Espectacular mezcla de flamenco, cante y baile para clausurar el curso

Espectacular. Así podría definirse lo vivido el pasado viernes por la noche en un lugar emblemático de nuestra ciudad como es la Plaza de Toros. Y es que, por segundo año consecutivo, la Escuela de Chelo Ruiz llenó de arte, luz, colorido, cante y, sobre todo baile, para hacer una mezcla de flamenco inigualable e insuperable. Tanto es así que hacía 20 años que no se veía un espectáculo de flamenco de tal índole sobre el coso de Vilches hasta que la propia Chelo Ruiz lo recuperó el pasado verano.

El festival comenzó pasados unos minutos de las 9 de la noche debido a la gran afluencia de público que quedaba por entrar en los aledaños del ruedo.

Los primeros en pisar el escenario del albero fueron los presentadores que, nuevamente, volvieron a ser Alfredo Casas y Rocío Amores que volvieron a embriagar con su simpatía y cariño hacia Chelo este bonito acto.

El primer grupo en bailar levantó las carcajadas más sonoras y los aplausos más fuertes de toda la noche. Y es que fueron niñas y niños con edades entre 3 y 5 años los que realizaron el primer baile con unas sevillanas. A continuación subieron al escenario las niñas y niños de 5 a 7 años interpretando una rumba. Con el tercer grupo de la noche comenzó el cante y la música que prosiguió durante toda la noche de la mano de los artistas: Potito de Almería y Anabel Castillo, Rubén de Rosario y Gabriel Pérez, Moisés Santiago y Pedro Caro.

Así se sucedieron los distintos grupos que pisaron el escenario montado y preparado minuciosamente sobre la arena de la Plaza de toros. Cada vez se aumentaba la edad de las bailadoras que salían a deleitar al público con distintos palos como tarantos, alegrías, jaleos, tientos, fandanguillos o soleares.

La primera parte concluyó con el grupo de bailadoras con el que Chelo Ruiz lleva desde que tenían seis años impartiéndoles clases. Antes, por cierto, actuó el grupo de veteranas, muchas de ellas con sus hijas en la propia escuela, en un magnífico número cargado de sentimiento y pasión

Tras las diez primeras actuaciones hubo un descanso de unos veinte minutos en el que la mayoría de asistentes aprovechó para ir al ambigú y refrescarse para seguir contemplando el maravilloso espectáculo. Después de estos minutos de cortesía comenzó la segunda parte del festival. Nuevamente abrieron el espectáculo las más pequeñas de la Escuela de Chelo Ruiz. Algunos grupos cambiaron su vestuario para esta segunda mitad del festival, como las artistas que interpretaron una caña o las que interpretaron unas malagueñas. En mitad del espectáculo, la propia Chelo Ruiz cogió el micrófono y agradeció a "los que han hecho posible este sueño". Tras ello llegó el momento más aplaudido de la noche. Álvaro Montes, cantante del programa 'Se Llama Copla' salió al escenario e interpretó dos piezas, una de ellas bailada por la propia Chelo. El propio artista junto a Anabel Castillo y todo el grupo interpretó el último tema de la noche con la participación de Agustín Barajas, coreógrafo de Canal Sur, y Chelo junto a su grupo con el que se puso el broche de oro a este fin de curso de la Escuela.