La Chanca, a la luz de las candelas
Fuego, potaje gitano y una decena de actuaciones musicales, en una velada que cobra tradición y se pretende institucionalizar
Es una tradición, antaño perdida, ahora en alza. La Noche de las Candelas está llamada a ser una actividad con ánimo de perdurar. Tres ediciones consecutivas aglutina desde que las gentes del barrio de La Chanca decidieran en 2010 devolverle a esta costumbre la importancia que se merece, y desde entonces, el número de vecinos ha incrementado, llamando incluso la atención de ciudadanos que nada tienen que ver con el barrio y que acuden para participar de una velada de música, comida, fuego y mucho arte.
El Plan Urban, gestionado por el Ayuntamiento de Almería, es el encargado de desarrollar en la actualidad esta iniciativa (en colaboración con colectivos como la Asociación de Nuestra Señora de la Paz) y lo que ahora se pretende es institucionalizarla para que su celebración sea de obligado cumplimiento cada 23 de diciembre. Ayer, más de medio millar de personas dieron la razón a quien ha vuelto a instaurar este día. No faltó el potaje gitano, la buena gente y la música. Actuaron numerosas personalidades del flamenco entre las que se encuentran personalidades del flamenco como Serafín El Barquero, El Joseles, María La Rabota, Los Primo Hermanos, El Carrete de Almería, El Maleno, El Lébrija y El Porrina, Los Comohermán, Los Castros, Antonio Torres Rilete y su grupo. La cuna del flamenco almeriense volvió a convertirse en lo que ha sido y es y encandiló con su pulcro estilo en esta disciplina. Por allí han pasado estrellas inmortales del flamenco tales como Paco de Lucía, el Niño Josele o el mismísimo Camarón de la Isla, que le da nombre la plaza en la que se desarrollaron todos y cada uno de los actos previstos para esta celebración en el día de ayer
Pero hubo más. La asociación de vecinos ha creado unos galardones que en adelante se entregarán en esta celebración, la candela de oro y la de plata. El primero debe tener como objeto el reconocimiento a agrupaciones que desarrollen un trabajo de relevancia para con el barrio. En esta ocasión recayó sobre las siervas de los pobres, que llevan actuando en la zona más de 70 años. Rosa María, la madre superiora, fue la encargada de recoger el premio, entregado por Manuel Guzmán, concejal de Obras Públicas del Ayuntamiento de Almería y consejero delegado del Plan Urban. La candela de plata fue para Luis Soria, ex gerente del Plan Urban y uno de los responsables de la recuperación de la Noche de las Candelas: "Antes de que se empezara a desarrollar este plan, yo conocía poco de La Chanca. Pero unos meses antes comencé a visitarla y produjo en mí una sensación muy hermosa, que antes no había experimentado. La Noche de las Candelas es una tradición que no debe perderse y debe seguir procurando que Almería mire a La Chanca", sostuvo Soria desde el escenario preparado para las actuaciones de los cantantes y músicos, desde donde se llevó a cabo el guión del acto.
El edil Manuel Guzmán también tuvo su momento y se dirigió a los allí presentes: "Desde el Ayuntamiento existe un interés manifiesto en que se preserve esta fiesta, y de hecho se va a institucionalizar para que se celebre cada año. Este es un regalo que se hace a la ciudad de Almería con vuestro arte y vuestra forma de ser".
Tampoco faltó el discurso del Padre Agustín, una de las personas que más proyectos de inclusión dirigidos a los más necesitados está desarrollando en el barrio: "El año pasado dije que había que solucionar los problemas del barrio y que debíamos encontrar soluciones. Después pensamos en el cómo y creo que hemos tenemos fórmulas para lograr avances, hay que aplicarlas para que este barrio siga progresando. Las candelas es una fuente de inspiración para la forma de vivir de las gentes de este barrio. Dan calor y suponen un punto de encuentro. Hay que darle valor a esta fiesta y al barrio", sentenció.
Hubo un tiempo en el que La Noche de las Candelas no era una tradición festiva a realizar en el barrio de Pescadería. Era, simplemente, un modo de ser y de actuar entre sus vecinos. Pero, con el tiempo, la costumbre se convirtió en tradición y ahora intenta recuperarse por medio de este tipo de celebraciones, que vuelven a despertar el arte de una de las zonas con más talento de la capital. La fiesta celebrada ayer rememora la tradición navideña gitana en la que las familias hacían hogueras en la puerta de las casas y pasaban por cada una de ellas visitando a las familias vecinas, que les obsequiaban con comida y bebida junto a las que pasaban la noche cantando y bailando. Antiguamente, en las hogueras que tostaban avellanas y garbanzos, que se acompañan de vinos y aguardiente de lugar.
Ayer se repartió potaje gitano, Nochebueno (pan de aceite típico de estas fiestas), anís, mantecados… Todo tipo de comida y bebida que se ofreció a todos los almerienses que quisieron disfrutar de esta mágica noche, que sin duda se está convirtiendo en una de las más mágicas del año.
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