Caen en Almería dos tratantes que captaron a una mujer en Chipre con el método 'lover boy' para prostituirla
La víctima fue liberada tras sufrir agresiones sexuales, control absoluto, amenazas y castigos físicos; uno de los detenidos llegó a planear trasladarla a Inglaterra
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La Policía Nacional ha desarticulado en Almería una estructura de trata de seres humanos que mantenía secuestrada en la práctica a una mujer captada en Chipre mediante el método lover boy. La víctima, trasladada a España bajo falsas promesas de estabilidad y trabajo, acabó sometida a agresiones sexuales, amenazas y un control extremo, hasta que pudo pedir ayuda a unos familiares y activar la intervención policial.
Los investigadores han constatado que los dos detenidos —ya a disposición del Juzgado de Instrucción nº 2 de Almería, que ha enviado a prisión al principal acusado— construyeron una falsa relación afectiva con la que generaron una deuda económica para someterla. Tras su llegada, la mujer fue movida de Málaga a Almería, donde los autores le revelaron que debía prostituirse para saldar esa supuesta deuda.
Según el relato policial, la víctima sufrió un control absoluto:
- obligada a videollamarse desde puntos concretos de la vivienda para demostrar que no escapaba;
- sometida a castigos físicos y vejaciones continuas;
- fotografiada para publicitarla en portales de contacto;
- y humillada con permanentes amenazas.
La presión llegó al extremo cuando el principal sospechoso, al ver que la víctima se negaba a ejercer la prostitución, contactó con terceras personas en Inglaterra con la intención de trasladarla allí y continuar explotándola.
La liberación se produjo cuando la mujer pudo pedir auxilio a unos familiares, que viajaron desde Valencia para acudir de inmediato a una comisaría. Agentes de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana lograron localizarla en Almería, acompañada de uno de los tratantes. Durante su arresto, el hombre amenazó de muerte a los policías. El segundo implicado fue detenido tras un dispositivo de vigilancia.
El operativo, denominado Operación Proserpina, concluye con la desarticulación del grupo y la protección de la víctima, rescatada después de un periodo de explotación sexual y encierro psicológico que la mantenía bajo un control absoluto.
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