La entrevista del domingo

Juan Francisco Rojas: "Ni vamos a dar cheques en blanco ni somos muleta de ningún partido"

  • El presidente provincial de Vox recuerda que donde apoyan a gobiernos exigirán que se cumplan los acuerdos por los que entraron en las instituciones: “Nuestro interés son los ciudadanos y no los sillones”

Juan Francisco Rojas durante la entrevista en la cafetería del hotel Torreluz

Juan Francisco Rojas durante la entrevista en la cafetería del hotel Torreluz / Javier Alonso

JUAN FRANCISCO ROJAS recuperó en septiembre la dirección provincial de Vox de la que había sido relevado por una gestora hace poco más de un año tras una serie de desavenencias internas de un partido que había experimentado un crecimiento sin precedentes en Almería. El éxito inesperado ha conllevado ceses, expulsiones y dimisiones, pero las primarias han abierto una nueva etapa de consolidación orgánica que estará liderada por uno de los hombres clave en esa expansión provincial. Cogió las riendas con 38 afiliados y sin representación y en la actualidad son 1.300 los militantes del censo y tienen parlamentarios, diputados nacionales y una veintena de concejales. Gerente de asesoría fiscal durante una década y admirador de los ideólogos del carlismo en la Restauración, hoy compagina las portavocías más complejas de su partido, la de Diputación y el Ayuntamiento de la capital, dos instituciones que alcanzan este verano el ecuador de la legislatura haciendo frente en el último año a una pandemia inesperada.

– Se han cumplido ya dos años de la irrupción de Vox en la provincia en las elecciones autonómicas, aunque el proyecto se cimentara tiempo atrás. ¿Qué han ofrecido a la sociedad en este tiempo?

- Vox llegó a la política para ofrecer una alternativa real dentro y fuera de la provincia con un proyecto nacional contra el abandono que el ciudadano venía percibiendo de los viejos partidos. En los últimos cuarenta años han sido muchos los olvidos y errores y Vox vino a levantar la bandera de todas esas cuestiones que los españoles no quieren que sigan arrinconadas como la defensa de la unidad nacional frente a los separatismos, el fracaso del modelo de estado de las autonomías que ha generado un enfrentamiento entre los territorios, la pérdida de soberanía a entes supranacionales como la Unión Europea que han vaciado de capacidad de decisión a España como país y, por supuesto, las políticas migratorias y la batalla de las ideas de la que se ha apoderado la izquierda ante la pasividad del PP. La ciudadanía sentía que esas cuestiones no estaban en la agenda de ningún partido, eran incluso tabú, y Vox llegó para defenderlas.

- Si ponemos el foco en la provincia y en sus necesidades específicas, ¿por dónde ha ido la batalla?

- Almería tiene graves carencias como provincia que se han convertido casi en endémicas. El modelo de agricultura que ha creado tanta prosperidad en las últimas décadas es familiar y lo vemos peligrar ante las políticas comunitarias y los acuerdos con países terceros para la entrada de productos sin ningún control e incumpliendo los cupos. Vox está liderando la defensa del sector más importante para la provincia. También estamos trabajando contra las políticas migratorias irresponsables del Gobierno socialcomunista. Estamos viendo un efecto llamada de una inmigración irregular que para nosotros no tiene cabida. Y el déficit más grande que tiene Almería es el de infraestructuras. Y no sólo del AVE que llevamos más de 20 años esperando, sino en el conjunto de las comunicaciones y también en el agua. La derogación del Plan Hidrológico Nacional fue un gran error porque el trasvase del Ebro era fundamental para el desarrollo de nuestra agricultura y también del turismo en la provincia.

– El trasvase del Ebro desapareció hace algunos años de la agenda del PP que fue el partido que lo promovió. ¿Estarían dispuestos a retomarlo si tuvieran la ocasión?

- Por supuesto. Es nuestra obligación moral defender esa posición. Los trasvases entre cuencas son una forma de articular nuestro país con las políticas hídricas, traer agua de donde sobra hacia las regiones en las que no hay. En Almería sabemos hacer un uso eficiente del agua, mejor que nosotros no hay nadie que sepa optimizar los recursos, pero tienen que llegar y nosotros reivindicamos esas infraestructuras que se derogaron por una política sectaria del Gobierno de Zapatero.

- Sólo dos años de Vox en las instituciones provinciales y a pesar del éxito se han multiplicado los dimisiones, expulsiones, imputaciones... ¿son un partido de crisis y oportunidades?

