agricultores ante lo que está sucediendo con la gran distribución. "Los alimentos, en general, y las frutas y hortalizas, en particular, quizá han sido utilizados en estos años de crisis para intentar contener la subida de los precios e intentar no empeorar la renta de los consumidores. Hemos asistido a los años en que las hortalizas se han vendido más baratas de cara al consumidor. Ese esfuerzo por abaratarlas, quien lo ha asumido ha sido fundamentalmente los agricultores y las comercializadoras en origen. Y en una situación en la que los costes aumentan y los precios de venta no tienes capacidad de decisión, se genera una situación complicada".
El resumen por cultivos muestra al calabacín y el tomate como los principales perjudicados de esta situación, con caídas medias de su precio de un 42,4% y un 24,2%, respectivamente; el melón ha caído un 14,1% y su valor de producción un 19,9%; la berenjena también ha descendido en el precio, un 9,3%; en el lado opuesto está la sandía, cuya cotización media ha crecido un 39,3% (partía de un precio muy bajo en la campaña pasada); pimiento y judía han crecido un 11,1% y un 17%, respectivamente; el pepino cayó un 1%.
El director del Servicio de Estudios de la Fundación Cajamar, David Uclés, destacó el buen comportamiento de las exportaciones, con un nuevo récord. En la campaña 2010-2011 se destinaron 1.761.506 toneladas, el 63,2% del total de la producción y un aumento del 8,2%; su valor fue de 1.594 millones de euros, un 4,4% más. Esta demanda externa ha sido el salvavidas de la cosecha, pues la caída del consumo interno (-1,3% en frutas y -5,1% en hortalizas).
Los costes han vuelto a crecer, como el año pasado. Los gastos corrientes de explotación, un 2%, la mano de obra, la partida más importante, un 2,1%, y el agua, un 3,6%.
Ante lo que se avecina, el estudio de Cajamar no pone paños calientes: "El futuro se perfila complicado", recoge. Y avisa de que la reforma de la PAC, aunque no afecte a la renta de los agricultores almerienses (supone sólo el 3%, dijo Uclés), sí serán importantes las decisiones que se tomen en materia de proteccionismo o, en este caso, la liberalización de los mercados, cada vez mayor para países del sur y de Latinoamérica (Mercosur, más cerca).
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