Almería

Cultivar tomate de mayor calidad con agua desalada ya es posible y necesario en Almería

  • El proyecto Deseacrop, desarrollado en la finca de la UAL y el Campo de Níjar con agua de la planta de Carboneras, llegará a su fin en diciembre demostrando la viabilidad y beneficios del uso de los recursos marinos como solución al histórico déficit hídrico que lastra al campo almeriense

Cultivar tomate de más calidad  con agua desalada ya es posible

Cultivar tomate de más calidad con agua desalada ya es posible

Deseacrop ha permitido demostrar científicamente la utilidad del uso de agua desalada para riego. Este proyecto europeo Life promovido por Sacyr Agua, que se inició hace tres años y termina en diciembre, tiene como objetivo principal acreditar la viabilidad de la gestión sostenible del agua de mar para la producción de cultivos en sistemas cerrados sin suelo y el resultado no ha podido ser más favorable para los intereses del campo en el sureste español lastrado históricamente por el déficit hídrico por la falta de infraestructuras y la sobreexplotación de los acuíferos.

El proyecto Deseacrop (Desalinated seawater for alternative and sustainable soilless crop production), financiado con fondos europeos en la convocatoria Life 2016, es la solución para el talón de Aquiles del agro almeriense y ha tenido como socios de Sacyr en esta aventura hacia la sostenibilidad del riego con agua marina desalinizada al Centro de Investigación en Agrosistemas Intensivos Mediterráneos y Biotecnología Agroalimentaria (Ciaimbital) de la Universidad de Almería y la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), además de a la Comunidad de Usuarios de Aguas de la Comarca de Níjar como usuarios finales.

En la finca experimental de la Universidad de Almería y Anecoop se ha desarrollado la parte empírica del proyecto con distintos ensayos en los que se ha comparado la productividad y el rendimiento del cultivo de tomate, principal producto de la zona, utilizando agua desalada de la planta de Carboneras, así como distintas mezclas de este recurso marítimo con el agua de pozo. Además, se ha comparado el sistema de cultivo convencional en la zona, en suelo, con el cultivo hidropónico con recirculación de la solución nutritiva. “Aunque se lleva mucho tiempo utilizando agua desalada para riego, hasta ahora no se habían demostrado sus bondades científicamente y queríamos hacerlo por la resistencia que existe todavía por parte de los agricultores a utilizarla, debido principalmente a su mayor precio comparado con el de otros recursos hídricos. Gracias al desarrollo del proyecto Deseacrop, hemos demostrado que este agua no sólo es mejor, mezclada con agua del subsuelo, sino que además aumenta el rendimiento del cultivo y su calidad”.

El tratamiento de los drenajes que se hace en la planta desaladora se realiza con energía solar fotovoltaica El tratamiento de los drenajes que se hace en la planta desaladora se realiza con energía solar fotovoltaica

El tratamiento de los drenajes que se hace en la planta desaladora se realiza con energía solar fotovoltaica

Lo explica Elena Campos, responsable de I+D de Sacyr Agua, quien argumenta que como novedad han tratado el agua del drenaje del riego (aproximadamente el 30% del riego inicial) mediante desalación por ósmosis inversa para poder así volver a utilizarla para riego. Además, el tratamiento de los drenajes que se hace en la planta desaladora se realiza 100% con energía solar fotovoltaica. Se han comparado dos sistemas de cultivo: en suelo y en hidropónico. Este último ha sido más productivo e intensivo que el empleado en suelo convencional y que permite recoger el agua sobrante de las plantas. “Un cultivo hidropónico consiste en colocar el cultivo sobre diferentes dispositivos como bandejas o canales, donde se colocan las semillas o el plantón con una pequeña porción de tierra y donde se añaden el agua y los nutrientes necesarios, que se van recogiendo en el drenaje y recirculando en la proporción adecuada. De este modo tenemos un cultivo que no necesita suelo fértil, tiene una mayor productividad y aprovechamiento del agua”, explica Domingo Zarzo, director técnico y de innovación de Sacyr Agua.

“En las zonas de alta producción agrícola como Almería o Murcia, con buenas condiciones climáticas, prácticamente ya no hay agua subterránea de calidad y cada vez se encuentra a mayor profundidad y, por otro lado, los trasvases son cada vez más escasos y sensibles al cambio climático, por lo que cada vez se hace más necesario utilizar agua desalada para garantizar los cultivos”, explica Elena Campos. Deseacrop se ha desarrollado en el Campo de Níjar. La actividad agrícola de la zona ha supuesto la sobreexplotación del acuífero de la comarca, provocando un descenso en sus niveles, así como su salinización por intrusión marina y la contaminación por nitratos.

El proyecto se ha realizado en varias parcelas demostrativas en las que se ha comparado el cultivo de tomate canario con distintos tipos de agua: agua salobre, agua desalada y una mezcla de ambas al 50%. La producción ha sido excelente y, como se ha tratado de un proyecto de demostración, la producción se ha donado íntegramente a una ONG. Con el objetivo de extrapolar y transferir este modelo agrícola a otras zonas con gran potencial agrícola y baja disponibilidad de recursos hídricos, se han elaborado distintos casos de negocio para valorar la rentabilidad de instalar plantas desaladoras para uso agrícola en distintas áreas europeas. En concreto, este estudio se ha realizado para el Campo de Cartagena (Murcia) y para otros países europeos, como Italia y Malta. Ahora, son los agricultores y las administraciones públicas los que tienen que responder.

De momento, el equipo de Sacyr Agua ha organizado una reunión con agricultores de distintas asociaciones y comunidades de regantes para explicarles los resultados del proyecto y los beneficios asociados del uso de agua desalada para riego agrícola. En España, el uso de agua desalada para riego está muy extendido, destinándose más del 20% de la producción nacional de agua desalada a la agricultura, frente al 3% que representa a nivel mundial. Pero faltan pruebas de concepto, como Deseacrop, para que los agricultores se conciencien de los múltiples beneficios que proporciona su uso, como el incremento de producción y de calidad del producto, no sólo para el cultivo de tomate, como se ha utilizado en este proyecto, sino para otros muchos.

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