- Es un proyecto que se está asentando. El partido político tuvo una incursión muy fuerte en un primer momento, pero porque todo crecimiento necesita asentarse. Puede transmitir una imagen de inestabilidad, pero nada más lejos de la realidad. Hemos pasado por unas primarias en las que he vuelto a ser elegido por la militancia y a partir de ahora nos vamos a dedicar sin fisuras a consolidar el proyecto, darle fuerza y crear una estructura con las suficientes garantías para convertir a Vox en una verdadera alternativa de gobierno en la provincia.

- ¿No cree que a las fuerzas emergentes les ha faltado capacidad de filtro en sus expansiones municipales?

- Puede ser, para nosotros ha sido un aprendizaje. Es un proyecto nuevo y joven donde la mayoría de los que estamos participando no veníamos de la política y no conocíamos una serie de claves que ahora sí tenemos. No habíamos tenido en estos años un periodo de tranquilidad porque fueron varias elecciones seguidas. No nos dio tiempo a estabilizar el proyecto que había recibido un aluvión de militantes y votos. Y en eso estamos actualmente, la misión que tiene la dirección provincial es trabajar en darle fuerza al proyecto y conocer mejor a las personas que se acercan al partido para conseguir perfiles útiles con los que seguir creciendo.

- Ahora que vuelve a ser presidente tras dar paso a una gestora, ¿es posible reconciliarse con los que le hicieron la cama hace un año o se avecina tormenta?

- En el proyecto de Vox todo el que venga a sumar tiene cabida. Mi misión principal es incorporar a todas las personas que quieran luchar y mejorar este partido. La personas que no viene a aportar ni a sumar se va a descartar sola, no va a ser una decisión de la dirección provincial.

- Los matrimonios de conveniencia con el PP en El Ejido y Huércal no han llegado a buen puerto. ¿Le pasará factura electoral dejar de estar en los gobiernos locales?

- Son dos casos diferentes. Nosotros somos un partido que quiere gobernar donde se presenta, pero los ciudadanos nos pusieron en situación de facilitar acuerdos en algunos municipios o directamente en la oposición. Y donde tenemos la posibilidad de estar en el equipo de gobierno lo hacemos con unas condiciones. No íbamos a dar cheques en blanco a nadie porque nuestro interés no es el sillón, sino lo mejor para los ciudadanos. Y se han dado casos de ver cómo a mitad de legislatura no se cumplen los compromisos y tenemos que romper el acuerdo. Podemos ser útiles también en la oposición.

- En El Ejido han pasado del pacto de gobierno al cordón sanitario...

- Al final el PP siempre demuestra allí y en otros muchos sitios que lo que busca es sostenerse en la poltrona a costa de todo. Nosotros dijimos que salirnos del equipo de gobierno no era incompatible con llegar a acuerdos puntuales en lo que creíamos que podía ser beneficioso para los ejidenses. Pero el PP ha buscado rápidamente el acomodo del PSOE y demuestra que el bipartidismo siempre es un refugio que tienen para mantener sus privilegios.

- ¿Por qué crees que ha calado tanto y tan rápido el mensaje de Vox en esta provincia?

- Tenemos un mensaje directo y los ciudadanos quieren que les hablen claro. Hemos ido a la raíz del problema y por eso nos podrán llamar radicales porque vamos directamente a la raíz de los problemas acuciantes para Almería como la agricultura y la inmigración y al de la desafección con la política y el modelo autonómico.

Juan Francisco Rojas propone un plan específico y más inversión en la limpieza de la ciudad Juan Francisco Rojas propone un plan específico y más inversión en la limpieza de la ciudad

Juan Francisco Rojas propone un plan específico y más inversión en la limpieza de la ciudad / Javier Alonso

- La legislatura de Juanma Moreno ha llegado a su ecuador. ¿Se ha notado el cambio en Almería?

- Ante todo lo que buscábamos era que el cambio no fuera solo de colores. El cambio que propiciamos en Andalucía tenía que ser de políticas reales después de 38 años de gobierno del PSOE con innumerables casos de corrupción. Hemos tenido nuestros desencuentros, pero Vox ha apoyado los dos últimos presupuestos porque se han llegado a acuerdos de mínimos que entendíamos que eran necesarios por responsabilidad para mantener la estabilidad del gobierno andaluz y en beneficio de la ciudadanía porque tenían que estar orientados a la reducción de impuestos, ayuda de autónomos, pymes y agricultores. Pero no somos la muleta de ninguna formación ni vamos a dar cheques en blanco y donde damos apoyo a gobiernos vamos a exigir que se cumplan los acuerdos por los que Vox entró en las instituciones. Seguimos siendo un partido de la oposición y uno de los pilares de nuestro trabajo es el seguimiento y fiscalización de la labor del gobierno.

