Vecinos de La Cañada de Almería, hartos de 16 años de fiestas de barrio “sin organización”

El inicio de unas fiestas patronales debería ser motivo de alegría y no de angustia como la que han trasladado los vecinos directamente afectados por la feria de La Cañada, que está a punto de empezar este 25 de mayo y lo hace con la disconformidad de los residentes.

Han remitido un escrito a la asociación de vecinos del barrio para que, a su vez, lo haga llevar al Ayuntamiento en el que solicitan medidas básicas de organización, pues no solo se quejan de las consabidas molestias derivadas de la música y el jolgorio que llevan, según aseguran, 16 años soportando.

Lo primero que exponen es la petición de traslado del lugar de celebración de las fiestas a un espacio que genere menos incomodidades vecinales y, de ser inviable, la aplicación de medidas como una mayor limpieza, presencia policial, control de la emisión de ruidos y cierre de las casetas a la hora establecida, así como una mejor organización del espacio que ocupan los feriantes, también en beneficio de los mismos.

Son muchas las cuestiones que denuncian en su escrito. Entre ellas, que las casetas se instalan “sin respetar” las distancias establecidas con las viviendas e impiden el acceso de vehículos de emergencia. “Controle que las personas que viven en esta zona de acampada cuiden las mínimas normas de decoro. No pueden ducharse fuera de los vehículos y no deben de hacer sus necesidades fuera de los vehículos”, le indican a la presidenta de la Asociación a la que también trasladan su queja porque estas situaciones las viven más allá de los días de fiesta. “Las caravanas permanecen vertiendo agua, haciendo ruido, con olores unos 15 días y nadie se pasa por aquí para evitar esto”

Señalan, además, que en las pasadas ediciones , “en la puerta y garajes de nuestras casas sufrimos vómitos, orines y defecaciones, hasta el punto de orinar la gente en las rampas que llevan a las cocheras y llegar dicha orina al interior de nuestras viviendas” a lo que suman las molestias de la celebración de botellones y unos servicios de limpieza que, tal y como describen, son insuficientes para restablecer la normalidad en las calles y zonas ajardinadas por lo que requieren del Ayuntamiento servicios extraordinarios durante los cuatro días de festejos.

Por otro lado, los feriantes están también inmersos en un conflicto por el pago de las cuotas del solar en el que se instalan las atracciones con asociaciones de este sector enfrentadas.