Almería toma medidas drásticas para sobrevivir a la sequía y el calor extremo
La provincia se sitúa, junto a Cádiz y Huelva, como una de las provincias andaluzas con mayor densidad de peligros climático
Almería, en riesgo de ser inhabitable según la NASA
La provincia de Almería se enfrenta a un futuro de riesgos climáticos. Y los municipios ya disponen de las indicaciones para trabajar en serio. Ahora se debe consolidar un camino estratégico y riguroso para encarar los efectos del calor extremo, la sequía y la desertificación. Este enfoque se integra directamente en el Plan Andaluz de Acción por el Clima (PAAC), un trata de un documento que ofrece las directrices clave para que los municipios definan sus propias estrategias de mitigación y adaptación a los desafíos climáticos. Desde hace semanas, los municipios menores de 50.000 habitantes ya poseen las indicaciones de este plan, y deben terminar este 2025 con la aprobación de los Planes Municipales Contra el Cambio Climático (PMCC).
Según el informe del Proyecto Forjando Resiliencia en Andalucía, Almería se sitúa, junto a Cádiz y Huelva, como una de las provincias andaluzas con mayor densidad de peligros climáticos. Entre los principales riesgos que la afectan están los incendios forestales, la sequía, las olas de calor, la erosión costera y la subida del nivel del mar. La información contenida en este anexo del plan detalla los impactos detectados en la provincia.
El documento también destaca que Almería sufre impactos específicos como la lixiviación de nutrientes en sus suelos. Esto, junto a la pérdida de biodiversidad creciente y la degradación de hábitats, pone de manifiesto la fragilidad del entorno y la necesidad de una actuación planificada para mitigar los efectos del cambio climático.
Según las proyecciones más recientes, basadas en datos de la NASA y la AEMET, la provincia de Almería enfrenta un incremento acelerado de las temperaturas. Los informes pronostican que para el año 2050 algunas zonas de la comarca, como Viator o Garrucha, podrían registrar temperaturas medias anuales cercanas a los 21,4 °C. Este aumento tiene un impacto directo en la agricultura y el bienestar de la población, lo que subraya la urgencia de las medidas que se están impulsando.
La estrategia principal, en línea con la Ley 8/2018, se centra en reducir la vulnerabilidad de la provincia ante estos efectos. Para ello, el Plan de Acción debe contemplar el seguimiento y evaluación del grado de consecución de los objetivos definidos, así como una clara definición de indicadores y responsabilidades.
Los PPMM, o Planes Municipales contra el Cambio Climático, se convierten en la herramienta clave para la planificación. Estos documentos deben estar alineados con las determinaciones del PAAC y con lo establecido en el artículo 15 de la Ley 8/2018, para garantizar un enfoque coordinado y coherente en toda la provincia de Almería.
Gestión y Eficiencia Hídrica
Una de las principales áreas de actuación es la gestión del agua. El plan se enfoca en proyectos para la mejora de la eficiencia y la reducción del consumo, buscando nuevas fuentes de recursos hídricos. Los municipios deben implementar medidas de adaptación para salvaguardar el abastecimiento de agua en toda la comarca.
El Plan Andaluz de Acción por el Clima busca asegurar la disponibilidad de agua para el abastecimiento urbano y los usos agrícolas. Para ello, se promueve el ahorro de energía en la producción de agua y la correcta gestión de los recursos disponibles.
El plan contempla la finalización de proyectos como los tratamientos terciarios de las depuradoras. Estas infraestructuras son vitales para aumentar la disponibilidad de agua de calidad para diversos usos, lo que ayuda a mitigar los efectos de la sequía y la escasez de recursos.
Proyectos de mitigación y adaptación
El plan también se enfoca en la mitigación a través de proyectos de transición energética. La provincia de Almería, con su alto potencial solar, es un espacio idóneo para el desarrollo de la energía fotovoltaica, un aspecto que los diferentes planes buscan potenciar.
Se impulsan medidas de mitigación que incluyen la instalación de energía fotovoltaica en infraestructuras clave como las desaladoras. Estas actuaciones son fundamentales para reducir el consumo energético de la provincia y su dependencia de fuentes fósiles.
Para la adaptación a la subida de temperaturas, el plan promueve la renaturalización urbana y la creación de espacios verdes. Estos proyectos no solo mejoran la calidad del aire, sino que también actúan como sumideros de carbono y reguladores de la temperatura urbana.
La tipología de impactos más identificados en Almería es de tipo ambiental y social. Daños y pérdidas por inundaciones, despoblación, aridificación y desempleo son los impactos que se pretenden combatir con este plan de acción.
Finalmente, la estrategia de Almería se basa en la colaboración y el trabajo en red. El plan integral involucra a diversas entidades, desde la Junta de Andalucía hasta los municipios de la provincia, para garantizar una respuesta coordinada y eficaz ante la crisis climática que afecta a toda la comarca.
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