“Querido Santo Padre, somos cristianos y queremos a la Iglesia de la que nos sentimos miembros. Somos conscientes de la pesada carga que recae sobre sus hombros y no es nuestra intención molestarle, pero sabemos que usted es un hombre bueno y justo, y que siempre tiene presente a los más pequeños y necesitados de la Tierra. Por eso le rogamos que tenga a bien escucharnos y nos responda a la súplica que le imploramos: Solicitamos ser recibidos por su Santidad o en caso contrario, que interceda para que se respete a esta pequeña comunidad cristiana y nuestras costumbres y tradiciones”.

El presidente de la Hermandad de Ánimas, Alfonso Serrano Marín, ha convocado reuniones con los socios (prácticamente el pueblo entero) para adoptar todas y cada una de las decisiones sobre los pasos a dar ante el conflicto con el Obispado por la propiedad de los locales anexos a la iglesia

Es un fragmento del final de la carta que la Hermandad de Ánimas de Topares ha enviado al Papa Francisco encomendándole que interceda en el conflicto que los vecinos de la pedanía del municipio de Vélez Blanco mantienen con el Obispado de Almería por la propiedad de los locales anexos al templo parroquial, en total cinco. La misiva, que ha sido enviada a través de correo electrónico el pasado domingo tras una reunión de la Junta Directiva de la Hermandad de Ánimas, pretende que su Santidad pueda poner cordura a un tira y afloja en el que legalmente las propiedades inmobiliarias figuran a nombre de la Diócesis de Almería, aunque sentimentalmente y moralmente sean de los vecinos de Topares, puesto que las construyeron con sus propios recursos y las han gestionado desde hace más de sesenta años sin que la Iglesia haya intercedido en ninguna de las obras, remodelaciones, contratos de alquiler o actividades que se han llevado a cabo en las mismas.

Alfonso Serrano Marín, presidente de la Hermandad de Ánimas, explica al padre Francisco el “abuso de poder” que han sufrido por parte del Obispado de Almería

En el texto, al que ha tenido acceso Diario de Almería, el presidente de la propia Hermandad de Ánimas, Alfonso Serrano Marín, refleja el sentimiento de todo un pueblo después de los acontecimientos que se han sucedido desde el pasado verano, cuando los vecinos tuvieron conocimiento de que el Obispado de Almería se había inmatriculado el salón social en virtud de una certificación de obispo y al amparo de la Ley Hipotecaria que aprobó el gobierno de José María Aznar (PP) en el año 1998-2015.

Reunión de la Hermandad de Ánimas de Topares con el Obispado de Almería en la que estuvo presente el vicario general, Ignacio López Román

No es nada nuevo que la Iglesia española viene desde hace años poniendo a su nombre propiedades inmobiliarias, fincas, terrenos, solares, locales... que pertenecían a los pueblos o que, en todo caso, nunca se registraron. La mayoría de las veces lo ha hecho de forma callada y silenciosa, sin avisar y amparada por los artículos 206 y 304 de la Ley y el Reglamento Hipotecario. Al parecer, los obispos pueden emitir certificaciones de dominio como si fueran funcionarios públicos. Este privilegio se agrandó precisamente en el año 1998, cuando el Gobierno suprimió el artículo 5 del reglamento citado, que impedía la misma práctica sobre edificios de culto, iglesias, catedrales o ermitas. Desde aquel año, también pueden inscribir estas propiedades a su nombre. A eso se llama, en la jerga administrativa, inmatricular. Y es lo que ha ocurrido en Topares, una pedanía del municipio de Vélez Blanco de unos 200 habitantes que lleva meses de lucha contra el Obispado de Almería para que éste devuelva las propiedades de las que se ha “apropiado”, según los vecinos. Se trata de varios locales que se disponen alrededor de la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves y que llevan años prestando servicios como peluquería, salón social-bar y entidad bancaria de Unicaja, además de un tanatorio.

Los vecinos se sienten “abandonados y despreciados por el servidor de Cristo”, el obispo de Almería, por no querer atenderles personalmente e interponer la figura del vicario general

Alfonso Serrano, como portavoz de los vecinos y de la Hermandad de Ánimas en este conflicto, explica al Papa Francisco la situación y para ello además de la secuencia de hechos hace uso de datos históricos como la fundación de la Hermandad o documentos periodísticos en los que se reflejan actividades y usos de esos locales muchos años atrás. Explica además que todos los esfuerzos de llegar a un entendimiento con el Obispado han sido en vano. Lamentan que el señor obispo, D. Antonio Gómez Cantero se haya negado a recibirlos personalmente interponiendo la figura del vicario general, algo que les ha hecho sentir “completamente abandonados a nuestra suerte y despreciados por el servidor de Cristo”, a la par que califican la actitud de la Diócesis de Almería como de “abuso de autoridad”.

Los vecinos de Topares votaron NO por unanimidad a la propuesta de cesión temporal del salón social-bar que el vicario general hizo a la Hermandad de Ánimas

Serrano Marín también explica a su Santidad la ausencia del párroco de Topares a la misa de año nuevo y sin embargo sí envió a la Guardia Civil para que desalojara a los vecinos del interior de la iglesia, una actitud que consideran “inconcebible”. Un hecho que ha provocado que ya nadie, excepto una familia, vaya a misa, y que los vecinos tengan que desplazarse a la pedanía vecina de El Moralejo (localidad de Caravaca de la Cruz, de la provincia de Murcia) para escuchar misa.

Asegura el presidente de la Hermandad en la carta que “no es intención acudir a los tribunales para lograr el reconocimiento del derecho que entendemos se nos ha sido usurpado con malas artes por parte del Obispado de Almería, pero necesitamos, antes de tomar una drástica decisión, ser escuchados y que se haga justicia”. Por eso le pide al Papa Francisco que interceda ante las autoridades de la Iglesia española con el fin de “que se hagan los trámites legales oportunos para devolver en el Registro de la Propiedad las propiedades al pueblo de Topares”, reza textualmente en la carta.