Almería

MOJÁCAR. El alcalde que reflotó a todo un pueblo

El alcalde que reflotó a todo un pueblo

El alcalde que reflotó a todo un pueblo

Entre Sierra Cabrera y el Mediterráneo, Mojácar se enseñorea a 172 m. de altitud sobre un abigarrado promontorio surgido en el Valle del Almanzora. A sus pies se extiende una franja litoral donde en décadas precedentes se fraguó un imparable fenómeno urbanístico. Línea costera en la que alternan playas y calas de arena dorada con abruptos acantilados, dando refugio a numerosas especies marinas. Doce kilómetros de Carboneras a Garrucha: de Venta del Bancal a Marina de la Torre. Entre su amplia disponibilidad hotelera cabe significar el Parador Nacional de Turismo “Reyes Católicos”. Inaugurado en marzo 1966 por el ministro Manuel Fraga, es el único establecimiento de esas características en la provincia. En su consecución jugó un papel determinante nuestro hombre:

"Cogió su Renault Gordini y se presentó en Madrid enfrente del Ministerio. Se sentó allí y no se fue hasta que le confirmaron que Fraga consideraría la opción de Mojácar como destino del Parador de Almería. Nunca dijo cuántos días esperó allí sentado", relataba la alcaldesa Rosa María Cano.

Viviendas y solares gratis

Un guardia civil de Vera comentó a Jacinto Alarcón el haber escuchado su nombre como futuro alcalde de su pueblo natal. El modesto industrial molinero-panadero, alineado con la República (participó en las batallas de Brunete y El Jarama), se sorprendió, naturalmente. Finiquitaban los años Cincuenta cuando fue llamado a Almería por el gobernador Civil, Ramón Castilla Pérez, quien lo nombró máximo regidor “hasta que Mojácar no se uniese a Garrucha o Carboneras”, algo que evidentemente no se produjo, prolongándose su mandato en la alcaldía 17 años, hasta 1976. El 13 de mayo de 2000 en el Hospital de La Inmaculada, de Huércal Overa, a la edad de 87 años. Casado con Dolores Alarcón Castaños, fueron padres de cuatro hijos: Isabel, Juan, Rosendo y Jacinto.

Alma máter del Mojácar desesperanzado, cuando el pueblo (con 600 habitantes) se desangraba en la emigración a Francia, Argentina o Estados Unidos, Jacinto Alarcón Fuentes (1911-199-) trabajó intensamente en la captación de personas relevantes de diversas nacionalidades a los que ofreció gratis solares y casas abandonadas (así lo anunció en el diario ABC; pagando solo un arbitrio de cinco pesetas por metro/2): artistas, políticos, miembros de la nobleza, aventureros… El secretario personal de la reina Isabel II de Inglaterra, el torero Antonio Bienvenida, Tico Medina, el embajador Díaz Cañabate, el poliédrico Jesús de Perceval, el pianista colombiano Enrique Arias (adquirió el Castillo) o Rafael Lorente, diplomático u autor de <Thalasa. Memorias de una Almería insólita> Hoy ciudadanos de un centenar de nacionalidades comparten el pan y la sal. De su mano empezó la etapa de mayor progreso vivida por el pujante municipio levantino. Consistorio que en enero de 2017 le dedicó una calle en presencia de familiares y amigos; sumándose al nombramiento en vida de Hijo Predilecto (julio, 1985) y a la concesión de la Medalla de Andalucía en Almería.

ENTREGA INDALO DE ORO EN FITUR A LA FAMILIA DEL ALCALDE JACINTO 2017 ENTREGA INDALO DE ORO EN FITUR A LA FAMILIA DEL ALCALDE JACINTO 2017

ENTREGA INDALO DE ORO EN FITUR A LA FAMILIA DEL ALCALDE JACINTO 2017

“Lo hizo por amor al pueblo, por nada. Cogió una Mojácar derruida y lo primero que hizo fue reconstruirlo y recuperar el agua. Fue él quien ideó el turismo en el Municipio”, manifestaban sus hijos al recoger el Indalo de Oro concedido a título póstumo, también en 2017. Mientras que Elena Sevillano resumía en El País (agosto, 2019):

A Jacinto Alarcón, alcalde en la década de 1960 de un Mojácar deprimido, se le ocurrió regalar solares con la condición de quien construyera respetara la arquitectura tradicional. Las restricciones permanecen: casas de dos plantas como máximo, obligatoriamente blancas, sin tejados y sí cúpulas, y nada de cultivos bajo plástico. Empezaron a llegar artistas, embajadores y millonarios que se cruzaban con el vecino montado en su burro, y en la fuente, mojaqueras con sus cántaros en la cabeza y media cara tapada. El contraste encandiló a los visitantes tanto como el paisaje áspero pero magnético de monte semipelado y el azul del mar como telón de fondo…

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