El Ayuntamiento, dispuesto a asumir el mantenimiento del parque más grande de Almería

El parque Boticario, el mayor pulmón verde de la capital almeriense, se encuentra aún en un limbo de competencias, si bien quedará resuelto a partir del próximo año cuando el Ayuntamiento de Almería asuma los costes de mantenimiento y conservación de este espacio que ahora está remodelando la Junta de Andalucía.

Las obras, que debían haber finalizado en su totalidad el pasado mes de agosto, afrontan su recta final. El tiempo de trabajos ha sido aprovechado por los Gobiernos andaluz y local para discutir los detalles de un convenio de colaboración, el cual todavía no ha sido firmado pero, según el concejal de Agua, Zonas Verdes y Agricultura, Juanjo Segura, verá pronto estampadas las rúbricas políticas con la idea del Consistorio de asumir las riendas en enero. “No antes”.

El edil ha expresado complicaciones con respecto al Cordel de la Campita, en La Molineta, alegando problemas técnicos al estar afectado este paraje natural por una vía pecuaria.

Ambos espacios son propiedad de la Junta, administración que materializó en marzo un convenio de colaboración el traspaso de competencias para que sea el Ayuntamiento quien gestione estos espacios libres y asuma los gastos de mantenimiento. Una cesión que lleva también varios lustros debatiéndose y que es reclamada por los colectivos vecinales.

Actualmente en obras de renaturalización y acondicionamiento, con una inversión por de 2,5 millones de euros, Almería celebraba la apertura al público de El Boticario en 2005 como el gran pulmón verde de la ciudad. Pero los altos costes de mantenimiento, unidos a las crisis económicas, cambiaron el verdor de sus nueve hectáreas por una paisaje marchito a la par que decaían las cifras de visitantes, que superaban los 100.000 anuales cuando incluso empezaba a no levantar cabeza.

El Cordel de la Campita, la vía pecuaria de La Molineta, también escapaba del olvido en 2023, con una inversión por parte de la Administración andaluza de 338.665 euros con la que se recuperaba este espacio de esparcimiento ciudadano en la naturaleza sin salir de la ciudad. Al Cordel de La Campita, con unas vistas espectaculares, le ocurrió la misma historia que a El Boticario. Fue puesta a punto en 2010 con fondos europeos, con una inversión total de casi un millón de euros, si bien luego no recibía cuidado alguno. Ni siquiera el riego para los árboles plantados en aquella época.