Almería

Sus Majestades reparten regalos a lo largo de todo el Almanzora

  • Albox, Cantonia y Fines han formado parte del recorrido de la numerosa Comitiva Real

Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente recorrían ayer hasta el último rincón de la comarca del Almanzora. En torno a las tres de la tarde, realizaban su primera parada en la Barriada de La Cinta en Arboleas; allí los vecinos les esperaban con un aperitivo y refrescos, para darles la bienvenida después de un viaje tan largo. Dos carrozas preparadas y llenas de niños, acompañaron a Melchor, Gaspar y Baltasar por todas las barriadas arboleanas, hasta acceder al casco urbano en torno a las ocho de la tarde, y realizar la entrega de regalos en el Museo Pedro Gilabert.

En otros municipios como Albox, la cabalgata comenzaba poco después de la cinco de la tarde. Más de una docena de carrozas, realizadas por las distintas asociaciones de la localidad, llenaron de calor una noche en la que las caras de emoción y algunas lágrimas sobre todo en los más pequeños, fueron la nota predominante. El Belén instalado en la Plaza de San Francisco, fue el lugar donde sus Majestades hicieron entrega de los regalos a todos y cada uno de los niños del municipio.

En Cantoria, la cabalgata realizaba su salida oficial en torno a las cinco y media de la tarde y recorría las principales calles del municipio. Y dos horas después, llegaba hasta la pedanía de Almanzora.

En Fines, el propio alcalde, Rodrigo Sánchez, conducía una de las carrozas que abrían la comitiva de la cabalgata. Cientos de vecinos llenaron la Plaza del Ayuntamiento y acompañaron a los reyes por las principales calles del municipio. Tal y como explicaba la propia teniente alcalde, Paqui Trinidad, todos los niños recibían regalos; "el ayuntamiento mandó su propia carta a los Reyes, para encargarle regalos también a aquellas familias que necesitan un poco de ayuda. Estamos convencidos de que todos los niños van a recibir su regalo" explicaba anoche mientras los reyes hacían entrega de los regalos en el Salón Social del municipio.

En Laroya, un pueblo con apenas una veintena de niños, los Reyes Magos instalaban su base en la puerta de la Iglesia para hacer entrega de los regalos de forma totalmente personalizada.

Cientos de kilos de caramelos, ilusión y alegría, en una noche además muy apacible en los pueblos del Valle del Almanzora, hicieron que todos los vecinos se echaran a la calle para disfrutar de las horas más mágicas del año.

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