LAS cuatro fachadas del cuadrilátero irregular han sido históricamente el mejor escaparate para negocios de muy variada índole. Establecimientos señeros de cuyo sector hostelero, de automoción, consignatarias de buques o bajos comerciales de Las Mariposas hemos dado cuenta en este serial dedicado a Puerta de Purchena (Pechina). Ahora, cuando vamos concluyendo, conviene refrescar la memoria respecto al resto de razones sociales, divididas en dos capítulos. Aunque no es mi intención, incurriré en omisiones errores puntuales. Para una más fácil comprensión optamos por transitarlos en el sentido de las agujas del reloj, a partir de la citada casa de los Campos-Rapallo (a los que me refería ayer). Previamente daré cuenta de anuncios publicitados en prensa (El Urcitano y LCM, de 1864 a 1898) relacionados con negocios tiempo ha desaparecidos y difícil ubicación con la numeración actual:

En el almacén de los Sres. Vidal y Reyes, situado en la Puerta de Purchena, núm. 9, se acaba de recibir una partida de exquisitas pasas malagueñas, como también otras de pimienta molida de primera calidad

En el taller de hojalatería de José Castelo, Puerta de Purchena, se venden tinas para baños de todos tamaños y formas; como toda clase de vasijas de lata, zinc y hierro a precios económicos

Puerta de Purchena, cochera de Pablo Guevara, contigua a la plaza del Carmen, frente a la Posada nueva, saldrán tres coches para las fiestas del Corpus de Granada el día 13 del próximo junio a precios convencionales

Perdigones. Se venden al por mayor a 23 reales arroba en el almacén de D. Francisco Zea, y en la sucursal del mismo señor, establecida en la Puerta de Purchena, antiguo almacén de D. Andrés Rodríguez

Desconozco igualmente a que gremio pertenecía el negocio de Ildefonso Caro Gómez que figura en postales de principios del XX encarado al Kiosco Amalia.

Continuamos con el obligado sector sanitario. La Farmacia Durbán ocupa los bajos del inmueble construido en 1925 por Guillermo Langle por encargo de Carmen Algarra Muñoz, viuda de Quesada, sobre un proyecto previo de López Rull. A comienzos de los sesenta del XIX, José Quesada Gómez -bisabuelo de Juan José Durbán Pérez, titular desde 1983- abrió botica frente a la iglesia de Santiago; trasladándose sobre 1880 a Puerta de Purchena. A su muerte en Viator en enero de 1904 la viuda contrató al regente José Gallego Santaella mientras que su hijo, José Durbán Quesada (1898-1982), acababa la licenciatura en Granada en 1922. En 1928 fue designado presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos. Junto a su hermano Francisco, químico, fundaron Laboratorios Durbán -separados posteriormente en firmas diferenciadas-, a los que se debe el antidiarreico Tanagel, fármaco de uso internacional. En la propia farmacia -bellamente decorada de azulejos, botería y muebles de época- montó un gabinete de análisis clínicos, pionero en las extracciones de sangre, metabolismo basal y otras pruebas diagnósticas. Contemporánea a la de Vivas Pérez (Paseo), Santo Domingo (plaza virgen del Mar) o Central, en la calle Real, su dilatada historia incluye los nombres de tres afamados "mancebos de botica": Felipe, Ramón Granados y Antonio Ferrer. Entre otros despachos profesionales y viviendas de dispares personajes, en los pisos superiores, con entrada por calle Regocijos, durante la guerra incivil se estableció la CNT-FAI.

Además de Durbán, volcada la segunda mitad del XIX, en 1864 se anunciaba la farmacia del licenciado Sánchez, con un curioso reclamo publicitario:

Opiata higiénica para limpiar y hermosear los dientes, tarro a 5 reales. O bien: Sanguijuelas de África.- En la farmacia del licenciado Sánchez, Puerta de Purchena, se encuentra un abundante surtido de este artículo

Francisco Jiménez Fernández, farmacéutico, presidente del Colegio Oficial y gestor de la Farmacia Municipal, realizó prácticas analíticas con su amigo y compañero José Durbán antes de montar laboratorio propio en c/. González Garbín y el definitivo de la Puerta de Purchena, tras reparar el inmueble de los daños por los bombardeos aéreos durante la guerra. Vecino privilegiado del restaurante Imperial, comentadas fueron sus tertulias en tiempos de la Almería cinematográfica, acompañado de los asiduos José Manuel Gómez Angulo, médico, y José Morel, ingeniero que vino a montar la Térmica del Zapillo. En 1945 le concedieron el premio anual de la Real Academia de Farmacia. A Don Paco le sucedió su yerno y nieto, no sin antes legarnos "Aquella Almería", libro de memorias costumbristas aquí reseñado. Ítem más: En el listado de inquilinos de Las Mariposas de 1960 tenía su domicilio un tercer médico-analista, Francisco Vega Martín, casado con la farmacéutica María Barranco y consulta en la calle Eguilior.

El colectivo médico estuvo dignamente representado por una de las eminencias provinciales en la especialidad de Oftalmología. Manuel Marín Amat, oculista del Hospital Provincial, ayudante de las Facultades de Medicina de París y Madrid y miembro de las Sociedades Oftalmológicas de París e Hispano-Americana, abrió (enero, 1905) clínica en Puerta de Purchena esquina al Paseo, con consulta gratis los lunes, miércoles y viernes por la tarde. En este domicilio se celebraron diferentes juntas directivas del Colegio Oficial de Médicos, institución que presidió hasta que en 1922 se trasladó a Madrid. En atención a sus méritos lo nombraron primer "Colegiado de Honor".

Por estas fechas, Rafael García Langle, de la Beneficencia Municipal, dispuso de ambulatorio específico de "Enfermedades de la Mujer", de 3 a 5 de la tarde, en el núm. 4. García Langle, fallecido en junio de 1919, había sido profesor del Instituto Rubio y auxiliar de la Facultad de Medicina de Madrid. Anterior a los citados es el dentista Andrés Vizcaíno, en la planta superior del bazar Plata Meneses. El horario de visitas y operaciones es de 11 de la mañana a 4 de la tarde, tiempo en el que "construye dentaduras por todos los sistemas conocidos". En julio de 1913, a los 30 años de edad, fallece su hijo Angel Vizcaíno Real, "estudioso, modesto, médico y odontólogo de gran valía". En los altos de Durbán, el médico Alfonso Triviño Barredas gozaba de una fiel clientela. En sus reclamos publicitarios garantizaba la curación de las "enfermedades de la boca, extracciones sin dolor, puentes y coronas de oro, dentaduras sin paladar y sin caucho de sistema original y exclusivo". Ingresó en el Colegio Oficial en 1929 y causó baja en junio de 1941. El último sanitario es asimismo un conocido dentista. Hermano de los también médicos José y Francisco y concejal en el Ayuntamiento Juan Soriano Romera ocupó plaza de interno y ayudante de prácticas en la Escuela de Odontología de Madrid. Tenía su domicilio frente a Sastrería Molina.