- Como portavoz en Ayuntamiento y Diputación, ¿cómo valora el trabajo que están haciendo?

- La labor es mejorable y para eso estamos en la oposición, para que se mejore la gestión. En la Diputación no hemos apoyado los últimos presupuestos y ahora estamos negociando los del Ayuntamiento y si quieren nuestro apoyo tenemos que contribuir en su elaboración. Es cierto que estamos en una pandemia y desde Ayuntamiento y Diputación se está haciendo un gran esfuerzo para afrontar una situación complicada y la que se avecina. Es algo que valoramos y estamos abiertos al diálogo para ayudarles en lo que necesiten.

- ¿En qué aspectos de la gestión municipal se percibiría la entrada de Vox en el equipo de gobierno?

- Pues en todas las cuestiones que exigimos para llegar a acuerdos en los presupuestos. Nuestras exigencias van en tres bloques: la reducción de las tasas y mejora de la fiscalidad, la mejora de la transparencia porque es uno de los ayuntamientos menos transparentes y también en la limpieza y mantenimiento de una de las ciudades más sucias de toda España. Y en este último apartado no voy a culpar exclusivamente a la administración, es un tema que nos incumbe a todos los ciudadanos y falta concienciación. También necesitamos un plan de inversiones para la recuperación, no solamente de grandes proyectos y obras faraónicas, sino de todos aquellas pequeñas partidas y actuaciones que necesitan nuestros barrios.

- ¿Qué opinión tiene de la gestión de la pandemia?

- Pues llevamos un año de pandemia y nos hemos encontrado con un Gobierno incapaz de gestionar la crisis sanitaria y económica. Han sido doce meses de improvisación en la que cogieron las riendas y cuando se destaparon sus vergüenzas optaron por ceder las competencias a las comunidades en la segunda ola. A partir de ahí se han visto 17 maneras distintas de legislar y tomar decisiones lo que vuelve a evidenciar el estado fallido de las autonomías. Y a veces siendo del mismo partido como Andalucía y Madrid que han planteado políticas distintas. El gran perjudicado ha sido el tejido productivo porque todo trabajo es esencial cuando hay que llevarle el pan a la familia. Miles de empresarios se han visto abocados a la ruina y como no se articulen medidas el drama será mucho mayor.

- ¿Y cómo ha sido la respuesta municipal frente a la COVID-19?

- El Ayuntamiento de Almería ha hecho un esfuerzo muy importante dentro de las herramientas con las que cuenta para amortiguar el golpe de la pandemia. De hecho, se ha tenido que modificar en varias ocasiones el presupuesto para ayudar al tejido productivo y a las familias. Ahora son necesarias medidas de ayuda directa a los sectores más damnificados por la crisis y vamos a ser muy exigentes en los presupuestos para no fallarles. Es verdad que se ha hecho una modificación de 500.000 euros, pero debería ser aún mayor porque los ciudadanos no comprenden que se dote de medio millón la batalla contra la COVID-19 cuando se están gastando todos los años más de un millón de euros en sostener la televisión municipal. Es sólo un ejemplo, no estoy diciendo de cerrar la tele, pero sí que el esfuerzo inversor debería ser mayor para ayudar a nuestro tejido productivo en esta crisis.

- El relevo en la portavocía, tras la dimisión de Joaquín Pérez de la Blanca, se ha convertido en su primer paso para ser candidato en las próximas municipales. ¿Le gustaría encabezar la lista?

- En el Grupo Municipal ha cambiado mi rol, pero la función sigue siendo la de representar a los ciudadanos que nos pusieron y el proyecto de Vox en las instituciones. Yo siempre estaré a disposición de mi partido para si lo ve conveniente ser el candidato en una futuras elecciones. Es verdad que es ilusionante poder concurrir en tu ciudad como candidato a la Alcaldía, pero tienen que decirlo los afiliados.

- ¿Ser alcalde es hoy su principal aspiración política?

- A mí me encantaría, creo que para cualquier persona que viva la política con pasión y vocación de servicio público ser alcalde de su ciudad es una de sus grandes ilusiones y el mayor orgullo.

- ¿Acertó el partido cuando perdonó la rebeldía del portavoz en El Ejido y sus concejales?

- Es verdad que Juan José Bonilla tomó una decisión unilateral fuera de la disciplina de partido, pero lo más importante es que se llegó a un entendimiento y entregó el acta de diputado que motivó el conflicto. Por el bien de todos y de nuestro proyecto político se solucionó el problema y creo que desde entonces se ha mirado por el bien común de todos y se han apartado los intereses personales.

- Entiendo que la dirección provincial entonces no tendría inconveniente alguno en que repita Bonilla como candidato.

