La Policía Nacional ha recibido la denuncia de una sexta víctima de M.C.L.F., la mujer que se encuentra en prisión provisional por drogar presuntamente a cinco ancianos con benzodiacepinas para robarles, lo que presuntamente provocó la muerte por intoxicación de un hombre de 90 años.

Según ha indicado este viernes la Comisaría de Almería, la nueva víctima es un varón de 69 años que ya tenía paralizado el lado izquierdo del cuerpo.

"Una de sus hijas, al visitarlo, se lo encontró con una cuidadora que no conocía. Dijo ser de la misma empresa que las otras denuncias. Vio que su padre tomaba café y ella nada. Extrañada, al irse llamó a su cuidadora oficial, quien le dijo que no tenía por qué haber nadie de la empresa en la casa", han relatado desde la Policía.

Cuando la hija volvió al domicilio y llamó a la puerta pudo oír a su padre decir "no puedo, no puedo" con voz débil. Al acceder a la vivienda lo encontró en el suelo, inmovilizado, enrollado en mantas y sujeto por cajas y electrodomésticos. "Su vaso estaba fregado, cosa inusual", han añadido.

El anciano precisó de 23 días de hospitalización, en los que se le hicieron las pruebas de tóxicos, que dieron positivo en benzodiazepinas.

"A esta persona le han quedado secuelas. Le han tenido que aumentar significativamente la medicación y ha tenido que ser ingresado en una residencia", añade la Comisaría.

"Todo por el poco dinero en efectivo que llevara en la cartera, porque no tenía objetos de valor y no echa nada en falta. Estas personas denuncian porque han visto el suceso en las noticias y han reconocido sin ningún género de dudas a la detenida", han concluido.

De acuerdo a los investigadores, la mujer es una "delincuente habitual que se había especializado en el hurto gerontológico" y que adaptó su modo de operar en el tiempo.

Al principio, acompañada de una cómplice, llamaba a la puerta del domicilio de su víctima y manifestaba que conocía a algún vecino, tras lo que presuntamente buscaba excusas como pedir un vaso de agua o acudir al aseo para registrar el domicilio y buscar dinero u objetos de valor.

"Con el paso del tiempo la detenida comenzó a actuar en solitario perfeccionando su modus operandi", explicó en su momento la Policía, que añadía cómo ésta consiguió el uniforme de una conocida empresa de ayuda a domicilio y se hacía pasar por asistente social, y así se ganaba la confianza de las víctimas para merodear por sus casas y hacerse con cualquier cosa de valor que encontrara.

Los familiares de las víctimas o los trabajadores autorizados para su cuidado los encontraban "inconscientes o moribundos", y todos ellos requirieron de atención e ingreso hospitalario. Tras el pertinente examen toxicológico se concluyó que todas las víctimas resultaron intoxicadas por benzodiacepinas.

La investigación se inició en marzo de 2023, tras recibir múltiples denuncias. Uno de los ancianos murió a causa de la ingesta masiva de benzodiacepinas y metadona, pero llegó a reconocer fotográficamente a la arrestada antes de perder el conocimiento.