Esperanza para los inmigrantes que viven en los asentamientos
Cruz Roja
Cruz Roja ya ha repartido 27.412 kilos de alimentos y se ha atendido a 2.670 personas, muchas trabajadoras en el mar de plástico
La población extranjera de los asentamientos almerienses vive con incertidumbre el Covid-19
Cruz Roja se ha convertido en la esperanza de los miles de residentes en asentamientos chabolistas de la provincia de Almería en estos momentos de pandemia, en los que ya han sido repartidos un total de 27.412 kilos de alimentos y atendidas 2.670 personas, muchas de ellas trabajadoras en el mar de plástico agrícola.
Efe ha acompañado a los técnicos y voluntarios de la ONG a uno de los repartos realizados en los asentamientos de El Hoyo, Los Nietos 10 y El Cruce, todos en la comarca de Níjar, uno de los principales focos de la agricultura intensiva, en los que han sus residentes han recibido completos lotes de productos de limpieza e higiene, así como educativos y de ocio para los niños.
“Se hacen salidas de lunes a viernes por la mañana y dos tardes a la semana. Se hacen tanto en la zona de levante como en la de poniente y lo que se hace es proveer de lo básico, tanto agua, como alimentación, productos de higiene. En esas salidas también lo que se hace es un seguimiento de cada zona para ver las necesidades, para paliar un poco más esa situación en la que están”, explica a Efe Alicia Guirado, mediadora en el Departamento de Inmigración.
Tanto es así que, según datos de Cruz Roja Almería, en el año 2019 se atendieron en la provincia a 4.397 personas, de las que el 25 % eran mujeres y el 20 % menores de edad.
Tipos de poblados
Nivel 0
Personas que no tienen posibilidad de inserción
El primer tipo de asentamiento es aquel que en el que la personas atendida presenta carencia de capacidades que posibiliten un desarrollo normal de actividades de inserción. En este caso se procede a la satisfacción de las necesidades más básicas, a la derivación y mediación.
Nivel 1
Entrenar las habilidades básicas del atendido
Es aquel que se da cuando los esfuerzos se dirigen al conocimiento del entorno, aprendizaje del idioma, entrenamiento de habilidades básicas en relación a la salud, jurídica, etc. Se procede a satisfacción de necesidades básicas, atención social, talleres y acciones formativas, y se inician acciones de seguimiento, acompañamiento y mediación intercultural.
Nivel 2
Relación con el entorno con falta de apoyo social
Son aquellos en los que las personas gozan de cierta autonomía y se relacionan con el entorno, pero demandan orientación, apoyo social y ayudas puntuales, y sobre todo seguimiento, acompañamiento y mediación. También se insertan aquí actividades de apoyo emocional.
La mayoría de ellos, habitan cortijos rehabilitados o casas levantadas con palés, plásticos y restos agrícolas para encontrarse lo más cerca posible de los invernaderos en los que trabajan, pero también por la inexistencia de vivienda normalizada o la dificultad para acceder a ella por bajos recursos o por prejuicios, o por miedo debido a su situación irregular.
Sin embargo, también viven aquí personas que llevan varios años en España y cuentan con permiso de trabajo. Lo que no evita que la mayoría tengan dificultad para obtener un contrato de trabajo, lo que conlleva su incorporación irregular a labores con largas jornadas en las épocas de gran producción y menos horas o nada en las épocas de siembra o blanqueo.
Alejandro Mérida, técnico del Departamento de Infancia y Cruz Roja Juventud en Almería, destaca los cambios a la hora de atender a los pequeños en asentamientos. “En una situación habitual hacemos sesiones de apoyo educativo de actividades lúdicas en un aula con los materiales que tenemos a mano en el aula. Aquí cuando venimos a hacer una actividad lúdico-educativa o un taller tenemos que trasladar el aula al completo”, precisa.
“El ocio es vital para cualquier persona, para los niños, tanto dentro de una situación normalizada como en una situación de estar viviendo en infravivienda o asentamiento, para ellos, como para todos niños, es algo espectacular (...) aunque vivan en un asentamiento, también es un momento mágico, igual que un juguete nuevo o cualquier material que le podamos traer”, dice.
Entre los participantes en el reparto se encuentra también el voluntario Patricio Pérez, que lleva más de dos años trabajando con inmigrantes.
“Me conocen, los conozco a ellos, es como saludar a un conocido, a un amigo. Preguntas por el trabajo, por cómo está la familia. Te reciben ellos igual, Muchas veces nos ofrecen si queremos té, que si queremos un rato de charla”, apunta.
Considera que lo mejor es poder irse con la “satisfacción de haber hecho algo bueno por alguien”. “Cuando consigues ayudarles en un tema personal, problemas que tengan de papeles, personales, y consigues solucionarles esos problemas, te llevas la satisfacción a casa de saber que has hecho un poco mejor el día de estas personas que sufren en estas condiciones”.
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