El banco con el mejor interés
Banco de alimentos de almería
La entidad con sede en Roquetas de Mar contribuye decididamente a que 47.000 almerienses coman cada día
Está entre los cinco bancos nacionales que más reparten
Uno entra en las naves con las que el Banco de Alimentos de Almería cuenta en Roquetas de Mar –dos contiguas, de unos 500 metros cuadrados cada una– y no se hace bien a la idea de lo que fueron los orígenes de esta entidad, que contribuye decididamente a que se alimentan a diario 47.000 almerienses. Juan Azorín y su esposa iniciaron la labor solidaria en un garaje. Sintieron la necesidad de ayudar a los necesitados y comenzaron pidiendo a los supermercados las ‘mermas’, productos ya sin venta y próximos a caducar. Después los repartían en una vieja ‘C-15’, especialmente a casas de monjas. Luego comenzaron organizando las primeras recogidas y al poco se sumaron a los primeros bancos de alimentos que surgieron en otras ciudades.
Dos décadas después, aquel bonito proyecto benéfico, casi personal, es un mastodonte solidario que distribuye en torno a 4 millones de kilos de alimentos al año a cerca de 200 asociaciones y colectivos de todo tipo en Almería, figurando en el ‘top 5’ nacional de bancos que más kilos reparten. Y 20 años después, peinando ya los 84, Juan Azorín continúa yendo cada mañana a las oficinas del Banco de Alimentos que preside.
Luis Medina
"Empecé como voluntario uno o dos días a la semana y desde entonces no he parado”
Luis Medina es su mano derecha. Vicepresidente de la entidad y responsable del reparto a las asociaciones y colectivos, que se realiza semanalmente de forma centralizada en las instalaciones de Roquetas de Mar. Él comenzó en esto el día en que escuchó hablar, a través de amigos, de esta entidad, que sólo le sonaba de lejos, y se acercó a conocerla. “Empecé de voluntario uno o dos días a la semana y acabé la semana entera. Al poco me hice patrono del Banco –la aportación económica de los patronos es voluntaria–, luego jefe de logística... y desde entonces no he parado”, subraya.
La ‘Providencia’ llega cada jueves a las Hermanitas
El Banco de Alimentos de Almería no entiende de convicciones religiosas, culturales o identitarias. Toda aquella asociación que cumpla los requisitos legales puede solicitar la ayuda de la entidad, que supera los 180 colectivos a los que asiste. Uno de los más veteranos, pues el propio Juan Azorín comenzó a ayudarlas desde los orígenes, lo constituyen las monjas del ‘Hogar Santa Teresa de Jornet, Hermanitas de Ancianos Desamparados’, una congregación fundada en 1873 y que cuenta con una gran residencia de ancianos en El Alquián, que atiende actualmente a 135 personas. “Para nosotros la aportación que recibimos periódicamente del Banco de Alimentos lo es casi todo, es una gran ayuda para que podamos seguir adelante”, reconoce Sor Manuela, máxima responsable de esta residencia en la que subraya que “cada residente tiene unas circunstancias y unos recursos, y cada cual aporta lo que puede, y si no puede, pues no aporta nada, nosotros los miramos y atendemos por igual”. En el fondo, esta actitud desprendida e igualitaria es también la que rige el funcionamiento del Banco de Alimentos, que suministra comida a colectivos que atienden no ya a cientos de personas, como es el caso de la residencia de ancianos, sino incluso a miles.
La residencia de las ‘Hermanitas’ sale adelante gracias al trabajo de solo seis hermanas, además del personal especializado con el que cuenta la congregación. La media de edad de los residentes es muy elevada, contando la más veterana con 102 años.
Pero la caridad cuesta, claro, y como advierte Sor Manuela “si no fuera por el Banco de Alimentos, recursos que ahora se destinan a personal y a otros muchos gastos habría que destinarlos a la comida, y no se podría sustentar”. Además del Banco, al que acuden cada jueves para recibir fruta o verdura amén del resto de entregas durante el año, la residencia también recibe a diario alimentos procedentes de una conocida firma de supermercados. “Yo siempre digo que nunca debemos dejar de atender a los necesitados por falta de medios, y lo cierto es que siempre la Providencia termina ayudándonos”, resume Sor Manuela.
