Con la absoluta seguridad que les da la más que certeza que se tratará de una infraestructura que deberá gestionar un Gobierno de su partido, el PP escenificó ayer su apuesta inequívoca por el corredor mediterráneo horas antes de que la Comisión Europea se pronuncie sobre qué trazado deberá incluirse entre sus objetivos prioritarios. Los presidentes de Murcia, Valencia y Baleares, la candidata a serlo en Cataluña y "el próximo presidente de la Junta" como calificaron a Arenas una y otra vez, suscribieron algo más que una declaración de intensiones. La cumbre de Almería fue una petición en voz alta, una puesta en escena de una obra de la que nadie quiere quedarse al margen.

El primero en hacerlo patente fue al alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, quien habló de las diferencias entre "el tener y el no tener" una infraestructura que responde al "trazado natural" que a su juicio supone la necesidad imperiosa de "no dejar pasar la oportunidad" que para Almería supone quedarse fuera. "El corredor mediterráneo, no se entiende sin Almería", fue lo último constructivo que se escuchó. A partir de entonces, constantes recaditos para un Gobierno que "va a demostrar cómo se pueden hacer las cosas mal hasta el final".

Le tocó el turno a Gabriel Amat, en calidad de (así fue presentado) de presidente de la Diputación. Lo del también presidente de los populares almerienses, fue más crítica que construcción. Lo suyo es recordar "la mala suerte que ha tenido Almería con los Gobierno socialistas" y que "Almería es la más castigada de todas las provincias", así como el convencimiento de que se trata de superar y terminar con esta "mala rachilla que estamos viviendo".

Antonio Sanz definió el acto de ayer como de "realismo" y comenzó pronto con sus puyas: "es muy triste tener que ser el primer ministro de Obras Públicas que está para parar obras". En cualquier caso y pese a los recuerdos que se lanzaron tanto a los EREs como a las constantes investigaciones a las que está siendo sometida la Consejería de Empleo, Sanz fue quien desgranó los motivos que le llevan a solicitar una infraestructura que "supone crecimiento y creación de empleo".

A su juicio, hay dos "poderosas razones por las que Andalucía no se puede quedar al margen de dicho corredor: una porque necesitamos mecanismos para reactivar la economía, algo incompatible con el actual Gobierno del PSOE y la segunda por la necesidad imperiosa de hacernos fuertes en Europa; con el actual Gobierno que tenemos, cada vez que van a las instituciones europeas, vienen con la sensación de que nos han robado la cartera". La última y "con todo el respeto del mundo para todas las comunidades (estaban allí los de Murcia) la idea de que el corredor mediterráneo se quede en Valencia o en Cartagena, algo que condenaría a Andalucía".

La tarde fue para la foto más formal, la firma de una declaración, la última por cuestiones de tiempo antes del miércoles, que ratifica lo dicho en las conversaciones entre los líderes populares. Durante su firma, el presidente de los populares andaluces, Javier Arenas, quiso recordar que esa reivindicación no era un capricho, ya que "afecta al 40% de la población de España, al 50% de la producción agraria, al 60% del tráfico de mercancías y al 70% del turismo", por lo que aseguró que "es uno de los ejes prioritarios para la cohesión de Europa y España".

Javier Arenas quiso también dejar su particular recuerdo al presidente de la Junta quien "no responde las llamadas del PP" para apoyar el eje Mediterráneo, mientras que "si apoya abiertamente el corredor central".

Entre buenos deseos previos a una elección que se antoja clave, los populares dejan claro con quién juegan. Lo que queda por conocer es si lo harán en las ligas europeas.

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