Huevos cocidos y mucho jamón, la receta de Abla para merendar

Que mejor plan alternativo al siempre recurrente sol y playa para un sábado por la tarde que merendar hasta altas horas en un paraje idílico como es la sierra de Abla aderezado de huevos cocidos, jamón serrano y mucha alegría y diversión entre amigos y familiares. Pues eso deben de pensar las más de 3.000 personas que se dieron cita ayer en el Parque Municipal de Montagón para celebrar las tradicionales Merendicas.

Todo empezó allá por 1883, cuando el campanero y preparador de los niños de Abla, Pedro González Herrerías (1853-1916), con motivo de festejar la Primera Comunión los llevó el domingo de Pentecostés a merendar al campo, amenizando la tarde con su guitarrilla La merienda consistía en una onza de chocolate, una rosquilla de pan blanco, una gaseosa de bola y un huevo cocido. De ahí que popularmente se le conozca como Merendica o Fiesta del huevo.Y así, de esta forma, se sigue celebrando casi un siglo y medio después en el citado paraje natural de Montagón.

Sin duda, un buen momento para los abulenses tras la toma de posesión por la mañana del nuevo alcalde, Antonio Oliva, que señala que sus paisanos y otros vecinos de pueblos limítrofes de la comarca del Nacimiento "lo que más comen es el huevo cocido, y nunca falta el jamón colgado, así como el buen vino de la tierra, los dulces y el café".

El merendero, ubicado junto al campo de fútbol de la localidad, lucía ayer un ambiente festivo lleno de mesas, sillas, barbacoas y grandes toldos para cubrirse del sempiterno sol.

Hay que señalar que al principio no existía un emplazamiento fijo de celebración sino que variaba cada año hasta que se seleccionó el jardín de Los Santos, ubicado junto a la ermita de los Patronos, actualmente desaparecido. Con el tiempo, los familiares de los niños se sumaron a la celebración y posteriormente las amistades y grupos ajenos al evento, únicamente con la finalidad de divertirse.

Ante la afluencia masiva de personal, el citado jardín quedaba reducido de aforo y se optó por trasladar la merienda campestre al prado de Vista-Alegre, sito en el paraje de Calahura junto al olivar y una fuentecilla en pleno campo donde los comensales transcurrían el día disfrutando hasta caer la noche. Actualmente, la Merendica ha cambiado de lugar y fecha, celebrándose cada sábado de Petencostés en el Parque Municipal de Montagón.

Un punto de encuentro en el que los pequeños disfrutan junto a sus padres y sus abuelos de una tradición que cada año va cogiendo más fuerza y atrae a más personas de todos los rincones de la provincia al ofertar una jornada de diversión asegurada en plena naturaleza y que, al celebrarse durante el fin de semana, permite a muchos evadirse del estrés laboral por unas horas.