Refugiada de la guerra de Ucrania

“Tardé 30 horas en llegar a la frontera, hui de la guerra y lo hice sola hasta llegar a Almería”

  • Estudia segundo de Bachillerato y sueña con acceder a la universidad de Polonia para estudiar una carrera y ejercer como Diplomática en su país

  • Almería y el IES Maestro Padilla de la capital son ahora su refugio

La joven de 17 años, refugiada de guerra, estudia segundo de bachillerato y su intención es entrar en la universidad de Polonia, estudiar y ejercer como diplomática en su país, Ucrania.

La joven de 17 años, refugiada de guerra, estudia segundo de bachillerato y su intención es entrar en la universidad de Polonia, estudiar y ejercer como diplomática en su país, Ucrania.

Diana Zmysla tiene 17 años y llegó sola a España hace casi dos meses. Dejó a su familia en Ucrania, su abuela y su tío con quienes vivía. Él, por ser hombre, no le permitieron salir del país, y ella, de avanzada edad, no quiso dejar solo a su hijo en ese escenario de guerra. Cruzó la frontera sin la compañía de un familiar o conocido en el que poderse apoyar y tardó en hacer el trayecto más de 30 horas hasta llegar a Polonia. Allí la esperaba una tía suya que logró un billete para que viajara hasta España con el único objetivo de salvar su vida.

Huyó de las bombas y de las crueldades que las tropas rusas empezaban a hacer en su país. Su refugio ahora es Almería, donde reside su madre, también ucraniana pero establecida en la capital desde hace años. Y continúa sus estudios de segundo de Bachillerato en el Instituto de Enseñanza Secundaria Maestro Padilla, un centro bilingüe, donde además de ella han sido escolarizados otros tres menores más en las últimas semanas procedentes de Ucrania.

La joven, de 17 años, explicó el drama que ha vivido desde que estalló el conflicto a todos los alumnos del IES Maestro Padilla que ahora son sus compañeros. La joven, de 17 años, explicó el drama que ha vivido desde que estalló el conflicto a todos los alumnos del IES Maestro Padilla que ahora son sus compañeros.

La joven, de 17 años, explicó el drama que ha vivido desde que estalló el conflicto a todos los alumnos del IES Maestro Padilla que ahora son sus compañeros.

Su vida se ha quebrado en un momento crucial de su formación. Y es que en apenas unos meses tendrá que someterse a la temida prueba de acceso a la universidad. Aquí en España la conocida como Selectividad o PeVau. Una auxiliar de conversación, natural de Polonia y residente en España, es en estos momentos uno de sus máximos apoyos. Es como sus pies y sus manos en el ámbito académico: “Como no habla español, soy un apoyo emocional pero además la estoy ayudando a contactar con la universidad y a realizar los trámites necesarios para poder realizar esta prueba de acceso y a perfeccionar el idioma polaco. Su intención es estudiar en la universidad de Polonia (para acceder a ella debe pasar una entrevista oral) para estudiar la carrera de Diplomática, lo más parecido a lo que en España es Ciencias Políticas”, como explicó a Diario de Almería Magdalena Mielnicka, la auxiliar de conversación que se comunica con ella en inglés y en Polaco (Diana habla cinco idiomas y ahora que está estudiando español serán seis) tanto en horario escolar como fuera de la jornada laboral. Esto es lo que se llama solidaridad y compromiso, además de vocación.

"Los primeros días de guerra dormía vestida y al lado de una maleta que hice en dos horas y donde metí lo básico”

Contenta, primero por estar a salvo en España, por estar con su madre en Almería, por la acogida que le han dado en este instituto con un alumnado bilingüe que maneja a la perfección el inglés prácticamente en todos los cursos, y con la amabilidad de los docentes y del equipo directivo. Sin embargo, Diana Zmysla no puede ocultar su preocupación por el estado de sus familiares, residentes en una de las ciudades de oeste de Ucrania, Ivano Frankivsk, donde actualmente las tropas rusas están siendo más violentas. Su mente está puesta en lo que ocurre a miles de kilómetros, donde las personas están en riesgo permanente, con muchas carencias de alimentación, de productos de higiene y de primera necesidad, y donde cada vez se sabe más sobre las barbaridades que los rusos están llevando a cabo. No puede evitar pensar en las violaciones de mujeres, en las matanzas de niños o de personas en los corredores humanos... En su rostro se refleja el drama que tiene a sus espaldas.

