Almería se inundó y quedó devastada y hay un vídeo que muestra la tragedia

El noticiario NO-DO documenta en blanco y negro cómo la fuerza de las lluvias de enero y abril de 1970 obliga a reubicar a más de mil personas de los barrios más damnificados

55 años de El Puche, el barrio que nació del barro: así surgió y así perdura

Las lluvias que destrozaron Almería en un sólo año: el vídeo que revive la tragedia

La ciudad de Almería conmemora el origen de una de sus barriadas más emblemáticas, El Puche, un asentamiento que nace del barro y el desastre causado por las históricas riadas de 1970. Las imágenes en blanco y negro del noticiario NO-DO n.º 1413 B documentan con un tono solemne cómo la capital andaluza se ve arrodillada por el agua, un evento que obliga al régimen franquista a planear una reconstrucción de urgencia sin precedentes en la provincia. El documental subraya la destrucción de 585 viviendas y la amenaza de ruina inminente sobre cerca de 2.500 casas, un panorama desolador que obliga a replantear la ubicación de miles de familias.

Aquel año de 1970 marca un punto de inflexión en la historia reciente de la capital almeriense. El cielo descarga sin tregua sobre una tierra acostumbrada a la sequía, y el agua caída en menos de veinte días supera la media anual de precipitaciones, una cifra que ilustra la dimensión de la catástrofe. Las ramblas, incapaces de contener el caudal torrencial, rompen sus márgenes y barrios enteros como La Chanca, Belén y el Barranco Creppi se convierten en torrentes devastadores que arrastran consigo propiedades y esperanzas.

El narrador del NO-DO relata que una "región tradicionalmente seca se ha visto anegada por toda una catarata de lluvias inmisericordes que han destrozado diversos barrios de la ciudad". El testimonio fílmico muestra a vecinos cubiertos de barro rebuscando entre los restos de sus hogares, fachadas hundidas y a los soldados colaborando en las tareas de ayuda a las familias afectadas. Se constata la necesidad urgente de "hogares de urgencia, sustento y asistencia médica", con el compromiso gubernamental de levantar nuevos edificios "con materiales resistentes para eliminar riesgos en lo sucesivo".

Las lluvias que destrozaron Almería en un sólo año: el vídeo que revive la tragedia que cambió a la ciudad

La decisión de construir el nuevo barrio

La primera gran riada se registra en enero de 1970, dejando un trágico balance de 453 viviendas destruidas y más de 2.100 en estado de ruina. La urgencia de la situación empuja al Consejo de Ministros, presidido por Francisco Franco, a tomar una decisión trascendental para el futuro urbano de Almería. En apenas unas semanas, el 23 de febrero de 1970, se aprueba la compra del Cortijo Puche, una extensa finca agrícola de 21 hectáreas situada al este de la capital, junto al río Andarax, para el realojo.

Esta finca, que toma su nombre de la influyente familia Puche, propietarios rurales de la zona desde el siglo XIX, es adquirida por el Instituto Nacional de la Vivienda por 20 millones de pesetas. El objetivo se centra en reubicar de forma inmediata a más de mil personas que pierden sus casas en zonas históricamente vulnerables como La Chanca, el Hoyo de las Tres Marías, Amatisteros o el Barrio Alto. La Obra Sindical del Hogar asume el encargo de construir rápidamente 1.100 viviendas de emergencia.

La construcción de las viviendas arranca oficialmente en mayo de 1971, pero el proceso se acelera tras una segunda catástrofe que confirma la necesidad del realojo. El 2 de abril de 1970, una nueva tromba de agua descarga sobre la ciudad de Almería durante más de tres horas, desbordando nuevamente las ramblas de Belén, La Chanca y Crespi. La fuerza de la corriente es tal que arrastra coches, animales y provoca la muerte de siete vecinos que viajan en vehículos que son sepultados por el agua.

Esta segunda tragedia dota de una urgencia ineludible a la construcción del barrio, que debe levantarse cuanto antes para ofrecer una solución a las familias sin techo. En pocos meses, comienzan los trabajos de urbanización, que se prolongan a lo largo de más de una década. Los primeros bloques se levantan sobre el antiguo terreno agrícola, transformando lo que antes era campo y espartal en un símbolo de la reconstrucción de Almería.

El legado de El Puche 55 años después

El Cortijo de los Puche, conocido originalmente como la Casa de Arboledas, se convierte en la base física y nominal de la nueva barriada de El Puche. La finca, que pasa a manos de José María Puche y Perceval en 1816, lega su apellido a todo un barrio que nace como asentamiento provisional y se consolida como una comunidad permanente. En 1995, el antiguo edificio del cortijo es comprado y rehabilitado por la Hermandad Sacramental del Prendimiento para usarlo como sede, conservando la memoria de la finca original.

Las primeras viviendas —de una o dos plantas— son entregadas a mediados de los setenta a las familias que proceden de los barrios destruidos por el agua y el barro. Con el paso de los años, El Puche se afianza como uno de los núcleos más complejos y singulares de Almería capital, un espacio que simboliza tanto la vulnerabilidad de la zona como la gran capacidad de resistencia de sus habitantes. Hoy en día, conviven en el barrio tres generaciones de vecinos, manteniendo viva la identidad de un lugar que surge literalmente del barro hace ya 55 años.

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