Canadá compra la primera producción de marihuana medicinal bajo plástico

El primer invernadero de marihuana medicinal o cáñamo (Cannabis sativa), de la provincia de Almería ha despertado gran interés internacional. Cuando aún no ha comenzado la plantación en los terrenos de Retamar, la empresa promotora, GSG & Associates, ha cerrado un acuerdo con una de las farmacéuticas líderes en este mercado, la canadiense Mandara Pharma, que ha comprado toda la producción de las primeras diez hectáreas, según ha informado el presidente de GSG, Antonio Veiga.

El acuerdo se cerraba la semana pasada en Madrid y refuerza este ambicioso proyecto a desarrollar en la capital almeriense, con varias iniciativas interrelacionadas que tienen como base las propiedades beneficiosas de dos de los componentes de la marihuana, el CBD o cannabidiol, que actúa sobre el cerebro (ansiedad, depresión, epilepsia, fobias, adicciones, alzhéimer, etc.), y el THC o tetrahidrocannabinol, con la capacidad de aliviar el dolor (esclerosis múltiple, artrosis, artritis reumatoide, cáncer, etc.).

La idea es levantar en la capital un hospital puntero especializado en oncología y enfermedades raras con laboratorio de I +D para la investigación de nuevos tratamientos y terapias basadas en el uso de CBD, (aceite extraído de la planta del cáñamo), junto a un centro independiente para empresas de investigación en áreas de biotecnología y un hotel donde puedan hospedarse los familiares de las personas ingresadas, además de esta planta de producción, que es la primera pieza del proyecto que empieza con la venta de la producción a Canadá.

Pero el interés internacional que ha generado este invernadero de Almería también se ha traducido en los currículos que GSG & Associates ha recibido en avalancha. Son unas 2.000 las personas que en apenas unas semanas se han dirigido a la empresa, a través de su web, en respuesta a la oferta de cuatro puestos de trabajo cualificado, entre los que destaca el director de la planta y los diferentes técnicos de cultivo, extracción y secado, y de 1.625 jornales para los que no se requiere cualificación.

La mayoría son demandantes de empleo españoles, si bien, y como dato curioso para el que Veiga no tiene explicación, es que prácticamente ha recibido el mismo número de currículos de búlgaros. “Los hay de todo el mundo, Rusia, Grecia, Portugal, Tailandia...”, comenta con satisfacción.