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La curva de las infecciones de transmisión sexual en Almería ha dado un salto histórico: los casos se han multiplicado por cuatro en solo un año, pasando de 21,9 a 94,3 por cada 100.000 habitantes, el mayor incremento relativo de Andalucía según el Sistema de Vigilancia Epidemiológica (SVEA). La subida se concentra en jóvenes de 20 a 39 años y está impulsada sobre todo por clamidia, gonorrea y sífilis, con especial incidencia en el Poniente Almeriense, la capital y el Levante. Salud Pública atribuye el aumento a la relajación del uso del preservativo tras la pandemia, al estigma que frena las pruebas y al refuerzo de los sistemas de cribado, mientras advierte de que la tendencia se mantiene y exige más educación sexual y diagnóstico precoz.
Las autoridades sanitarias de la Junta de Andalucía interpretan esta subida como un fenómeno estructural y sostenido, no como un suceso aislado. El repunte se debe a una combinación de factores clave, como la normalización de las relaciones sociales tras las restricciones de la pandemia y, de forma crítica, la relajación en el uso de métodos barrera durante las prácticas sexuales. A esto se suma, positivamente, la mejora en los sistemas de detección precoz y el cribado activo, que ahora logra aflorar muchos casos antes asintomáticos o no diagnosticados.
En el mapa provincial, el impacto es desigual, y pone el foco en la comarca del Poniente Almeriense. Esta zona industrial y de alta movilidad laboral registra la cifra más alarmante, con 126,4 casos por 100.000 habitantes. Le siguen el área de Almería capital con 79,7 y la comarca del Levante-Alto Almanzora, que alcanza los 71,9. Estos datos se relacionan directamente con la mayor concentración de población y el acceso a los servicios de salud en estas zonas urbanas y de mayor movimiento.
Las infecciones que impulsan esta estadística en Almería son principalmente la infección gonocócica y la clamidia, dos patologías que experimentan un auge preocupante. También la sífilis mantiene una tendencia ascendente, aunque en menor medida. En contraste, el herpes genital se mantiene estable en el registro. Esta tipología confirma la necesidad de un enfoque preventivo dirigido y adaptado a las dinámicas de transmisión de cada enfermedad.
El perfil demográfico más afectado se centra en la población joven, específicamente en el rango de edad de 20 a 39 años. En las infecciones más prevalentes como la sífilis y la gonorrea, se observa un claro predominio de diagnósticos en hombres. Sin embargo, la balanza se invierte cuando se analiza el herpes genital, donde son las mujeres las que presentan un mayor número de casos detectados.
Ante la gravedad de la situación, Salud Pública recalca la importancia crucial de la detección precoz y la educación sexual. El nuevo Plan Andaluz de ETS, VIH y Sida 2023-2030 ya contempla medidas concretas para atajar el problema, como la creación de consultas rápidas especializadas. El objetivo es claro: extender el cribado preventivo a la población adolescente y a aquellos colectivos que se consideran de mayor riesgo.
Los expertos insisten en que una de las mayores barreras para contener este avance es el estigma social que aún rodea a estas infecciones. El miedo, la vergüenza o la preocupación por el juicio de terceros siguen siendo el principal impedimento para que muchas personas acudan a su centro de salud a realizarse las pruebas y recibir tratamiento a tiempo.
Aunque las cifras oficiales publicadas en este informe se consolidan hasta 2022, los técnicos epidemiológicos manejan la información de que esta tendencia de fuerte crecimiento probablemente se mantiene en los años posteriores. Este escenario sitúa a Almería en un punto crítico, entre las provincias con la mayor incidencia relativa de Enfermedades de Transmisión Sexual en toda la geografía andaluza.
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