Policía Local y Bomberos de Almería adquieren vista de pájaro con el uso de drones

Almería

El Ayuntamiento ha comprado dos aparatos no tripulados y pronto estarán en activo

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Un policía maneja un dron / Antonio Pizarro

Hasta hace relativamente poco, el empleo de drones era casi ciencia ficción, pero los avances tecnológicos han multiplicado las utilidades de estos sistemas aéreos no tripulados (UAS), convirtiéndose en una herramienta de gran ayuda, especialmente en situaciones adversas en las que el alcance humano se hace complicado. La capital almeriense se suma pronto a los municipios que cuentan con una unidad de drones de respaldo a los servicios de seguridad y vigilancia. El Ayuntamiento va a dotar a la Policía Local, Bomberos y Protección Civil de estos particulares compañeros en el aire, que permiten desde observar en tiempo real la evolución de una manifestación hasta adentrarse entre las llamas de un fuego o facilitar la asistencia sanitaria en zonas abruptas y de difícil acceso.

La incorporación de drones fue contemplada en los presupuestos municipales para este año y, antes de que 2023 toque su fin, el equipo de María Vázquez ha aprobado en Junta de Gobierno la adquisición de dos aparatos a la empresa Stockrc FPV Aeromodelismo por cerca de 10.000 euros y un plazo de suministro de 30 días.

Son unas estupendas herramientas de seguridad que pueden ofrecer respaldo en situaciones adversas y de emergencia”, anticipaba el pasado año la concejal responsable, María del Mar García Lorca, quien detallaba que los agentes de la Policía Local, los Bomberos y Protección Civil recibirán un curso especializado de formación en el pilotaje y manejo.

La capital no es el primer municipio de la provincia en fortalecer los servicios de seguridad con drones. La Diputación incorporaba en 2021 un dron a los equipos de búsqueda y rescate de Protección Civil, mientras que Níjar los emplea para vigilar las 5.000 hectáreas de cultivo intensivo, entre otros usos, y Dalías reforzaba la vigilancia durante el confinamiento con drones.

Su empleo en la búsqueda de personas se popularizó con la desaparición de Blanca Fernández Ochoa, pero ya antes en Almería se emplearon drones en el rastreo del niño Gabriel Cruz y fueron fundamentales para localizar a la anciana con alzheimer perdida en Huércal Overa y detectada por las cámaras aéreas junto un barranco desfallecida y con contusiones. Las coordenadas que facilitaron los drones permitieron su localización y la evacuación urgente de esta mujer al hospital.

Los drones aportan otras bonanzas como el control de masas, pues permiten supervisar desde el cielo grandes extensiones sin gasto de combustible y con más discreción que los helicópteros, así que otro de los posibles empleos es el seguimiento de manifestaciones y eventos concurridos, como carreras populares, procesiones el desplazamiento de un grupo de aficionados ultras en un partido de fútbol. La Policía puede así conocer con precisión si se ha generado un incidente o un disturbio y ganar tiempo de respuesta.

Otro uso que ya se está extendiendo es en los incendios forestales. Por regla general, los helicópteros y aviones cargados de agua no suelen volar cuando se va la luz natural, lo que hace que los incendios puedan ganar terreno si sopla el viento durante la noche. Las cámaras térmica de los drones facilitan esta supervisión sobre la evolución de un fuego y detectar las posibilidades de que se reactive, pudiendo atajarlas antes de que las llamas se extiendan.

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