Guardián de esencias almerienses

Crónicas desde la ciudad

Aunque su gran pasión es el coleccionismo, singularmente de objetos taurinos, la vida profesional de Francisco Cristóbal Morales Sánchez (Almería, 1968) está ligada desde su infancia a la Hostelería

Guardián de esencias almerienses
Antonio Sevillano / / Historiador

08 de septiembre 2012 - 01:00

CINCO y media, tarde del pasado lunes. Ante el televisor del salón presidido por dos apuntes casticistas del hoy olvidado pintor madrileño "Manuel José" (fachada del café Español, en el Paseo, y un tablao flamenco similar al que cuelga en la peña El Morato), aplaudimos a Purito Rodríguez, Valverde y Contador dirimir el maillot rojo de la Vuelta a España. La vivienda familiar es la típica almeriense de puerta y ventana del ensanche obrero (calle Santa Matilde, próxima a la plaza de toros) a la que Paco Morales añadió una segunda planta y sótano; íntimo sancta santorum con el nombre de "Jaruga" en recuerdo a la decimonónica huerta sobre cuyo solar se alzó. Toda ella abigarrada de elementos decorativos en los que prima la azulejería andaluza.

HOSTELERÍA

La actividad profesional de nuestro hombre -con un currículo denso e intenso, pese a su juventud- está indisolublemente unida al sector hostelero. Desde que en 1943 Francisco Morales Rodríguez, su padre, se viniese de Albondón a instancia de sus tíos Nicolás y Cristóbal Castillo, empresarios del Bar Imperial, en Puerta de Purchena, y propietarios a su vez, en diferentes etapas, del restaurante Club de Mar, Puerto Rico o Granja Imperial. A este establecimiento del Paseo se incorporó en 1953 el joven granadino de 18 años, permaneciendo en la Casa matriz hasta su jubilación en 1978 como respetado jefe de cocina, iniciado por el maestro Rodrigo.

Ya residiendo en la fonda de la plaza San Sebastián -de Nicolás Castillo igualmente-, contrajo nupcias con su paisana Martirio Sánchez Valverde; matrimonio del que, en la calle Calvario, nacieron tres hijos, siendo Paco el menor (marzo, 1968). Fue el padre quien desde el primer momento le indicó el recto camino a recorrer en la vida y le animó en su pronta vocación. No había hecho aún la primera comunión cuando en los veranos, al dar la escuela vacaciones, le obligaba a acudir diariamente al establecimiento, en calidad de "pinche" sin sueldo, para así aprender un oficio en lugar de perder el tiempo en la calle.

Con 16 años lo hicieron fijo en plantilla, al servicio de la barra. Y al cumplir los 20, en el primer emplazamiento del Club de Mar, de Paco Sierra (formado igualmente en los fogones y mesas de los hermanos Castillo). Tras otros cinco lo fichó Nicolás Martínez para su restaurante La Gruta, en carretera de Málaga. Y de allí, siempre ascendiendo de categoría laboral, a la marisquería Veracruz, del Zapillo; hasta marchar a la Cafetería Central -residencial Oliveros- de encargado y jefe de personal. Es aquí donde conoce a Emilia Resina y finiquita su soltería. El joven matrimonio se instala en Lúcar, el pueblo de ella. En la localidad serrana de Las Estancias nacen sus dos hijos, niño y niña, al tiempo que regentan Casa Resina -el Plantonar de Lúcar-, alternando la restauración con la elaboración de conservas frutales y hortícolas. La parejita crece y con ello la necesidad de ampliar estudios en el Instituto. Regreso obligado por tanto a la capital, con la Taberna Entrevinos como destino. Son muchos años ya de asalariado cuando hace un par de meses surgió la oportunidad de gerenciar la cocina de la peña Jueves Taurinos. Es ahora, en libertad absoluta para dirigir negocio propio, cuando nace Sabor & Pasión, con el guiño de un nombre de añejo sabor almeriensista: Taberna "Esquina de las Cruces". Parada y fonda a tanto ajetreo, un remanso donde echar raíces. Lo atractivo de su nueva carta y la aceptación de socios y no socios de la entidad cultural augura un futuro prometedor en la oferta gastronómica capitalina

INVENTARIO

El coleccionismo mantenido en el tiempo es bastante más fructífero que un hobby pasajero. Una afición -cara de sostener- que permite reunir ordenadamente heterogéneos objetos condenados de otro modo al contenedor o a perderse en mudanzas. Piezas de considerable valor etnográfico que ayudan a estudiar costumbres y actividades de un pasado más o menos cercano. No pretendo realizar un detallado inventario por derribo o almoneda, en cuyo caso necesitaría una página más del periódico. Nuestro objetivo es el de subrayar determinados documentos y curiosidades que conforman el proyecto museístico de Francisco Morales, guardián de esencias almerienses, testigos de un ayer finiquitado pero no olvidado:

-Losas hidráulicas que sirvieron de base al "cañillo" de Puerta Purchena. Regaladas por Nicolás Castillo y elaboradas en La Cartagenera; fabricante de la calle Granada y anterior propietario, curiosamente, de la vivienda de Paco en c/. Santa Matilde

-Dos trajes completos de alguacilillos (de terciopelo) datados en la posguerra; adquiridos en un rastrillo y que al parecer pertenecieron a Ulpiano Díaz

-Esportón destinado a enseres y trebejos del torero Enrique Vera

-Mobiliario de la Granja Imperial y un antiquísimo velador de mármol del legendario Suizo, café y kiosco de verano del insigne repúblico Dº Antonio Campoy. Cantado en pasodobles: Dónde está el café Suizo / en el que Iguiño me convidó / y el "espá" Relampaguito / que su montera me regaló…

-Distintos archivadores conteniendo una interesantísima correspondencia comercial de negocios hoy inexistentes, cada uno con su propia historia y anecdotario: Puerto Rico, La Flor de la Mancha y Santa Ana; ultramarinos La Oriental, Confitería Sevillana, Almacenes Iberia, cafés Colón y Español (de Daniel Ibarra, anterior a los hermanos Tara), Caramelos Pepe, Rosita y Dori; Conservas Vázquez y Morato, Droguería de Eugenio Bustos, bares La Alhambra y La Macarena (del rejoneador Fermín Cañadas), bodega Tonda (de Juan Tonda Veza, desde 1896 en plaza San Sebastián), Villa Rosa (mesón y placita de toros en el segundo tramo de carretera de Granada), del banderillero José López "Iguiño", representante de la firma bodeguera jerezana Valdespino, etc. etc.

-Anaqueles con cristalería y loza fina: del Hotel Simón y La Perla, Café cantante Lión d´Or y El Montañés. A estos debemos sumar una completísima botillería, en la que se incluye sodas y refrescos elaborados en Almería y todas las marcas de anises dedicados a toreros famosos envasados y comercializados en Rute (Córdoba)

Enumerado lo anterior, que no es poco, es su archivo documental taurino lo más trascendente reunido por Francisco Morales. La más completa colección en soporte escrito en manos privadas almerienses:

-Biblioteca con los más significados títulos editados desde décadas

-Enciclopedia Cossío (original y ediciones posteriores)

-Colecciones primorosamente encuadernadas de las revistas Sol y Sombra, Blanco y Negro, El Ruedo y Dígame. Ítem más: cartelería de festejos provinciales y nacionales inéditos y nutrida en número; motivo, posiblemente, de un reportaje específico más adelante.

Su detenida visita ha sido un auténtico placer. Fondos muy a tener en cuenta por la Comisión municipal (si se convocase) encargada de conmemorar el año próximo el 125º aniversario del coso de Vílches.

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