Un almeriense viste a El Fandi con el traje de luces en la gira española

Una figura del toreo. Así se podría resumir al matador granadino El Fandi que llena las plazas allí por donde pasea su traje de luces. Esto no sería posible sin la cuadrilla que acompaña al torero y el brillo de su vestimenta no luciría sin la labor cómplice del mozo de espadas y del ayuda. El almeriense Javier López Reche, de 26 años, ha vestido a El Fandi en su gira por España durante este año y repetirá en el 2009.

El ayuda quiso ser torero desde pequeño: "Cuando tenía 10 años decidí entrar en la Escuela Taurina de Almería, pero es muy complicado, porque para llegar lejos en el toro, hay que dejar los estudios. Creo que la formación está por delante y no estaba dispuesto a hacerlo. Estudié y con el tiempo decidí volver a esto. Surgió la oportunidad, pero desde el callejón".

El ayudante del mozo de espadas explica la complejidad de llegar alto en el mundo taurino: "Son todo gastos. Las empresas no arriesgan. Se necesita mucha gente detrás. Esto está hecho para tres o cuatro".

La trayectoria de López Reche comenzó en la Escuela Taurina de Almería durante cinco años aproximadamente, pero no acabó ahí: "Me aparté un poco del toro, pero a los 20 años entré en la Escuela Taurina de Ronda donde estuve cerca de tres años".

El inicio como mozo de espadas fue por casualidad. "Un novillero me pidió que le acompañara y me gustó ese mundo. Me sentí atraído por el traje de luces. A partir de ese momento me hice profesional en enero del 2006", afirma López Reche.

El ayuda recuerda cómo surgió la oportunidad de trabajar con El Fandi: "la lotería toca una vez en la vida. He estado con toreros humildes. Me llamaron de casualidad en las primeras corridas, encajé en la cuadrilla muy bien y para el año que viene podré repetir otra vez. El mozo de espadas y yo nos repartimos el trabajo".

La gira por España de 2008 de El Fandi ha sido dura en lo referido al trabajo: "Contamos 111 corridas de toros y siete festivales benéficos".

El ayuda enumera las funciones de las que se encarga: "Realizo el contrato con la empresa, organizar el viaje, reserva de hoteles, comida, organización de las habitaciones para la cuadrilla, vestir con el mozo de espadas al torero. En la plaza, estar atento al torero y al mozo de espadas. Hay que interpretar cualquier gesto para lo que vaya a pedir el matador. Después, hay que limpiar el traje, los capotes, las muletas... que están llenas de sangre".

La complicidad con el torero, para López Reche, tiene que tener un límite: "Intento mantener las distancias porque no dejo de ser uno más de la cuadrilla y él es una figura del toreo, aunque cada vez tengo más confianza. La primera vez que fui con él no podía mirarlo a la cara porque me impresionaba muchísimo. ¡Es tan difícil llegar ahí arriba!".

Para el ayudante del mozo de espadas, "los matadores son personas muy humildes". El día de la corrida siente nervios por algunas razones: "Principalmente, cuando no se conoce mucho la plaza y por si hay algo que te piden que no tienes".