Almería y sus personajes I Bienvenido Ayala Galindo (Maestro desde hace 48 años )

  • En Vélez Blanco sufría al ver cómo expoliaban el castillo

  • Luego estuvo en Nacimiento y en Almería

“Llevaba al colegio el agua a lomos de mula y la luz, con candiles”

BienvenidoAyala imparte actualmente clase de Matemáticas en el instituto ‘Azcona’, a pesar de tener ya 68 años. BienvenidoAyala imparte actualmente clase de Matemáticas en el instituto ‘Azcona’, a pesar de tener ya 68 años.

BienvenidoAyala imparte actualmente clase de Matemáticas en el instituto ‘Azcona’, a pesar de tener ya 68 años. / JLL Bretones

Escrito por

José Luis Laynez Bretones

Él dice que no pero yo creo que, a punto de cumplir 68 años, es uno de los funcionarios de más edad en activo. Es maestro desde hace 48 años y actualmente ejerce en el IES.Azcona.

–Eso de ‘pasas más hambre que un maestro escuela’ ya es historia, ¿verdad?

–Pues ya sí pero cuando empecé a dar clase en Los Giles, en 1972, no. Recuerdo que me llevó mi padre en su coche y, al ver dónde me dejaba, me dijo casi llorando: ‘Hijo, en la casa nunca te faltará un plato de comida’.

–¿Tan poco se cobraba?

–Mira, mi primer sueldo fueron 8.700 pts. o 52 euros. Es verdad que lo ahorraba todo porque allí no tenía dónde gastarlo. La carne era de la matanza y duraba el año entero; las hortalizas, de los huertos familiares; el pan lo hacían en su horno o lo traía el cartero. Y cuando llegaba la matanza, me invitaban a todas y me daban embutidos para un año. Era gente humilde pero buenísima.

–Pues me imagino cómo sería el colegio...

–No, no te lo imaginas.Allí había 10 ó 12 cortijos en los que vivían treintaitantos vecinos sin luz ni agua corriente.No había bares, tiendas, ni pensiones y tampoco alcalde, médico o cura. El único forastero era yo. Cada semana se encargaba una familia de darme cobijo y comida. ¿El colegio? Era un cortijo con algunas mesas y sillas en el que había un rincón con una cortina delante que era ‘la casa del maestro; y como los demás, sin luz ni agua-

–Pero ahí estaba el maestro para solucionarlo...

–Tenía que iluminar la clase con unos candiles míos y coger agua de unos caños que había a dos kilómetros y llevarla en cántaros a lomos de una mula. Por la noche, ni radio ni tele, por supuesto.

–Pues suena bucólico...

–Todo lo bucólico que tú quieras pero con 20 años uno aspira a trabajar en un lugar mas animado, no en un oasis de tranquilidad.

"En Los Giles no había casa del maestro y cada semana una familia se encargaba de mi manutención”

–Al menos tendrías un buen horario, digo yo.

–Tenía 18 niños y el horario era superflexible. Cuando los niños se despertaban, las madres me los llevaban al colegio y cuando terminaban de hacer la comida, iban a recogerlos. Echaban la siesta y, cuando se despertaban, otra vez al ‘cole’, hasta que se hacía de noche, que se los llevaban. Y allí todos los días eran iguales, no había sábados ni fiestas; sólo el domingo y por la misa.

–Pero sólo fue un año; luego, a Vélez Blanco.

–¡Mira que sufrí yo allí viendo cómo dejaban morir el castillo tan maravilloso que tienen! Era una ruina al que entraba quien quería y se llevaba las piedras que necesitaba, porque otra cosa no quedaba ya. Hasta encerraban allí los rebaños. Lo veían como algo normal, aquello no era de nadie y podían hacer lo que quisieran.

–Tú también te trajiste algo...

–¡Ja, ja, ja! Sí, pero no lo expolié del castillo. Allí me eché novia, la que hoy es mi mujer.

–Tu siguiente destino fue tu pueblo, Nacimiento.

Bienvenido en su despacho de la secretaría del instituto. Bienvenido en su despacho de la secretaría del instituto.

Bienvenido en su despacho de la secretaría del instituto. / JLL Bretones

–Pues sí, el colegio San Miguel Arcángel.Llegué en 1975 y había 156 niños de 3 a 14 años; pues bien, cuando me trasladaron a Almería en el año 2000 sólo quedaban 26. Da una idea de la despoblación de la comarca del Río Nacimiento. Estuve allí 25 años, 24 de director.

–’Crónicas de un pueblo’ en estado puro...

–Sí, como la serie de televisión de los años 70. Allí estábamos el alcalde, el médico, el maestro y el cura que éramos las fuerzas vivas. Me sucedió una anécdota curiosa. En las primeras elecciones municipales empatamos a votos dos candidatos, uno de ellos yo. Como allí teníamos ‘buen rollo’, dijimos de compartir la alcaldía dos años cada uno.Pero cuando llamamos a un notario para que diera fe de ello, dijo que eso no lo contemplaba la ley electoral y que no podía levantar acta.

"En Vélez Blanco conocí a la que hoy es mi mujer y en mi pueblo,Nacimiento, fui el director 24 años”

–¿Cómo acabó el conflicto?

–Pues hubo que echar una moneda al aire y... perdí, nunca he sido afortunado en el juego. A raíz de aquello se cambió la Ley Electoral para contemplar la posibilidad de compartir alcaldía.

–Y acabarás tu vida laboral en el instituto Azcona.

–Aquí llevo 20 años, la mitad de secretario. Imparto Matemáticas como bien sabes, y no tengo ninguna gana de jubilarme.

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