Almería

Roquetas de Mar toma las calles para ovacionar a los Reyes Magos de Oriente

  • Los niños pudieron ver cómo caían del cielo más de 10.000 caramelos · Una noche multicultural sirvió para que los vecinos descubrieran cómo la magia de la Navidad se instalaba por todas las avenidas

Más de 10.000 kilogramos de caramelos fueron repartidos por las calles del municipio roquetero durante las tradicionales cabalgatas, en las que los Reyes Magos desfilaban junto a pasacalles, bandas de música, bomberos y el mismísimo Far West, todo un espectáculo del lejano Oeste americano, haciendo las delicias de grandes y pequeños. Pese a la fuerte crisis económica existente la administración local celebró cabalgatas en las principales zonas de la ciudad, como Cortijos de Marín, El Solanillo, Aguadulce, El Parador, Las 200 viviendas, Las Losas, y el núcleo urbano de Roquetas. Las siete cabalgatas estaban organizadas y patrocinadas por el ayuntamiento, que además dispuso la presencia de animales, bomberos, cinco pasacalles, diez carrozas, seis bandas de música y la presencia estelar del Far West norteamericano, con los épicos carromatos cinematográficos en las calles y, sobre todo, la actuación del pasacalles francés Les Blanc, grandes triunfadores de los certámenes realizados por el consistorio los últimos años. Todos estos espectaculares números provocaban el delirio de los miles de asistentes, que como no podía ser menos, literalmente se pegaban por lograr atrapar parte de los miles de caramelos que desde sus carrozas lanzaban sus majestades de Oriente.

La cabalgata principal, la más espectacular y multitudinaria, tuvo lugar en el núcleo de Roquetas de Mar, saliendo del Castillo de Santa Ana sobre las siete de la tarde, y llegando a la plaza de la Constitución, donde se encuentra el ayuntamiento, unas tres horas más tarde aproximadamente. Allí, Sus Majestades de Oriente tenían el contacto más directo con los pequeños, repartiendo regalos a los presentes y haciéndose la tradicional fotografía con todos los niños y niñas que lo deseaban. Mucho trabajo dieron a Melchor, Gaspar y Baltasar los pequeños roqueteros, de todas las nacionalidades que habitan en un municipio multiétnico. Todos querían estar con ellos en una noche mágica esperando que en la madrugada llegaran a sus casas para dejarles los juguetes que habían pedido.

El concejal de Festejos, José Juan Rubí, afirmaba "que el orgullo que representa organizar estos desfiles es inmenso, destacando entre las muchas actividades que realizamos, ya que sabemos que fundamentalmente están destinados a los más pequeños, a hacer crecer su ilusión, y a su disfrute individual y colectivo. Eso nos hace esforzarnos más y poner todo lo que tenemos para, con recorte presupuestario incluido, hacer que no disminuya la calidad de los desfiles ni un ápice".

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