Las dos agentes del puerto de Almería

Irene y Mapi son las únicas mujeres de la Policía Portuaria La primera estudió Filología Hispánica y la segunda cursó Ingeniería Química antes de opositar

Mapi e Irene recorren las instalaciones del puerto pesquero.
Miguel Martín

21 de agosto 2016 - 01:00

La Policía Portuaria de Almería tiene unos 60 miembros en la actualidad, pero entre ellos sólo se encuentran dos mujeres, Irene Gálvez y María del Pilar Gil, Mapi para sus compañeros. Ambas llegaron casi por casualidad a unas oposiciones a las que apenas se presentan mujeres y obtuvieron una plaza que les ha permitido desarrollar una labor que no se imaginaban que llevarían a cabo, aunque a día de hoy, no se imaginan haciendo otra cosa.

Irene explica que estudió Filología Hispánica, acabó la carrera y quedaban aún dos años para que saliesen sus oposiciones. "Antes había tenido trabajillos eventuales en Navidad, en verano... nada concreto. Conocía este trabajo porque en los veranos trabajaba de auxiliar en la OPE y convocaron estas oposiciones justo cuando terminé mis estudios. Al principio no me veía pero pensé que si no me gustaba tenía tiempo de irme".

Ahora reconoce que no se vé como profesora. "No sé hacer otra cosa que ser policía", afirma.

Mapi, por su parte, había trabajado en el sector de la hostelería durante los fines de semana y haciendo cosas esporádicas. Estudió Ingeniería Química pero "no me veía terminando la carrera. También trabajaba en el puerto en los veranos, me enteré de que salían las oposiciones y me presenté. Tampoco me veo haciendo otra cosa, me gusta mucho lo que hago, mi trabajo".

Irene accedió al puesto en 2004 y Mapi tres años más tarde. "En mi año se presentó alguna chica más", dice la segunda, si bien ambas admiten que no son muchas mujeres las que optan a ser agentes de la Policía Portuaria. Desde entonces son las únicas que patrullan por las instalaciones portuarias de la capital.

"La experiencia ha sido muy buena, no le he encontrado ninguna diferencia por el hecho de ser mujer, con respecto a mis compañeros. Para mí todo ha sido igual, al principio era una novedad para ellos y para mí, pero ha sido todo muy natural, no he encontrado diferencias ni me he sentido discriminada", afirma Irene.

Mapi coincide con su compañera: "Para ellos somos uno más, no hay discriminación en ningún sentido y de las dos si alguien lo tuvo más complicado, que para nada fue complicado, fue Irene por ser la primera. Yo, cuando llegué, lo tenía todo hecho. En ningún momento he sentido que por ser mujer te discriminen o que te digan que algo no lo puedes hacer por ser mujer, no, estás capacitada igual que el resto de tus compañeros para hacer lo que sea", sostiene.

En este sentido, Irene subraya que las dos se sienten "muy arropadas por la dirección. No han dudado en ayudarme y estar siempre a mi lado cuando he necesitado algo. Allí son mayoritariamente mujeres, y están muy por la labor de fomentar la igualdad y que haya más puestos de trabajo para mujeres".

"Pasamos muchas horas en el puerto a lo largo de la semana y muchas veces ves más a tus compañeros que a tu propia familia. Estoy harta decirlo, aquí he encontrado a mi segunda familia, algunos de mis compañeros son como mi familia. Mi hija habla de la tita Irene. En general nos llevamos bien, nos apoyamos y nos contamos nuestras cosas", asevera Mapi.

Así, ambas velan día tras día por la seguridad de los usuarios del puerto de Almería en jornadas en las que "nunca sabes lo que te vas a encontrar", con unas atribuciones similares a las de la Policía Local. A excepción de una serie de robos en concreto, lo normal es que interactúen con los pasajeros en el puerto comercial, informando, calmando, etc., aunque el puerto pesquero es totalmente diferente y tiene peleas, niños que se lanzan al agua... Algo que les garantiza una actividad permanente.

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