"Poder decir en antena todo lo que pienso es una suerte y un privilegio"
El director del programa La Brújula de Onda Cero estuvo ayer en Almería donde participó en el ciclo de conferencias 'Reflexiones sobre la radio' en el Apolo con motivo del 75 aniversario de Radio Almería
"Les voy a decir una cosa". Carlos Alsina, director de La Brújula de Onda Cero, participó en el ciclo de conferencias Reflexiones sobre la radio con una charla con la que encandiló a quienes llenaron ayer el teatro Apolo.
-Les voy a decir una cosa...
-Ahora yo debería seguir, y estar hablando unos siete u ocho minutos que es lo que hago todas las tardes al comenzar el programa. Éste es un latiguillo premeditado que empecé a utilizar de broma. Con estas palabras el que te está escuchando se pone en guardia. Ahí se quedó. Llevo cuatro años diciendo: 'Les tengo que decir una cosa' para introducir el monólogo que llaman unos o editorial que dicen otros...
-¿Monólogo o editorial?
-A mí lo de editorial me gusta poco porque es más aplicable a la prensa escrita. En la radio no existen. Cada uno de lo que hablamos decimos lo que nos parece. Lo de monólogo se ha identificado más con el humor. Es como introducir este humor en la información pero no todos los días lo conseguimos porque no todos los días la actualidad se presta a ello.
-Usted conoce bien la prensa escrita...
-Empecé como becario mientras hacía la carrera. Envié currículum a todos los medios. Tuve suerte y me llamaron de Cambio16 y ABC. Luego ya me pasé a la radio que es lo que me gusta, aunque escribimos más de lo que la gente piensa. En este sentido soy de la vieja escuela. Desde que hago La Brújula escribo más de todo lo que he escrito en mi vida.
-¿Qué enamora de la radio?
-Hay dos fases de enamoramiento. Cuando eres oyente, tienes pocos años y la escuchas. Siempre pensaba: ¡qué bien se lo pasa esta gente! y cuando descubrí que encima cobran... fue el enamoramiento total. La segunda fase es cuando empiezas a trabajar en ello y descubres que es mucho más de lo que parecía. Me enamoró lo directa que es la comunicación. Hace llegar el mensaje con más claridad, más nitidez.
-La vida del periodista es complicada, no hay tiempo para nada. ¿Se arrepiente en algún momento de haberse dedicado a esto?
-Para nada. Incluso en los peores días en los que estás más agobiado, que no tienes ni un minuto para la vida personal. Cuando me da el bajón lo primero que me acuerdo es de mis 19 años, quería ganarme la vida haciendo lo que hago. Pensaba que sería fantástico. Tengo la suerte de hacer lo que quiero y ganarme bien la vida. Además, hay que destacar que la radio es muy absorbente, te roba mucho tiempo. Quiero hacer un programa en el que todo lo que diga esté argumentado.
-Ha hablado de los pros, ¿qué contras tiene el periodismo?
-La dificultad del periodismo es que llamamos igual a actividades que en realidad son muy diferentes. Por ejemplo, trabajar en un medio escrito, un programa de radio o colaborador en un programa del corazón. Son oficios que tienen poco que ver entre ellos.
-¿Éste deterioro existe hoy?
-Sí. En buena medida porque algunos medios o personas han confundido la esencia del oficio. Está bien informar y opinar, pero a veces esto se está confundiendo con provocar agitación, convocar manifestaciones... y no estamos para eso.
-Onda Cero Almería cumple 75 años...
-¡Y mira lo bien que estamos!
-Referencia en España...
-Solemos decir que un programa de radio no existe hasta que lleva tres años en antena sin cambiar de director o presentador. Calamos despacito. Al final es una rutina para los oyentes. Hemos sabido mantener la marca. Quiero pensar que también estamos bien valorados, que se nos reconoce nuestra actitud.
-¿Le dejan decir todo lo que piensa?
-Sí. Es una suerte y un privilegio poder trabajar así. Es la tónica que predomina en Onda Cero. Lo que hay que hacer es decir lo que crees que tienes que decir.
-¿Hasta qué punto es capaz de complicarle la vida un político a un periodista?
-Al mismo nivel que un periodista a un político. Depende de cuánto poder tenga. Aunque normalmente intentan lo contrario, engatusarte.
-¿Qué noticia no le hubiera gustado dar nunca?
-El 11 de marzo. Fue un día espantoso. Radiofónicamente además fue difícil. A primera hora de la mañana no sabíamos qué iba a pasar más tarde. Los compañeros que estaban a pie de vía también lo pasaron fatal.
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