Carmen de Burgos Seguí: Onomástica redonda
Colombine. En este año se cumple el 150º aniversario del nacimiento de Carmen de Burgos Seguí. Es el momento de reivindicar definitivamente su vida y obra, silenciada por el franquismo
Abrimos un puntual paréntesis en el recorrido dominical por la Rambla para dedicarle la página a una efemérides significada en la historiografía local: el 150º aniversario del nacimiento de Carmen de Burgos Seguí, sin duda una de las más relevantes escritoras en la sociedad española y almeriense de la primera mitad del siglo XX. Colombine corona el triunvirato de ilustres convecinas que dieron lustre y gloria a las Letras provinciales: Isabel Millé Jiménez (1894-1990), archivera pionera y erudita, y María Pérez Enciso (1908-1949), prosista y poeta de la Generación del 27 fallecida en el más descorazonador de los olvidos durante su exilio político mejicano. Al ilustre trío debemos sumar a la leridana -adoptiva y adaptada- Celia Viñas Olivella.
Docente, pedagoga, primera periodista profesional, ¿corresponsal de guerra?, viajera por Europa y América, defensora de los derechos humanos en general (abolición de la pena de muerte, sufragio universal, igualdad legal entre ambos géneros) y de la mujer en particular, a través de una tenaz reivindicación en favor de una ley de divorcio que no alcanzó a disfrutar. Carmen de Burgos "Colombine", apelativo impuesto por Augusto S. de Figueroa -director del madrileño Diario Universal, en cuya redacción ingresó en 1903-, fue condenada por el franquismo al más cruel ejercicio de ocultación frente a las generaciones de posguerra. Borrado su nombre de los libros de texto y hecho desaparecer de las bibliotecas públicas sus más de 200 títulos publicados entre novelas, ensayos, libros de viaje o traducciones.
Dos acusaciones torales determinaron la represalia fascista contra la escritora desaparecida una década atrás: la irrenunciable ideología republicana y su pertenencia a la Masonería. Carmen padecía una crónica cardiopatía cuando el 8 de octubre de 1932, participando en una mesa redonda en el Círculo Radical Socialista, dedicada a la educación sexual, sufrió una crisis irreversible. Sin embargo, aún le quedaron fuerzas para dirigirse a los presentes: "Muero contenta porque muero republicana. Les ruego a ustedes que digan conmigo ¡Viva la República!". Falleció a las dos de la madrugada del día siguiente y por expreso deseo de la finada sus restos fueron depositados en el Cementerio Civil de Madrid. El otro "gran delito" fue su militancia en la matritense Logia Amor. Lo precisa el Boletín Oficial de la Gran Logia Española de diciembre de 1931: "Previa la promesa de ritual fue afiliada la H. Carmen de Burgos, que pasó a ocupar un puesto en Oriente". Acto seguido procedieron a la inscripción de su hermana Catalina, diez años menor y auténtico soporte en los momentos difíciles de Carmen. Siempre fiel consejera, acompañante y amiga.
DESAHACIENDO ESTEREOTIPOS
Aunque volveremos a ella en el transcurso del año, conviene incidir sin dilación en tres estereotipos que se repiten a modo de mantra cansino. Mayor de los diez hijos habidos en el matrimonio entre José de Burgos Cañizares -de raigambre burguesa venida a menos- y de la nijareña Nicasia Seguí, considerablemente rica merced a la herencia de un terrateniente del lugar, nació el 10 de diciembre de 1867 en la casa familiar de Almería capital y no en Rodalquilar: en el nº 6 de la Plaza Vieja, con entrada por calle Mariana. Sí es cierto que gozó gran parte de su infancia y adolescencia en el cortijo materno de La Unión, reiteradamente presente en sus escritos, especialmente en el llamado "Ciclo de Rodalquilar": de Ensayos Literarios y la autobiografía publicada por Gómez de la Serna en la revista Prometeo a la postrera Puñal de Claveles:
"Me crié en un lindo valle andaluz (…) a la orilla del mar, frente a la costa africana. En esa tierra mora, en mi inolvidable Rodalquilar, se formó libremente mi espíritu y se desarrolló mi cuerpo. Nadie me habló de Dios ni de leyes. Yo me hice mis leyes y me pasé de Dios. Allí sentí la adoración al panteísmo, al ansia ruda de los efectos nobles, la repugnancia a la mentira y a los convencionalismos".
Otro exagerado tópico es el de la hostilidad agobiante que la sociedad local le mostró cuando, cansada de la desordenada conducta y malos tratos por parte de su marido, Arturo Álvarez de Bustos, decidió marcharse de la ciudad acompañada de su hija María -la única que sobrevivió a cuatro partos- una vez obtenido el título de Maestra por la Universidad de Granada y conseguida una plaza por oposición en la Normal de Magisterio de Guadalajara. El tercer malentendido que conviene matizar es el de su condición de primera corresponsal de guerra en el Rif norteafricano y su presencia en el escenario bélico de Melilla. En su momento le dedicaremos el debido espacio. Ahora nos interesa hacer especial énfasis en el 150º aniversario de su natalicio en 1867. Año en el que de una vez por todas la sociedad almeriense debe reservar a Carmen de Burgos Seguí el lugar en la historia que su biografía reclama.
Aunque sin la deseable unidad de acción que las optimice, las iniciativas que se anuncian son esperanzadoras: ayuntamiento de Níjar (declarándolo "Año de Colombine"), Instituto de Estudios Almerienses, conjuntamente con el bicentenario del guitarrero Antonio de Torres Jurado; Asociación de la Prensa, AA.VV. Casco Histórico, peña flamenca El Morato, Diario de Almería (al que hemos presentado un proyecto a desarrollar en dos jornadas) y diferentes centros educativos, incluido el I.E.S. que lleva su nombre en Huércal de Almería. Esta misma semana el CEP de Almería, de la Consejería de Educación, la ha hecho protagonista del curso "Nuevas estrategias Metodológicas", con una charla dedicada a su estancia almeriense (que he tenido la satisfacción de impartir), mesa redonda sobre La Malcasada, de su más emblemáticas novelas largas, y una visita guiada la próxima semana por el espacio urbano capitalino vinculado a su persona.
En cambio no se ha pronunciado, que sepamos, la Universidad, de quien recordamos el único Curso de Verano dedicado a ella, en 2009, en colaboración con el IEA y dirigido por el añorado Miguel Naveros. Ignoramos igualmente las intenciones del ayuntamiento de la capital, la institución más próxima y obligada a rendirle honores. A la AA. VV. Casco Histórico nos costó Dios y ayuda que accedieran a la colocación de la placa honorífica en su casa natal y más fatigas aún el que, pese a estar aprobado en Pleno, rotularan con su nombre y apellido el Paseo Marítimo, consumado con nocturnidad y exento de publicidad. Ahora tienen la ocasión propicia para reivindicarse y reivindicarla… Si es que llegan a tiempo. La prevista Biblioteca Municipal, en el edificio que durante la II República construyó Asistencia Social y requisó en la posguerra el franquismo, está a la espera del título que campee sobre su fachada. Sería el momento de cerrar la trilogía de espacios públicos dedicados a la Cultura: Auditorio Municipal "Maestro Padilla", Biblioteca Pública "Francisco Villaespesa" y Municipal "Carmen de Burgos", tal y como solicitó (y nos sumamos en su momento) la Asociación de la Prensa.
Visita guiada. Curso de Verano de la UAL en 2009.
No hay comentarios