- Tiene que responder de la labor que ha estado haciendo al frente del grupo municipal tanto en el gobierno como ahora en la oposición y si los afiliados entienden, tanto los de El Ejido como aquí en Almería, que somos merecedores de ser candidatos pues no se le pondrán trabas a nadie para que concurra.

- ¿Quién es tu referente político?

- En la infancia crecí escuchando a políticos como Adolfo Suárez en la Transición, pero ya una vez con la madurez y conociendo la historia de nuestro país he conocido y seguido a políticos del siglo XIX como Juan Donoso Cortés o Juan Vázquez de Mella, de corte tradicionalista, que aportaron bases sólidas a la política.

- Y de los contemporáneos, ¿un tal Abascal?

- Te voy a decir Abascal porque yo me uní a este proyecto principalmente por Santiago. Lo venía siguiendo desde las Nuevas Generaciones del PP, conocía su historia y la de su familia, cómo tuvo tres generaciones sufrieron las amenazas de ETA en el País Vasco. Y cuando surgió el proyecto de Vox no dudé en ningún momento y me puse a su disposición en un primer momento por compromiso con mi país y en segundo por lo que representaba Santiago Abascal para la política.

- Con el PP tienen una relación de amor y odio por la que se presentan como una versión mejorada de lo que tendría que haber sido la derecha y, sin embargo, siempre que los necesitan están ahí para arrimar el hombro en ayuntamientos, diputaciones y parlamentos autonómicos.

- Es verdad que el electorado de Vox mayoritariamente viene del PP y muchos de los cargos orgánicos y electos, aunque no sea mi caso. El proyecto de Vox surge por esa desafección y desencanto de los ciudadanos con el PP por el abandono de los ideales que venían defendiendo, sobre todo tras la etapa de Mariano Rajoy en la que con mayoría absoluta no fue capaz de derogar las leyes liberticidas que había ido imponiendo Rodríguez Zapatero y contra las que supuestamente estaban como la ley de violencia de género o la de memoria histórica. Pero el proyecto de Vox no es un apéndice del PP, este partido tiene capacidad para acoger a todos los españoles comprometidos con su país. Y donde se gobierna con el PP siempre hay unas condiciones.

- Hay una política que suele estar en el centro del debate que es la de la violencia hacia las mujeres. ¿Le interesa a Vox la polémica en el mensaje o realmente quiere ir al fondo de la cuestión?

- No queremos polemizar, simplemente entendemos que la violencia no conoce género. Es el fondo de la cuestión y no el mensaje. Aquí lo que se tiene que juzgar son las conductas de las personas y no su género. Esta ley atenta gravemente contra el artículo 14 de la Constitución de igualdad de las personas. No negamos que existía un problema, pero esta ley lo ha agudizado y no lo ha resuelto. Desde que se puso en marcha no han disminuido las agresiones ni muertes de mujeres a manos de sus maridos y se ha generado indefensión de muchos hombres por las denuncias falsas.

- ¿Hay machismo en las políticas de Vox?

- Para nada me considero machista, fíjate si defendemos la justicia que Vox es el único partido que ha pedido que ante este tipo de delitos se endurezcan las penas. Reivindicamos la cadena perpetua ante este tipo de delitos mientras otros hablan de la reinserción que para nosotros no tienen determinados perfiles criminales. Esto no es machismo, ni soy machista ni lo somos en mi partido. Todos tenemos hijas, hermanas y madres a las que queremos proteger, pero también tenemos hijos y no queremos que sean víctimas de la injusticia de sexo porque la izquierda haya querido izar la bandera del género.

- ¿Y quién va ganando la guerra de sexos?

- Pues para eso está el proyecto de Vox, para plantarle cara a la batalla de las ideas y revertir ese mensaje que están taladrando desde hace años. La ciudadanía tiene sentido común y ha visto que la izquierda está fomentando un enfrentamiento entre sexos totalmente perjudicial e innecesario.

- Recientemente ha liderado una moción en defensa de la cruz cristiana que Vox llevará a todos los ayuntamientos e instituciones.

- En los últimos tiempos estamos viendo ataques por parte de este Gobierno de corte laicista que atentan contra nuestras raíces, cultura y tradiciones como españoles. La cruz cristiana es un símbolo de fe que representa a más de 2.500 millones de personas y ha sido la religión ligada a la formación de España como nación. Pensé que para poder proteger ese símbolo de identidad y credo de la mayoría de los españoles se podría llevar a cabo una iniciativa basada en la ley de patrimonio histórico para hacer un inventario de todas las cruces de la vía pública de nuestros pueblos e instar a su catalogación como bien de interés cultural.

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