Crítica literaria
Francisco Bautista Toledo
La Unión
de menú
Cuando una zona como la más occidental de Teatinos se llena de pizzerías y bares de tapas, el restaurante normal parece un establecimiento no invitado; extraño en ese hábitat en el que se ha convertido el distrito donde se encuentran la mayoría de las facultades de la Universidad de Málaga. Sin embargo, el movimiento de personas que el Hospital Clínico tiene, hace que en la calle Demóstenes haya sitios distintos para comer a los que la barriada de El Romeral suele ofrecer. El restaurante La Esquinita hace honor a su nombre al situarse en el cruce de esta calle con Antígona, y desde hace tres años les soluciona el desayuno, el almuerzo y la cena a médicos, enfermeros y pacientes del centro sanitario.
De domingo a viernes, Benjamín Vela ofrece un amplio menú a ocho euros en el que el comensal tiene para elegir entre cinco primeros platos y siete segundos, además de la bebida, el pan y el postre. Lo que más demanda tiene en el menú es la paella y los pescados frescos, que son siempre las recomendaciones de la casa y no faltan ningún día en el restaurante. "El perfil de cliente normal para nosotros es la gente del hospital", dice convencido Vela, que pese a regentar La Esquinita desde hace tres años, ha trabajado quince en la misma zona y sabe cómo funciona .
"Los mejores días son los domingos, porque nos quedamos abiertos sólo tres bares en la zona, y los lunes, ya que es día de consulta en el hospital", explica el dueño con la experiencia que el tiempo le ha dado.
Vela gestiona el negocio con su pareja, haciendo las veces de camarero junto a otro empleado más, a los que hay que sumar a los dos o tres cocineros que en un día fuerte como puede ser hoy, hacen un gran esfuerzo por afrontar la demanda de los menús.
Junto a esta clientela que proviene del hospital, La Esquinita tiene otra "más habitual, que suele venir los domingos con sus familias" y que ya se han hecho fijos en el restaurante, en parte por la costumbre, y en parte por llevar tantos años conviviendo con Vela en su anterior establecimiento.
En su menú, el consumidor tiene para elegir en sus primeros platos la comida caliente, como pueden ser los callos o la paella, o algo más fresco, como una ensalada mixta o tropical. Entre sus segundos, la variedad aumenta y el pescado fresco como los calamares o los boquerones, y la carne como el magro con tomate o las albóndigas son las protagonistas de la carta. Todo esto en raciones bastantes generosas y alejadas de las tapas que ponen en la barra junto a las cañas de cerveza.
Para finalizar el almuerzo, el comensal puede elegir entre una variedad de postres caseros como son los flanes, las natillas o el arroz con leche, aunque ahora en verano se estila más el comerse un helado para refrescar el cuerpo.
Vela, además de estos menús, ofrece también la posibilidad de elegir entre sus tapas o sus platos combinados a 5,95 euros con bebida y pan, para los que no queden muy convencidos por el menú. Incluso entra en el terreno de los camperos y los perritos calientes, sobre todo para las noches, donde la comida se puede llevar al hospital.
La Esquinita se ha convertido en un restaurante todoterreno que destaca por un menú variado y por el tránsito continuado de médicos, enfermeros y pacientes que ve en el local de Benjamín Vela un sitio donde poder comer con regularidad sin caer en la repetición y por un precio asequible.
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