Amenaza con un hacha a guardias civiles en Roquetas y acaba reducido con una táser
JUCIL alerta de que la provincia sufre casi un ataque semanal a sus agentes y reclama más efectivos y medios
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La mañana de este jueves ha vuelto a poner a prueba la capacidad de respuesta de la Guardia Civil en Roquetas de Mar. Un vecino, visiblemente alterado, ha sido detenido tras amenazar con un hacha a varios agentes que acudieron a su domicilio alertados por otros residentes del edificio.
Según fuentes próximas al caso, el episodio comenzó cuando un hombre comenzó a golpear puertas con una pala, cortó el suministro de agua y destrozó un buzón comunitario. Preocupados, los vecinos llamaron de inmediato al cuartel.
Cuando la patrulla llegó, el sospechoso estaba dentro de su vivienda, muy exaltado, agresivo y pronunciando incoherencias. Desde el interior golpeaba con fuerza un objeto contundente. Los agentes intentaron calmarlo y convencerlo para que abriera la puerta, pero se negó y les lanzó amenazas explícitas: dijo que saldría “para matarlos” y “llevarlos al cementerio”, mientras golpeaba la puerta con lo que parecía ser un hacha.
Ante el riesgo para vecinos y agentes, la Guardia Civil prolongó la negociación, pero en un momento dado el hombre abrió la puerta y se abalanzó sobre ellos con el arma en la mano. La reacción fue inmediata: los guardias usaron una pistola eléctrica incapacitante (táser) para neutralizar la agresión.
El detenido, acusado de un presunto delito de atentado contra agente de la autoridad, fue trasladado a dependencias policiales. En el registro superficial se le incautaron el hacha y otras armas blancas que portaba.
Preocupación en JUCIL
La asociación profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) ha denunciado que este suceso no es un hecho aislado: la provincia de Almería registra casi un ataque semanal a agentes del cuerpo. Consideran que esta violencia demuestra un deterioro del principio de autoridad y que el Gobierno debe actuar con urgencia.
Entre sus reclamaciones está que la Guardia Civil sea reconocida como profesión de riesgo, ya que —subrayan— sus efectivos se enfrentan a diario a delincuencia violenta, bandas organizadas, narcotráfico y situaciones de alta peligrosidad.
Además, JUCIL pide reforzar la plantilla en Roquetas de Mar, segundo municipio más poblado de la provincia, que supera los 110.000 habitantes y donde aseguran que la criminalidad ha aumentado, en especial los robos con violencia y el tráfico de drogas. “La presión es insostenible”, advierten, y la falta de medios humanos y materiales “compromete la seguridad ciudadana y la integridad de los agentes”.
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