Sin descanso y a la carrera desde finales de diciembre. Los enfermeros que integran los equipos de vacunación repartidos por toda la provincia están escribiendo una de las páginas más importantes de la historia reciente de la humanidad en su batalla contra el coronavirus. Exhaustos, pero comprometidos ante el mayor desafío profesional que vivirán nunca, los 'portadores' de la inmunidad vacunan a un ritmo frenético, a pinchazo por minuto, de lunes a domingo en largos turnos de mañana y tarde que les han llevado incluso a visitar residencias y centros de día de hasta cinco municipios por jornada.

Historias de lucha, esfuerzo y vocación en vena fundamentales para el éxito de la inoculación de la población almeriense. El ritmo no es el previsto, ni mucho menos el deseado, pero no depende de su capacidad de sacrificio ni operatividad, todo lo contrario, va en función de la disponibilidad y logística de las dosis de Pfizer-BioNTech, Moderna y AstraZeneca. Este fin de semana vacunaban incluso bajo la lluvia a los profesionales de la educación citados en el Palacio de Deportes de los Juegos Mediterráneos.

Los equipos de vacunación han puesto toda la carne en el asador para ponerle freno a la infección por SARS-COV-2, el causante de la COVID-19, con el objetivo de alcanzar al máximo de población lo antes posible. Unos ayudan a reconstruir los viales y extraen las jeringas de los envoltorios, otros anotan en el ordenador los datos del lote de la dosis en el historial de vacunación del paciente. Su ansiado pinchazo por duplicado espanta todos los fantasmas y miedos de casi un año de sufrimiento, sobre todo para la tercera edad que es la generación más frágil ante sus nocivos efectos. En las últimas semanas se han puesto una media de 1.781 vacunas al día.

Uno de los enfermeros durante la vacunación en el Palacio de los Juegos Mediterráneos

Los vacunadores no sólo se encargan de administrar las dosis. También son los responsables de la logística, conservación, vigilancia de los viales, registro de inmunización en el sistema informático y la notificación de los eventuales efectos adverso y mucho de los profesionales implicados en la campaña de vacunación la han alternado con la realización de pruebas diagnósticas cuando no había dosis suficientes. Hasta el sábado 6 de marzo la Junta de Andalucía ha administrado 932.229 dosis de la vacuna contra la COVID-19 y 254.672 personas han completado las dos inyecciones que garantizan la inmunidad en la comunidad. En Almería, según los datos de este lunes de la Consejería de Salud y Familias, son 71.805 las vacunas administradas y 19.505 almerienses ya han recibido las dos dosis, un 2,6% del censo provincial.

Miguel Zapata, director de Enfermería del Distrito Sanitario de Almería, agradece el esfuerzo al colectivo al que representa y coordina porque entiende que en estos días es el que encarna con más fuerza la definición de vocación y entrega en la asistencia sanitaria hacia los demás. "Siguen trabajando hasta en domingo y bajo la lluvia, protegiendo, inmunizando, transmitiendo esperanza ante cualquier circunstancia y todo esto sin perder la alegría ni la sonrisa". Los viales tienen unas necesidades especiales de conservación como la congelación a 80 bajo cero en el almacén de Granada, una temperatura más fría que un invierno antártico que una vez en Almería, por intervalos de días, se rebaja a entre 2 y 8 grados. Los equipos de vacunación emplean neveras, enchufadas a los vehículos y después a los consultorios, para garantizar su conservación.

Dentro del plan de vacunación, la Junta de Andalucía ha habilitado en la provincia 16 puntos fijos, 6 móviles y 31 en centros de salud y hospitales. Como puntos de vacunación externa se contemplan 18 espacios, como es el caso del Palacio de Juegos del Mediterráneo de la capital, el Palacio de Deportes de Vícar, el recinto ferial de El Ejido, el Pabellón Deportivo Municipal Infanta Cristina de Roquetas, el Pabellón de Deportes de Mojácar o el Pabellón Municipal de Huércal Overa, entre otros.