En la zona del Levante esa ‘providencia’ tiene nombre masculino y origen ecuatoriano. Mario Vázquez está al frente de una asociación con sede en Vera y desde la que se coordina ayuda que va directamente a 1.378 familias. “Eso supone en torno a 5.300 personas que ayudamos directamente en la comarca del Levante”, explica. La asociación se llama Amazonas HUDEA y fue fundada prácticamente a la vez que el propio Banco de Alimentos, en el año 2001. “Para mí ser voluntario es algo muy grande y creo que todo el mundo debería probarlo. Todo el tiempo que tú entregas a recoger, empaquetar, clasificar o repartir alimentos a las familias queda recompensado con la sonrisa de aquellos que la reciben, con su gratitud sincera”, subraya Mario Vázquez, quien reconoce que hay un aspecto de este tipo de voluntariado que le seduce especialmente: “la ayuda que llega a las familias que la necesitan la reciben directamente, sin tener que dar demasiadas vueltas”.
La jubilación marca en este y otros muchos casos el inicio de una etapa que, como reconoce Miguel Nieto, “engancha mucho”. Miguel es voluntario desde hace siete años y chófer ‘titular’ de las dos furgonetas que en su día fueron donadas por una compañía bancaria y un gran supermercado. Nieto se topó con el Banco de Alimentos mientras paseaba, y desde entonces tampoco se ha apartado ni un momento. Reconoce que “muchas veces es mucho el trabajo que nos ‘cargamos’, porque hay que mover muchos kilos, clasificar, repartir... pero lo hacemos con una satisfacción enorme, porque sabemos que estamos ayudando a personas que lo necesitan”, cuenta. “Yo siempre que salgo por la puerta me voy con la sensación de haber hecho los deberes”.
Miguel Nieto
"Siempre que salgo por la puerta me voy con la sensación de haber hecho los deberes”
Miguel reparte solo a colectivos que no pueden desplazarse a Roquetas, como es el caso de monjas de clausura, o cuando tiene que ir a recoger producto donado por alguna empresa, pero la norma es que son los colectivos los que van a por los alimentos a las instalaciones del Banco. “Dos veces a la semana recibimos productos frescos, gracias a lo que nos llega a través de la Junta de Andalucía y de Europa”, explica Luis Medina. Toda esa ayuda se canaliza a través de FESBAL, la federación española de bancos de alimentos, que es el principal suministrador del género, llegado en una importante proporción desde la Unión Europea. Es la solidaridad circular.
Dos veces a la semana reciben productos frescos, frutas y hortalizas que se van repartiendo entre todas las asociaciones beneficiarias. “Nos llegan entre 30 y 35.000 kilos semanalmente”, apuntan. Y tres veces al año reciben cerca de 600.000 kilos a través de FESBAL. “Llegan siete u ocho trailers al día durante varios días”, explica Medina. Es en esos días, y durante las dos grandes recogidas anuales, cuando el trabajo se desborda en el Banco almeriense. Dichas campañas son la ‘Operación Kilo’, en la que participan algunos supermercados, y la ‘Gran Recogida’, en la que colaboran todos. Gracias a ambas este año se han recaudado más de 220.000 kilos en Almería. “En estas campañas necesitamos muchas manos y son las propias asociaciones que luego reciben alimentos las que aportan voluntarios”, explica Luis Medina.
Como media, cada persona atendida por las asociaciones que reciben los alimentos sale a entre 20 y 22 kilos de comida al año. Y a todo este enorme movimiento de kilos se ha de sumar la aportación anual de la empresa que, de largo, más colabora con el Banco almeriense: Hoteles Senator. La cadena que preside Juan Rosell entregó hace solo unas semanas más de 75.000 kilos, recaudados con recursos de la propia empresa, gracias a sus proveedores y por la campaña en la que regala entradas para Oasys Mini Hollywood a cambio de alimentos. “Esos días las naves son un hervidero de gente”, subraya Miguel Nieto.
El Banco recibe con frecuencia a personas que se acercan a intentar pedir comida directamente. “No los podemos ayudar dándoles directamente los alimentos”, explican. Pero sí les ayudan. “Les decimos, según su zona, a qué asociación se pueden dirigir”.
“¿Mi principal satisfacción? sin duda saber que estamos haciendo algo que creo que es bueno, ayudando directamente a las personas, y que realmente llega a quien la necesita”, resume Luis Medina.
Destino para realizar trabajos comunitarios
En el Banco de Alimentos de Almería nunca vienen mal manos que echen un cable, especialmente en las épocas del año en las que se realizan las grandes recogidas o cuando llegan los alimentos de la Unión Europea, tres veces al año. Y con frecuencia parte de esta ayuda humana procede de los Juzgados de Roquetas de Mar, que envía a personas que han de cumplir algún tipo de condena a realizar trabajos comunitarios en la institución benéfica con sede en el mismo municipio. “Algunos tienen que cumplir pocos días, otros varias semanas o incluso meses, y la verdad es que nos ayudan bastante y nunca tenemos problemas con ellos”, aseguran los resposables del Banco de Alimentos.
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