Las aulas vuelven a la vida en el CEIP San Valentín, refugiado en el Juan Ramón Jiménez
Educación
La comunidad educativa afronta con “ilusión” y “fuerza” el primer día del nuevo curso y ya son cuatro los años que llevan reubicados en otro centro escolar al que van en autobús
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Volver a las aulas es mucho más que retomar rutinas. Es, en realidad, volver a un espacio en el que se ensaya la vida, donde una pequeña sociedad es el vehículo para aprender a convivir, a escuchar, a respetar, a compartir. En la escuela, cada gesto de atención del alumnado, de las familias, del profesorado, es una forma de cuidar y de construir futuro. Y así lo entiende la comunidad educativa del CEIP San Valentín de Almería, especialmente su director, Jerónimo José Agüero Alfonso, y el equipo docente que lo acompaña, todos motor de un proyecto no solo educativo sino también social y emocional. Esta última parte “casi más importante incluso que la primera por las características de las familias que conforman el centro, más de 80% de nacionalidades extranjeras, con las dificultades que conlleva, entre otras cuestiones las relacionadas con el idioma”, tal y como ha puesto de manifiesto el director.
Diario de Almería ha sido testigo del primer día del curso escolar 2025-2026 para más de medio centenar de niños y niñas que están matriculados en este centro de la capital, desde Infantil de 3 años hasta 6º de Primaria. Llevan ya cuatro cursos consecutivos refugiados en el CEIP Juan Ramón Jiménez. El último día lectivo del mes de octubre de 2021 tuvieron que salir con lo puesto para alejarse del peligro que suponía estar en un edificio declarado oficialmente en ruinas pero la distancia entre su colegio y el colegio de acogida no ha sido impedimento para asistir cada día a clase con “ilusión y fuerza”, como han señalado a este periódico las familias que a primera hora de la mañana esperaban la llegada del transporte escolar en la puerta del antiguo edificio (que sigue “en estado crítico” y aún en pie a la espera de fecha para su demolición).
Así ha sido el primer día de colegio en el CEIP San Valentín de Almería, en imágenes
El objetivo de los padres y madres, de los docentes e incluso de los propios alumnos para esta nueva aventura no es otro que adquirir nuevos conocimientos, cuantos más mejor, a la par que mantener o lograr estabilidad e inclusión en una ciudad y en una comunidad educativa que para muchos es completamente nueva. Es el caso de Hilary, madre de Matías, que están recién llegados de Colombia y han elegido el CEIP San Valentín “por las buenas referencias” que les han dado. “Otras familias nos han asegurado que es un buen colegio y aquí estamos”, señalaba contenta minutos antes de dejar a su hijo en el autobús.
También son nuevos en el centro los hijos de Atika, una joven completamente integrada ya en la capital desde hace años y cuya familia llega al centro después de haber cursado sus estudios anteriores en el CEIP San Fernando de El Zapillo. “Nos hemos cambiado de colegio porque nos hemos mudado de casa y siempre habíamos escuchado hablar muy bien de este centro”.
¡Pasajeros al bus!
Sobre las 8:40 horas, uno a uno y de forma ordenada, todo el alumnado del San Valentín fue subiendo al autobús que conduce José Miguel Gil desde hace ya cuatro años. Los estudiantes fueron acomodándose en los asientos bajo la supervisión y ayuda (para abrocharse los cinturones) de Eugenia López, la monitora responsable de la ruta escolar, también ya veterana en este particular trayecto. Ambos son parte imprescindible de esta comunidad educativa y son tan queridos, o más, que los propios maestros. Por eso, la bienvenida de ayer no pasó desapercibida. Abrazos, besos y alguna lágrima por la emoción del reencuentro fueron inevitables.
Pero EMOCIÓN en mayúsculas fue la que se vivió en el hall de entrada del CEIP Juan Ramón Jiménez cuando el grupo de niños y niñas del San Valentín cruzó la puerta y allí los estaban esperando todos los docentes que les van a llevar a de la mano durante los próximos nueve meses.
El curso no lo empiezan solo los 73.200 alumnos matriculados en los centros docentes de la provincia de Almeria. También comienza para los maestros y maestras, monitores y demás profesionales que dan forma cada día a la vida del colegio, quienes renuevan su compromiso con la enseñanza y con la sociedad, porque enseñar no es solo transmitir conocimientos: es acompañar, inspirar y sostener.
Así, reagrupados en aulas, por ciclos o según necesidades educativas, los integrantes del CEIP San Valentín comenzaron ayer sus clases conociendo a los nuevos docentes, a nuevos compañeros, estrenando materiales y equipamientos como las pizarras digitales con las que ha dotado la Junta a todas las clases, y con la esperanza de que sea un curso cargado de diversión y aprendizaje.
Lo mejor del día, sin duda, “el reencuentro con los amigos”, como señala Violet, y en esto estaban de acuerdo prácticamente todos los menores a los que Diario de Almería ha tenido la posibilidad de entrevistar.
“Estamos muy contentos con este inicio de curso” asegura el director, quien recalca que “ya llevamos cuatro años de okupas aquí en el CEIP Juan Ramón Jiménez, en el sentido figurado, porque nunca nos hemos sentido como tal, sino como parte integrante del mismo. Desde el minuto uno hemos tenido puertas y ventanas abiertas. Las primeras palabras de la directora fueron para decirnos que aquí no había que pedir permiso para nada porque esta casa era tan nuestra como suya. Esta ha sido la filosofía que hemos ido implantando en el centro y en actividades conjuntas cada vez más habituales, como las efemérides, talleres integrales...”.
Mamen López Beltrán es la directora del CEIP Juan Ramón Jiménez y pone en valor la “hermandad” que hay entre los dos centros. Habla de una circunstancia puntual, la situación del edificio del CEIP San Valentín, que ha trascendido a una oportunidad que ha superado con creces las mejores expectativas. Algo que concibe como “muy positivo” o incluso especial mientras lanza una pregunta al aire “¿Qué centro de la provincia tiene el privilegio de contar con dos directores, dos jefes de estudios...?”.
Pese a que cada año (en estos últimos cuatro) las matriculaciones han ido en descenso en el colegio San Valentín, también siguen llegando alumnos que vienen de otros centros en busca de su secreto: “una atención personalizada”, tal y como desvela Jerónimo, quien trabaja como nadie la faceta humana. Como señala Mamen su homónima el Juan Ramón Jiménez, “ni él mismo se imagina el bien que le hace a las familias y al alumnado. El valor de este colegio es su director y el equipo que tiene al lado. De ahí radica el éxito”.
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