Sadismo y lujuria en un manicomio

No hay mayor incertidumbre que atado en una silla dentro de un manicomio, un grupo de pacientes sueltos y descontrolados, dirigidos por el Marqués de Sade, pueda hacer con esa persona distintas crueldades y sin saber qué será lo siguiente que se van a inventar. Norbac Erfus Teatro representó S de Sade en el Muelle de Carga del Auditorio ante la sorpresa de todo el público.

El grupo local decidió que los asistentes pasarán una noche de teatro tensa y llena de momentos atrevidos que consiguieron tener a todo el público expectante durante el tiempo que duró la representación.

La obra comenzaba en el Vestíbulo del Auditorio donde una monja invitaba al público a pasar a las entrañas del manicomio por grupos con la elección de un palo en el que los colores determinaban la posición que irían cogiendo a la entrada.

Los grupos entraron uno a uno. Desde fuera del vestíbulo se escuchaban gritos. Por las escaleras, mientras que bajaban los asistentes, una de las pacientes del manicomio subía. Los nervios provocaban las risas incontroladas durante toda la representación.

Ya en la parte de abajo, se encontraba el Marqués de Sade, encarnado por Alejandro Sánchez, tumbado en un colchón donde empezó a introducir a un grupo de asistentes en parte de su vida y obra. Al otro lado, se podía vislumbrar a Juanjo Lozano que se encontraba con el resto del público.

El primer grupo de asistentes que zarpó desde el vestíbulo fue el que corrió peor suerte y es que al llegar a la parte del Muelle de Carga se encontraban atados a una silla. Entre ellos, se encontraba el concejal de Cultura del Ayuntamiento de El Ejido, José Andrés Cano, que se convirtió en una de las víctimas preferidas de los actores.

El resto de asistentes entró y vio la situación, muchos sonrieron suspirando porque ellos no eran las víctimas y otros se quedaban con mirada perpleja. Norbac Erfus Teatro estaba consiguiendo su objetivo que era no dejar indiferente a nadie.

La locura de los pacientes de este manicomio fue en aumento. Tanto los que se encontraban atados como los que estaban de pie fueron víctima de la insensibilidad de estos actores.

Mientras que se sucedían los actos donde el público formaba parte fundamentales, se proyectaban vídeo y el Marqués de Sade explicaba parte de su obra y los placeres del vicio.

Bañeras llenas de vino, actores atadas del cuello con una cadena y mucho componente sexual componían parte de este espectáculo donde el sadismo aglutinaba todas estas acciones.

Tampoco faltó una alegato feminista que fue aplaudido por parte de los asistentes, ensalzando a la mujer y señalando que los hombres no hacían falta. Éstos eran suplidos por juguetes sexuales que sacaron en una bandeja.

El grupo local ejidense consiguió sorprender con su espectáculo teatral y el público respondió con un aplauso a los actores del municipio que demostraron que son atrevidos y creativos como cualquier compañía de otro rincón de España. Una forma diferente de contar la vida y obra del Marqués de Sade donde intérpretes y asistentes forman uno en el espectáculo.