Mientras Almería celebraba su Feria, Cruz Roja atendía a 373 migrantes llegados en patera
Los ERIE realizaron 23 intervenciones en once días en el CATE del puerto, con jornadas de hasta seis llegadas en pocas horas
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La Feria de Almería arrancó el pasado 22 de agosto con el encendido de luces. Mientras la ciudad se vestía de fiesta, a muy pocos metros del recinto ferial, en el puerto, la actividad era muy distinta: los Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE) de Cruz Roja Almería se movilizaban para atender a los migrantes que seguían llegando en patera a la costa.
Desde esa fecha y hasta el domingo 31 de agosto, coincidiendo con el final de las fiestas, Cruz Roja ha realizado 23 intervenciones en el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) y ha asistido a 373 personas.
El sábado 23 de agosto se produjeron las primeras llegadas de la semana festiva, con 18 personas atendidas. El domingo 24 fue el día más duro: hasta seis embarcaciones en una misma jornada obligaron a redoblar esfuerzos, con 33, 3, 7, 29, 14 y 14 migrantes en cada grupo, suma de 100 personas asistidas en apenas unas horas.
El lunes 25 se registraron 19 atenciones, y el martes 26 llegaron otras dos pateras con 20 y 10 ocupantes. El miércoles 27 fueron 10 y 27 los migrantes asistidos en dos intervenciones. El jueves 28 hubo un grupo de 26. El sábado 30 Cruz Roja tuvo que activar sus ERIE dos veces, con 11 y 10 personas atendidas.
La recta final de la Feria volvió a ser especialmente exigente: el domingo 31 desembarcaron cinco grupos más, con 16, 32, 14, 32 y 6 personas, lo que hizo un total de 100 asistidos en esa jornada.
En cada intervención, los equipos de Cruz Roja ofrecieron alimentación, ropa seca, mantas y kits de higiene, además de atención sanitaria básica y acompañamiento psicosocial. El dispositivo se activa en cuestión de minutos tras el aviso de la Guardia Civil, que traslada a los migrantes al puerto tras rescatarlos en el mar.
El balance de estas once jornadas muestra la intensa presión migratoria que afronta la provincia en pleno verano y pone de relieve la respuesta inmediata de los voluntarios que, una vez más, se han convertido en la primera línea de atención humanitaria.
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