Playas vírgenes, golf y vestigios árabes y romanos en El Poniente
Los siete municipios de la Comarca ofrecen un amplio abanico para el ocio
En el Poniente almeriense hay de todo y para todos los bolsillos. La zona más rica de la provincia cuenta con multitud de posibilidades turísticas en sus siete localidades: Adra, El Ejido, Enix, Felix, La Mojonera, Roquetas de Mar y Vícar.
Roquetas de Mar y Aguadulce son conocidas por su oferta para la práctica de la vela o el golf y la belleza del Castillo de Santa Ana, pero si el visitante prefiere alejarse del mundanal ruido puede optar por tomar el sol y avistar aves en el Paraje y Reserva Natural Punta Entinas-Sabinar, en El Ejido, o pasear por la Reserva Natural de las Albuferas de Adra.
En El Ejido se pueden visitar yacimientos prehistóricos como el de Cíavieja y restos del pasado romano como el mausoleo El Daymún o la factoría de salazones de Guardias Viejas.
Adra es un pueblo pesquero en el que se pueden conjugar deportes como la vela, la pesca deportiva, el submarinismo o el senderismo y la visita a los restos de muralla de su fortaleza o a templos religiosos como la iglesia de la Inmaculada o la ermita de San Isidro.
Enix y Felix conservan parte del encanto de su pasado árabe. Las calles escalonadas y las casas blancas constituyen un atractivo singular y con gran encanto.
El municipio más joven de la provincia de Almería, La Mojonera, destaca por la artesanía de encaje de bolillos. Las asociaciones de mujeres perpetúan esta actividad ancestral que convoca a numerosos visitantes durante una concentración anual de bolilleras en junio.
En Vícar algunos de los monumentos turísticos más destacables son la Iglesia Fortaleza del siglo XVI de estilo mudéjar, los restos de acueductos romanos situados en el paraje Los Perichos, o la Casa del Marqués de Casablanca, construida en el siglo XVII.
La Comarca, llena de contrastes que navegan entre la tradición y la modernidad, destaca por su mar de plástico, una zona singular que, sin duda, llama la atención a quienes nunca han estado en la provincia. Los invernaderos, motor de la actividad económica almeriense, esconden lo que se conoce como la Huerta de Europa y pueden visitarse a través de la empresa Clisol Agro, que muestra los métodos de producción del Modelo Almería haciendo una ruta guiada a través de las entrañas de los invernaderos.
La gastronomía, como no podía ser de otra manera, sienta sus bases sobre las hortalizas que crecen a diario en el vergel plástico. De un extremo a otro de la Comarca se pueden degustar infinidad de platos diferentes y sabrosos: fideos aparte, olla fresca, fritada, arroz a banda, ajo colorao o tarbinas. Un sinfín de sabores para todos los gustos.
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