Desertificación: Mayor riesgo en El Ejido y Níjar que en Tabernas
Medio ambiente
Agricultura intensiva y acuíferos sobreexplotados son la principal amenaza hoy Pese a la extrema aridez, la cubierta vegetal avanza
Fuera mitos. O al menos la falsa creencia del que desierto se está extendiendo en Tabernas. Más allá de que no sea un desierto al uso, al no reunir las condiciones climáticas o de la intervención de la mano del hombre, y de que su cubierta vegetal de esparto esté en magníficas condiciones, los campos de Tabernas no son hoy punto caliente de la degradación y desertificación que sufren otras zonas de la provincia, tanto en el Poniente como en el Levante, por la sobreexplotación de acuíferos y su salinización, vinculadas a la agricultura intensiva y al resto de actividades económicas que han supuesto una amenaza para el bosque mediterráneo andaluz.
El riesgo de desertificación de los acuíferos costeros de Sierra de Gádor y Níjar es mucho mayor que el de cualquier otro punto de Almería, incluyendo el desierto heredado de Tabernas, al ser las comarcas almerienses en las que la transformación del territorio ha sido de tal magnitud que el ecosistema perdió su capacidad de regeneración. Esquilmación de los recursos hídricos unida al cambio climático que conduce a una situación irreversible con la pérdida de suelo fértil, al dejar de tener productividad biológica y económica, y a la salinización de los acuíferos sobreexplotados. De ahí la necesidad de prevenir y actuar con urgencia, antes de que sea demasiado tarde, optando por un modelo más sostenible y unas prácticas agrícolas menos dañinas para la cubierta vegetal siendo expansión del olivar en la comunidad andaluza el enemigo público número uno, también en determinadas zonas de Almería.
Así lo expone el investigador de la Estación Experimental de Zonas Áridas del Consejo Superior de Investigación Científicas, Jaime Martínez Valderrama, en un estudio reciente que sirve de radiografía de la degradación del territorio, al desarrollar un mapa de condición de la tierra en el que se parte de la fotografía actual y se analizan tendencias futuras a través de modelos de simulación sobre los diferentes escenarios de desertificación contemplados hoy en España. Ha liderado este análisis, con el que monitorizar la futura evolución de los niveles de desertificación, con ayuda de profesionales de la Universidad Politécnica de Madrid, así como del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del Centro de Ciencias Humanas y Sociales. Publicado en la revista Science of the Total Environment, el estudio recoge que un 20% del territorio ya se ha desertificado y que un 1% está degradándose, siendo el entorno de mayor riesgo el de los cultivos herbáceos por el modelo de desarrollo agrícola (pusieron el foco en Obejo de Córdoba). La simulación parte de lo físico y geológico para aplicar variables del ámbito socioeconómico. De la provincia, el colaborador de la Estación Experimental de Zonas Áridas contempló la Sierra de los Filabres entre los escenarios de estudio resultando ser uno de los que menor riesgo presentaba la desertificación. El subuso de sus montes, con un índice bajo de sobrepastoreo, propicia la aparición de arbustos y matorral propenso a los incendios forestales, si bien apenas se produce degradación y erosión del suelo. Según el análisis el deterioro suele ser más notable en zonas de uso agrícola que en las ganaderas. "Los cultivos herbáceos afectados por erosión son, según los modelos de simulación, el paisaje más proclive a desertificarse y los factores dominantes son los climáticos por encima de los socioeconómicos", explica Jaime Martínez.
Con este trabajo se contribuye al establecimiento de un Sistema Integrado de Evaluación y Vigilancia de la Desertificación, objetivo primordial del Programa de Acción Nacional contra la Desertificación publicado en 2008 por el Ministerio de Medio Ambiente. El documento establece que un 6% del suelo peninsular de ha degradado de forma irreversible, al tiempo que un tercio de la superficie total de nuestro país sufre una tasa muy elevada de terreno desértico. Después de su proyección sobre los modelos más representativos del país con la simulación y los mapas de condición de la tierra, el investigador afincado en Almería tiene previsto iniciar un análisis de los acuíferos de Níjar, una vez completada la radiografía del de la Sierra de Gádor y sus problemas de sobreexplotación e intrusión marina por los que cada vez habrá menos agua y de peor calidad. Será la mejor manera de conocer su evolución para que las administraciones públicas tomen medidas que no sean cortoplacistas ignorando los síntomas de deterioro del suelo. En Almería hay un 32% de superficie afectada por procesos históricos de desertificación (heredados), si bien la intensificación de los usos del territorio que ha traído aparejada una sobreexplotación y degradación de las aguas subterráneas, ha ido incrementando la porción por encima del 50% del territorio. No obstante, las últimas radiografías de la Estación Experimental han detectado una óptimay sorprendente recuperación de la cubierta vegetal en buena parte de la provincia.
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