De Juana vuelve a la calle y se autoproclama "víctima del estado de excepción"Las víctimas dicen que se podía "haber hecho más"

Tres años se ha retrasado su salida de prisión pero al final no se ha podido evitar lo inevitable, que uno de los más sangrientos etarras, José Ignacio de Juana Chaos, vea la luz de la libertad definitivamente después de 21 años bajo la sombra por sus 25 asesinatos como miembro del comando Madrid y un delito de amenazas.

De Juana Chaos salió por su propio pie del centro penitenciario de Madrid VI, en la localidad madrileña de Aranjuez, entre un fuerte dispositivo policial, caminando tranquilo de la mano de su mujer, Irati Aranzabal, y sus dos abogados. El etarra subió a un todoterreno negro que fue acompañado durante algunos kilómetros por la Guardia Civil rumbo a San Sebastián, donde a mediodía le esperaban más de un centenar de simpatizantes que colocaron dos grandes pancartas en las que se podía leer Bienvenido Iñaki y Euskal Herria necesita libertad, junto a dos grandes altavoces. Pese a que el etarra inició una huelga de hambre el pasado día 16, no se apreciaron signos de deterioro físico en su rostro.

La Guardia Civil había desplegado un amplio dispositivo de seguridad en previsión de que pudiera producirse algún incidente pero su salida de la cárcel se produjo con total normalidad, ya que el etarra abandonó la prisión antes de que se abriesen las puertas para los familiares del resto de internos.

El pasado miércoles, la Audiencia Nacional comunicó oficialmente a la dirección del centro penitenciario que el etarra, que cumplía condena de tres años por un delito de amenazas, liquidaba ayer su periodo de reclusión.

El terrorista, que fue condenado a más de 3.000 años por 25 asesinatos y a otros tres por un delito de amenazas vertidas en varios artículos publicados en el diario abertzaleGara, pasó 21 años en prisión merced a las redenciones de condena por su "rendimiento intelectual" y los títulos universitarios que obtuvo durante su estancia prisión.

Su puesta en libertad vino precedida de una nueva polémica al trascender que su futuro domicilio está ubicado en una vivienda adquirida por su esposa en San Sebastián y en el mismo bloque en el que reside la viuda de un militar asesinado por ETA. La vivienda pertenecía a la familia del terrorista, su madre la donó en vida a su hermana, y la esposa de De Juana se la compró a ésta. La Justicia investiga ahora la operación por si se hubiese producido un alzamiento de bienes, ya que el terrorista tiene que hacer frente aún a las indemnizaciones a las que fue condenado para resarcir a sus víctimas.

Horas después de su salida, un grupo de radicales le habían preparado un homenaje en su honor en San Sebastián, del que la prensa fue desalojada. De Juana optó por no presentarse y emitió un comunicado que leyó una joven. En la nota, el etarra justificaba su ausencia del acto por la "presión" que sufren tanto él como su familia, al tiempo que se definía como "una víctima" del "estado de excepción no democrático" creado por Francia y España. De Juana denunciaba también la "dura lucha" que están llevando a cabo ambos Estados "con ilegalizaciones, presión policial y torturas".

Tras la lectura de la misiva el homenaje concluyó al grito de Gora ETA militarra (viva ETA) de los asistentes y música.

La indignación de las víctimas del terrorismo salió ayer a la calle de forma simultánea al instante en el que abandonaba la cárcel el etarra De Juana Chaos. Mientras el terrorista se dirigía escoltado por la Guardia Civil rumbo a San Sebastián, donde iba a recibir un homenaje abertzale al que finalmente no acudió, en la capital donostiarra se concentraban también decenas de personas convocadas por la asociación Dignidad y Justicia para protestar por la excarcelación del etarra y rendir un homenaje a todas las víctimas del terrorismo.

La protesta se celebró junto al monolito situado en los jardines de Alberdi Eider en memoria de todas las víctimas, al que acudieron, entre otros, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, y la portavoz de UPyD, Rosa Díez.

La vicepresidenta de Dignidad y Justicia, Sonsoles Arroyo, tomó la palabra para tachar a los terroristas de "escoria" antes de hacer un llamamiento para acabar con la "impunidad" de los etarras.

A la misma hora, en Madrid, al lado de otro monumento también en recuerdo de las víctimas, situado en la plaza de la República Dominicana -donde De Juana mató a doce guardias civiles en un atentado con coche-bomba-, se congregaron unas 200 personas, incluida la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Los presentes, en su mayoría ataviados con banderas de España, depositaron 25 ramos de flores, uno por cada víctima de De Juana, ante el monumento que fue inaugurado el pasado mayo.

Fueron convocadas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), cuyo presidente, Juan Antonio García Casquero, aseguró en su alocución que el Gobierno "podía haber hecho más" para evitar la excarcelación del sanguinario etarra. "Hoy había que decirle al Gobierno que igual que durante 2006 y 2007, cuando De Juana fue trasladado de hospital en hospital por consideración de carácter humanitario y luego volvió a la cárcel, creemos que hoy también se podía haber hecho algo más", lamentó. En la concentración se escucharon gritos de dimisión e insultos a Zapatero.

Por su parte, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), el colectivo que más padeció la barbarie de De Juana, lamentó que "no puede salir tan barato asesinar a 25 inocentes".