Cuerpo y arte
Suma y sigue del tatuador almeriense Rodrigo Gálvez · Tercer premio en la Convención Internacional de Castellón
Resistencia al olvido. El tatuaje es un intento de pensar el cuerpo en la modernidad líquida, un arte que se remonta al tiempo de los egipcios y en el que, con el paso de los años, sólo han conseguido destacar unos pocos. De cultura alternativa, ligada en los ochenta a los movimientos ciudadanos (punk, heavy o rocker, entre otras tribus urbanas), ha pasado a ser una moda común entre maestros, oficinistas y directivos. El pintor usa el lienzo, el escritor plasma su poesía en una libreta, el músico reproduce sus sentimientos con partituras y Rodrigo Gálvez, que se ha convertido en poco tiempo en uno de los mejores tatuadores de nuestro país, cristaliza su arte en los cuerpos.
Que la tinta no deje de correr. Este almeriense, de 31 años, es un nómada vocacional. Nueva York, Mallorca y el próximo mes estará en Suiza. Ha impregnado la piel de cientos de personas de todo el mundo con su obra y no ha dejado de crecer. Hace tan solo un par de semanas logró un nuevo premio en la Convención Internacional de Castellón, entre las mejores de Europa, celebrada en el recinto La Pérgola con especialistas de más de medio centenar de estudios de un sinfín de nacionalidades.
Horas y horas de trabajo, meses sin un sólo día de descanso, como los vividos este verano en Tribu Tattoo de Magaluf, han forjado una trayectoria de vértigo que, de momento no tiene techo. Como maniático de la perfección, sabe bien que todo es mejorable y su vocación, descubierta ya como veinteañero, implica un sacrificio que no todos los de su gremio son capaces de asumir. Vivir fuera de casa eternamente, emprender nuevos proyectos empresariales al otro lado del Atlántico y pasar años y años sin vacaciones son los secretos de una dinámica que le ha hecho crecer y en la que cuenta con un aliado imprescindible: su mujer, familiares y amigos. Son su apoyo, su aliento, en el largo camino hacia el éxito. Y lo está consiguiendo.
Del 4 al 20 de octubre estará en Basel Tatto and Body Art Studio de Suiza y, después de pasar por el nuevo negocio que abrirá muy pronto en Palma de Mallorca, ha programado en su calendario como ineludibles las convenciones de Zaragoza en febrero y Sevilla en abril. Las redes sociales se han convertido en otro de los pilares de su crecimiento profesional y, además de mostrar a través de las imágenes su calidad y detalles de sus obras, le están sirviendo para concertar citas allá por donde va y, por supuesto, en su tierra. Cada vez que puede vuelve a Almería para dar respuesta a una lista de espera que crece, a pesar de que el movimiento de los tatuajes aún es reducido. Después de una juventud de escarceos con el mundo de la moda y el trabajo en la noche, Rodrigo Gálvez cambió su puesto de trabajo en el Registro de Loja por su vocación: tatuar. Suerte.
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