Greenpeace nombra al Cabo de Gata como "el peor ejemplo de destrucción"

Andalucía es, junto a la Comunidad Valenciana y las Islas Canarias, la región que muestra "un mayor desprecio" por sus espacios protegidos en lo referente a la vulneración de los derechos naturales

Europa Press

Almería, 07 de julio 2009 - 17:46

El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar sufre "el peor ejemplo de destrucción" medioambiental en uno de los pocos parajes vírgenes que quedan en el Mediterráneo, según mantiene la organización ecologista Greenpeace en su informe Destrucción a Toda Costa, que recoge las amenazas que la urbanización y la contaminación suponen para el espacio.

El documento incide en la construcción, dentro de Cabo de Gata-Níjar, del hotel ilegal levantado en la playa de El Algarrobico, como un "referente del acoso a los espacios protegidos de España" y subraya que fue avalado por el Ayuntamiento de Carboneras, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Medio Ambiente. "Con doce pronunciamientos judiciales sobre su ilegalidad, el hotel sigue en pie", lamenta.

Greenpeace considera que la paralización de muchos avances en materia de gestión costera, como "el archivo y el olvido" por parte del Ministerio de Medio Ambiente de la Estrategia de Sostenibilidad de la Costa o el "abandono" de procesos de expropiación de edificaciones ilegales, como el hotel, ponen de manifiesto la "nula política de gestión ante la crisis".

Andalucía es, junto a la Comunidad Valenciana y las Islas Canarias, la región que muestra "un mayor desprecio" por sus espacios protegidos en lo referente a la vulneración de los derechos naturales. Además consideran que la Junta "perpetúa" su política de ocupación del litoral con el Plan de puertos deportivos que prevé aumentar el número de atraques en un 11 por ciento con una inversión de 900 millones de euros para el disfrute de "unos pocos privilegiados".

MÁS DE LA MITAD DE LOS ESPACIOS, AMENAZADOS

Andalucía tiene el 30 por ciento de su litoral protegido y de los 32 espacios naturales protegidos, 18 "sufren algún tipo de amenaza". Al respecto, los ecologistas destacan como aspecto "muy negativo" de la política andaluza la aprobación de la ley sobre medidas tributarias y financieras, que ha rebajado las exigencias de siete leyes medioambientales andaluzas.

Las "graves amenazas" detectadas en esos espacios van desde la proyección de siete hoteles, 1.500 viviendas y un campo de golf en el mencionado parque almeriense, hasta la ampliación del puerto de Tarifa en pleno límite del Parque Natural de El Estrecho, donde además se practican actividades de búnkering. En el entorno del Estuario del Río Tinto, Marismas y Dunas del Odiel se encuentra "el foco de contaminación industrial más importante de Europa", el Polo Químico de Huelva, recoge el documento.

Esos 18 puntos amenazados para la organización son, además del Cabo de Gata, las Sierras de Almagrera, de los Pinos y El Aguilón, Fondos Marinos del Levante Almeriense, Sierra de Cabrera-Bédar, Punta Entinas-Sabinar y Albufera de Adra, en Almería; los Fondos Marinos Tesorillo-Salobreña y los Acantilados y Fondos Marinos de la Punta de la Mona, en Granada; Calahonda, en Málaga; Estrecho Oriental, La Breña y Marismas del Barbate, Bahía de Cádiz, en Cádiz y Doñana, Laguna de Palos y Las Madres, Estuario del Río Tinto, Marismas y Dunas del Odiel, Estuario, Marismas del Río Piedras y Flecha del Rompido y Marismas de Isla Cristina, de Huelva.

Para la responsable de campaña de Costas de Greenpeace, Pilar Marcos, la declaración de un espacio protegido puede servirles los responsables políticos para "ponerse medallas sobre su apuesta por salvar la costa". Sin embargo, cuando "descubren que esa protección es incompatible con algún proyecto urbanístico, intentan saltarse la norma que ellos mismos elaboraron, convirtiendo a estos espacios en 'parques de papel', en papel mojado", añadió.

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