La autopista de Vera a Cartagena tiene una deuda de 560 millones

El parón de las infraestructuras así como las consecuencias de las crisis económica, contabilizan una muesca más a sus consecuencias, en esta ocasión en las autopistas de peaje repartidas por todo el territorio nacional. Según informaron ayer varios medios de comunicación nacionales las nueve concesionarias se encuentran al borde de la quiebra y sus ingresos no llegan ni para cubrir los intereses de la deuda contraída con las entidades financieras que facilitaron su construcción en época de bonanza. El Ministerio de Fomento intenta buscar fórmulas que permitan rescatarlas de la situación de quiebra en la que viven algunas de ellas.

Entre estas se encuentra la autopista de peaje, Cartagena-Vera, que según el diario ElPaís "apenas tiene tráfico, pero mantiene una deuda que alcanza los 561 millones de euros, a los que habría que sumar otros 210 correspondientes al tramo entre Alicante y Cartagena". Según el rotativo, "abrió en 2007 en una zona virgen de la costa en la que el Gobierno de Murcia (por donde transcurre la mayor parte de su recorrido) planeaba la construcción de miles de viviendas que fueron frustradas por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria".

Lo último que se supo fue la consecución por parte de la empresa que explota la autopista, Aucosta, de un acuerdo con las entidades bancarias de un mayor plazo para la refinanciación de su deuda, aunque parece que no ha logrado clarificar su panorama ante la previsión de que sus ingresos no van a aumentar. Una de las empresas que participa en Aucosta es el consorcio formado por la constructora FCC y Bankia, con graves problemas de financiación; también participan Ploder (mayoritaria al 50,7%), Unicaja, BMN y CAM.