El Cid Campeador es almeriense en Puy du Fou

En un lugar de La Mancha, cuyo nombre es cada vez más recordado (Puy du Fou España), vive un hidalgo almeriense. No es Don Quijote, sino Iván Mir Pineda, si bien a veces se convierte en el Cid Campeador. Desde hace tres años, cada día viste almófar y cota de malla, se coloca las calzas y se ata las botas y sale a cabalgar a lomos de Babieca, su fiel corcel.

Iván Mir es uno de los más de 300 actores que escenifican la historia de España en el parque temático Puy du Fou, uno de los más premiados del mundo. Actúa en dos de los espectáculos más importantes del parque: “El último cantar”, donde interpreta a Rodrigo Díaz de Vivar ‘El Cid Campeador’ (reconocido como el Mejor Espectáculo del Mundo por la Asociación Internacional de Parques de entretenimiento y atracciones en 2021); y en “El sueño de Toledo” (Mejor Espectáculo del Mundo en 2022), donde puede llegar a hacer hasta seis personajes diferentes.

Hace tres años, Iván trabajaba de camarero en el pub D’ara de Los Gallardos hasta que un día un amigo le envió una publicación de Instagram que cambiaría su vida por completo. En Puy du Fou España buscaban personas que supieran montar a caballo para sus espectáculos. “Yo ya había oído hablar del parque, porque apareció en el programa Maestros de la Costura y me llamó mucho la atención”, explica. Él lleva montando desde los ocho años y veía en esa oferta una oportunidad única para dedicarse a dos de sus pasiones: la equitación y la interpretación (ha participado en varias obras de teatro y en cine).

Iván Mir nació en Ciudadela (Menorca), pero desde niño ha vivido muchas temporadas en Almería, donde reside su madre. “Durante unos años estudié en el colegio de Mojácar y en 2021 me mudé desde Baleares a Turre”, cuenta. De hecho, asegura que cuando le preguntan de dónde es siempre responde que es medio menorquín y medio almeriense.

Los caballos, con los que ahora trabaja a diario, siempre han sido parte de su vida porque su padre tenía varios de carreras en la isla. “En Menorca comencé a dar clases de doma clásica de pequeño y a salir a montar”, dice el jinete que interpreta al Cid, entre otros personajes de la historia de España. Sin embargo, cuando vino a vivir a Almería dejó un poco de lado la equitación, “salvo alguna que otra vez que iba a un club de Huércal-Overa para montar un rato”.

Con algunas nociones de doma básica y mucha ilusión, envió su candidatura para el casting y partió hacia Toledo. “Creía que iba a ser imposible entrar”, confiesa ahora, echando la vista atrás. Allí tuvo que pasar una primera prueba para demostrar que sabía ensillar al caballo. Después, salieron a la pista y tuvo que realizar varios ejercicios: la diagonal, trote, galope, cambio de mano… Regresó a Almería sin saber si lo cogerían y pasaron los días, incluso las semanas… Un mes más tarde sonó el teléfono. Lo habían cogido. “Fue una locura, porque en Los Gallardos tenía un trabajo para todo el año y me vine a Toledo, con los ojos cerrados, a un trabajo que era temporal y que no conocía cómo sería”, admite.

Al final todo salió bien. Allí lleva ya tres años, viviendo a las afueras de Toledo a medio camino entre la Puerta de Bisagra y Puy du Fou. Durante este tiempo ha ido aprendiendo a desempeñar diferentes papeles dentro de los espectáculos, ya que el parque va formando a sus actores continuamente, pues cada representación requiere unas habilidades muy específicas. “No es lo mismo montar en el picadero de tu casa que hacer una justa o un volteo cosaco”, explica. Ha pasado de tener un nivel de doma básico, que gracias a sus compañeros y al referente del espectáculo en el que está ha mejorado ostensiblemente, a poder llevar a cabo escenas que son propias de un auténtico especialista de cine. “Para mí todo esto ha sido una historia de crecimiento personal”, confiesa Iván.

Con 29 años, este almeriense de adopción ha logrado uno de sus sueños: ser actor en uno de los principales espectáculos del país. Por Puy du Fou España pasan diariamente miles de personas, “los sábados puede haber incluso 10.000”, asegura. Casi todos ellos (un 98% según las encuestas que maneja el parque) recomendarían la visita, tras vivir esa experiencia mágica. Los dos espectáculos en los que él participa son de los más premiados y de los que tienen mayor aforo. De hecho, “El sueño de Toledo” es el espectáculo más grande de España, con gradas para 7.000 espectadores. Y “El último cantar” cuenta con un escenario de 360º que va girando. “Aquí todo es a lo grande, desde la puesta en escena hasta los medios técnicos”, dice orgulloso.

Su día a día en Puy du Fou nunca es igual. En espectáculos de esta envergadura todo va cambiando, renovándose. “Cuando empecé a trabajar y vi el montaje me pareció brutal”, admite. Todo es tan enorme que, en “El sueño de Toledo”, antes de cada pase tiene que colocar la ropa de sus diferentes cambios de vestuario por diferentes puntos de un gran escenario de tres hectáreas: “No da tiempo a ir a un camerino, así que sales de escena y te cambias allí mismo antes de volver a entrar”.

Pero antes de llegar a convertirse en el Cid o de hacer hasta seis personajes distintos en “El sueño de Toledo” primero tuvo que pasar por un periodo de aprendizaje. Las primeras semanas era “la sombra” de otro actor. Lo acompañaba a todos lados por el backstage para aprender los mecanismos necesarios antes de salir a escena. Ahora, ya asentado como un actor más de este enorme espectáculo, Iván Mir sigue dando pasos al frente y formándose para representar nuevos personajes. Para meterse cada día en la piel de algunos de los hombres que hicieron historia en España. Un sueño hecho realidad.