Una asociación vecinal de Almería pide que se prohíba fumar y vapear en las terrazas de bares
Más de 8.000 andaluces fallecen por patologías como el tabaquismo y el 90% de personas andaluzas están expuestas al humo pasivo
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La Asociación de Vecinos Bastetania ha dirigido una carta formal a la ministra de Sanidad, Mónica García, para solicitar una reforma inmediata y sin excepciones de la Ley Antitabaco. En concreto, reclaman que se prohíba fumar y vapear en las terrazas de hostelería, tanto abiertas como cerradas. Una propuesta que nace del creciente hartazgo entre los ciudadanos que, aseguran, no pueden disfrutar de un café, una comida o una conversación al aire libre sin exponerse al humo del tabaco o a los aerosoles de los nuevos dispositivos de nicotina. “Estamos hartos de que fumar se siga viendo como un derecho por encima del de respirar aire limpio”, denuncian desde la asociación, que canaliza el malestar de muchos almerienses que se sienten desplazados de los espacios públicos de ocio por la presencia constante del humo. Una situación que, además de molesta, consideran alarmante desde el punto de vista de la salud pública.
Según datos de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, Almería es la provincia andaluza con mayor número de fumadores, lo que tiene un claro impacto en las tasas de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y varios tipos de cáncer. Cada año, más de 8.000 personas mueren en Andalucía por patologías relacionadas con el tabaquismo, y el 90% de los andaluces sigue estando expuesto al humo pasivo, a pesar de las restricciones legales existentes. Desde Bastetania critican que la actual normativa es ambigua y llena de vacíos legales. Las excepciones permiten que se siga fumando en terrazas cerradas con toldos o techados laterales, a pesar de que la ley lo prohíbe expresamente.
Este tipo de situaciones generan confusión entre clientes, trabajadores y propietarios y dificultan el cumplimiento de una ley que, aseguran, debería ser tan clara y contundente como la que en 2010 vetó el tabaco en el interior de bares y restaurantes. “Lo que necesitamos ahora es un paso más. Una ley sin resquicios que permita a la ciudadanía defender su derecho a respirar aire limpio”, señalan. Además de proteger la salud de clientes y empleados, la asociación argumenta que convertir las terrazas en espacios 100% libres de humo contribuiría a desnormalizar el consumo de tabaco, sobre todo entre jóvenes y menores, reforzando el mensaje de que fumar ya no forma parte de lo cotidiano ni del ocio responsable.
Asimismo, esta medida beneficiaría a quienes intentan dejar de fumar, aproximadamente el 70% de los fumadores, según estudios, ya que la mayoría de cigarrillos que se consumen se hacen en situaciones sociales. Por otro lado, subrayan el impacto ambiental que generan las colillas abandonadas, un residuo altamente contaminante que ensucia el suelo de las terrazas y que, de eliminarse, reduciría notablemente los costes de limpieza para los establecimientos hosteleros.
Mientras tanto, en otras ciudades europeas como Nueva York, Estocolmo o París ya se han implementado restricciones similares con gran aceptación social. En Francia, una reciente encuesta reveló que el 73 % de la población estaría a favor de que las terrazas fuesen espacios sin humo ni aerosoles. Frente a esta corriente de cambio, sorprenden las declaraciones del presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel, quien restó importancia al problema al señalar que “las terrazas son espacios al aire libre donde no hay conflictos entre fumadores y no fumadores”.
Desde Bastetania no han dudado en responderle con dureza, asegurando que “sus palabras carecen de fundamento. Mientras él está en su chalet en la sierra, muchos trabajadores mal pagados respiran humo ocho horas al día, generando beneficios para empresarios hosteleros a costa de su salud”. Por todo ello, desde la asociación vecinal Bastetania instan a la ministra de Sanidad a actuar con urgencia y sin medias tintas, impulsando una nueva ley que convierta las terrazas en espacios libres de humo y vapores. “Sabemos que una reforma valiente no va a espantar a nadie de los bares. En 2010 ya se demostró que la ciudadanía respondió bien. Hoy no pedimos otra cosa que sentido común, salud y respeto”, concluyen.
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