"Cada día hablo con mi abuela y mi tío para ver si siguen vivos y cómo está la situación en mi ciudad; temo por ellos”

“Mi corazón está en Ucrania con mi familia y hablo a diario con ellos para que me cuenten cómo se encuentran y cómo está la situación, para asegurarme de que siguen vivos”, indicó la joven durante una entrevista en exclusiva con Diario de Almería. Señala que lo que le trasladan es que las bombas caen constantemente, que las sirenas suenan para que la gente se esconda en sótanos y refugios, y que a estas alturas del conflicto hay quien tiene tanta hambre que no ha dudado en comer a animales, posiblemente sus mascotas, como perros, gatos... Eso la pone “muy triste y nerviosa”, sobre todo por la incertidumbre de cuánto durará la guerra y cuál será el final de este drama que, por ahora, parece no tener cerca un acuerdo entre las partes. Teme por la vida de su gente.

La estudiante de Bachillerato tiene su opinión sobre el conflicto y la esboza tímidamente. Lo que sí tiene claro es que “Ucrania tiene buenas armas y no se va a rendir”. Ese es precisamente el mensaje que el presidente Volodímir Zelenski repite una y otra vez en sus mensajes dirigidos a la población y al resto de países.

"Me llegan noticias de que la gente pasa tanta hambre que incluso se están comiendo a sus animales, perros...”

La guerra de Ucrania está dejando terribles testimonios de quienes han sufrido, o todavía sufren, la invasión de las tropas rusas en sus barrios, pueblos y ciudades. El de Diana no ha dejado indiferente a nadie en su instituto. Esta misma semana el centro organizó un acto en el que ella misma, en directo, contó el horror de tener que meter en una maleta, y en un tiempo máximo de dos horas, lo imprescindible para poder seguir su vida en otro país si hubiera que salir huyendo cuando sonaran las alarmas. “Nos dijeron que metiéramos lo básico y vital para continuar en otro sitio, que durmiéramos vestidos y cerca de la maleta porque en cualquier momento la alerta sería una realidad. Y así lo hicimos hasta que llegó el día de la huida. Todo comenzó el 24 de febrero”.

Relata que desde los Juegos Olímpicos de Pekín empezaron a llegar noticias sobre la posible invasión de Rusia en Ucrania, sobre todo a través de las redes sociales. De forma tímida también en los medios de comunicación, que por entonces ya estaban manipulados. Sin embargo, allí todos pensábamos que lo que leíamos en Facebook y en otros canales digitales eran fake news. Nada más rejos de la realidad; Putin ejecutó lo que llevaba tiempo preparando y truncó la vida de miles de personas inocentes.

"Mi corazón está en Ucrania, con mi familia, aunque estoy contenta de estar en Almería, sueño con volver”

Como Diana, Maxim es otro menor refugiados de guerra que ha sido matriculado en el IES Maestro Padilla de la capital por parte de la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía. Cursa 1º de ESO y tiene la suerte de contar en este centro con el apoyo de su primo, también llamado Maxim, que estudia el mismo curso académico y que pese a tener raíces ucranianas nació en Almería y siempre ha vivido aquí con sus padres. Llegó a España hace semanas huyendo del conflicto gracias a la ayuda que movilizó su familia almeriense. Ha venido con su hermana, su madre y una amiga de ésta. Y ahora la familia está centrada en volver a la frontera para traerse a los hijos de esta amiga que siguen esquivando los bombardeos día tras día. De hecho, como indicó, ya le están buscando una casa donde puedan alojarse el tiempo que sea necesario mientras no puedan volver.

En el IES Maestro Padilla de la capital hay, además de Diana, otros tres alumnos más que son refugiados de la guerra de Ucrania y que Educación los ha matriculado allí porque tienen familia o conocidos que estudian en el mismo centro, o por cercanía de su lugar de residencia En el IES Maestro Padilla de la capital hay, además de Diana, otros tres alumnos más que son refugiados de la guerra de Ucrania y que Educación los ha matriculado allí porque tienen familia o conocidos que estudian en el mismo centro, o por cercanía de su lugar de residencia

En el IES Maestro Padilla de la capital hay, además de Diana, otros tres alumnos más que son refugiados de la guerra de Ucrania y que Educación los ha matriculado allí porque tienen familia o conocidos que estudian en el mismo centro, o por cercanía de su lugar de residencia

Maxim y Diana han encontrado una familia en el IES Maestro Padilla y hacen un esfuerzo enorme por seguir las clases en las distintas asignaturas de las que serán evaluados a final de curso como el resto de los alumnos. Aún así, siguen las clases de sus respectivos centros educativos de forma online e incluso realizan exámenes y pruebas que sus profesores les pasan como al resto de alumnos que siguen su vida en Ucrania, un panorama lo más parecido a lo que se llevó a cabo en Andalucía, y en gran parte de España, durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19.

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