Instituciones Penitenciarias

Una Navidad entre rejas en Almería

Los internos celebran la Navidad con una chocolatada. Los internos celebran la Navidad con una chocolatada.

Los internos celebran la Navidad con una chocolatada. / Carlos Barba/EFE (Almería)

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Miguel Martín/EFE

La Navidad es fecha de reencuentros familiares y con amigos, de celebraciones entre cánticos populares y deseos de buena voluntad. Es una fecha marcada en el calendario de muchos, también de aquellos privados de libertad, como los internos del centro penitenciario ‘El Acebuche’ de Almería.

Nada más acceder a la prisión, un árbol ricamente decorado recibe al visitante, uno de los muchos adornos dispuestos en las distintas dependencias de la cárcel. “Intentamos que, en la medida de lo posible, la Navidad en el centro penitenciario se asemeje a la del exterior”, afirma a EFE su director, Miguel Ángel de la Cruz.

“Procuramos generar un ambiente de afecto, de recuerdo de las personas queridas y de convivencia más grata para que, de alguna forma, puedan paliar los efectos del distanciamiento que provoca su internamiento”, abunda.

Por ello, en todos los módulos de ‘El Acebuche’ luce un belén, elaborado y montado por los propios reos, así como guirnaldas de colores, árboles de Navidad, felicitaciones, etc.

Entre estos belenes se encuentra por ejemplo el de la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE), que se ha trabajado “con mucho afecto y dedicación” para crear un “espacio de mayor acogimiento y de disfrute”.

De hecho, durante la visita a la UTE de ‘El Acebuche’ sus internos vivían un emotivo momento con una chocolatada acompañada por un bizcocho cocinado en la panadería del centro penitenciario, además de los típicos turrones, peladillas y dulces de estas fechas.

Árbol de Navidad en la entrada en la entrada de la UTE. Árbol de Navidad en la entrada en la entrada de la UTE.

Árbol de Navidad en la entrada en la entrada de la UTE. / Carlos Barba/EFE (Almería)

Y no es la única actividad prevista para este mes especial, ya que habrá un concurso para elegir el mejor belén de la prisión, así como de felicitaciones y de villancicos. “Tenemos un grupo de internos de la enfermería que, junto a voluntarios de ONG, pasan por los distintos módulos cantando”, abunda De la Cruz.

Además, los días de Nochebuena y Nochevieja, así como el 25 de diciembre y el 1 de enero, los presos contarán con un “menú especial”, una “comida modesta” que intentará reproducir en parte las cenas y almuerzos del mundo libre.

De la Cruz explica también que durante estas semanas se concentran numerosas comunicaciones y contactos con las familias, ya sea directamente en el centro, a través de llamadas telefónicas o incluso de cartas; toda vez que aquellos presos que pueden disfrutar de permisos intentan hacerlo en Navidad.

Navidad sin libertad

“Ésta es la quinta Navidad que me tiro aquí. Por esta condena es la primera, pero tuve otra condena anterior”, revela por su parte a EFE Sebastián, uno de los internos de la UTE, un espacio en el que estas fechas “se llevan mejor que en otros módulos, porque hay más cercanía con los compañeros, con los funcionarios y con el equipo técnico”.

Aunque por circunstancias personales este año será diferente, el interno reconoce que poder contactar con su familia en Navidad “es muy agradable”. También desvela que ha sido uno de los responsables de montar el belén: “Me he implicado a tope para que salga todo bien. La verdad es que ha sido muy emotivo”, asevera.

Uno de los internos decora el Belén de la UTE. Uno de los internos decora el Belén de la UTE.

Uno de los internos decora el Belén de la UTE. / Carlos Barba/EFE (Almería)

De ‘El Acebuche’ depende también el Centro de Inserción Social (CIS) 'Manuel Pérez Ortega', ubicado en el barrio de El Puche, dónde José, uno de los educadores, ha movilizado a los internos de segundo y tercer grado para diseñar e instalar otro belén.

“Hemos ido consiguiendo materiales y haciendo un montaje diferente con casas y distintos materiales. La gente que viene al CIS no suele permanecer mucho tiempo; tenemos unos periodos que oscilan entre los tres y los cuatro meses, porque van consiguiendo trabajo y se marchan. Pero así el tiempo que están aquí, están entretenidos y pasan las mañanas y las tardes de forma más amena”, concluye.

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