La fusión más rara del Universo se capta desde Almería

Astrónomos observan desde Calar Alto la fusión de dos galaxias enanas en un vacío cósmico, un fenómeno extremadamente raro en el Universo

Almería se prepara para vivir el espectáculo del Calar Alto Ride

Fusión de galaxias enanas observada con el instrumento PPAK en el observatorio de Calar Alto.
Fusión de galaxias enanas observada con el instrumento PPAK en el observatorio de Calar Alto. / DDA

En una de las zonas más deshabitadas del Universo, un equipo internacional de astrónomos liderado por la Universidad de Granada ha observado algo muy poco común: la fusión en curso de dos galaxias enanas. El hallazgo se ha producido gracias a los datos obtenidos desde el Observatorio de Calar Alto, en Gérgal (Almería), y supone una ventana inédita al estudio de cómo evolucionan las galaxias más pequeñas en zonas de muy baja densidad cósmica.

Las fusiones de galaxias son procesos fundamentales para entender cómo estas estructuras crecen, se transforman y generan nuevas estrellas. Aunque ya se conocen muchos casos entre galaxias grandes, ver una colisión entre dos galaxias enanas de masa similar y en un entorno tan vacío, como un vacío cósmico, es algo extraordinariamente raro.

Los vacíos cósmicos son zonas del Universo casi desprovistas de galaxias, gas y materia visible. Son los espacios entre los filamentos de la red cósmica y han sido históricamente muy difíciles de estudiar. Por eso, encontrar en uno de ellos una colisión galáctica ofrece un escenario privilegiado para entender cómo evolucionan las galaxias en aislamiento.

Cómo se ha hecho el hallazgo

El equipo del proyecto Cavity (Calar Alto Void Integral-field Treasury surveY) utilizó el instrumento PMAS, un espectrógrafo multifibra instalado en el telescopio de 3,5 metros de Calar Alto, el mayor del continente europeo. Su modo PPAK permitió obtener más de 300 espectros de una sola vez, cubriendo desde el centro de la colisión hasta los bordes exteriores de ambas galaxias.

Cada uno de esos espectros ofrece información detallada sobre la composición química, la edad y la velocidad de la materia, lo que ha permitido reconstruir la historia del encuentro con una precisión sin precedentes.

Señales claras de una fusión violenta

Las observaciones muestran discos gaseosos en rotación, una fuerte emisión de gas ionizado y estructuras arqueadas de polvo cósmico. Todo esto indica que se está produciendo una explosión de formación estelar, típica de las fases más activas en una fusión galáctica. Según los científicos, las dos galaxias progenitoras tienen juntas una masa inferior a la vigésima parte de la Vía Láctea.

Una colisión poco común por múltiples razones

“Esta fusión es inusual en varios aspectos”, señala Bahar Bidaran, autora principal del estudio. “La mayoría de las colisiones galácticas se producen en zonas densamente pobladas o entre galaxias de tamaños muy diferentes. Pero aquí tenemos dos galaxias enanas casi gemelas, solas, en medio de la nada”.

Una posible explicación es que una tercera galaxia enana cercana actuara en el pasado como desencadenante de esta colisión, aunque también podría deberse a las peculiares dinámicas internas del vacío cósmico.

¿Qué más se ha descubierto?

El equipo ha podido medir la masa dinámica de cada una de las galaxias por separado, gracias a que la alineación del sistema respecto a la Tierra es especialmente favorable. También han identificado estructuras de polvo conectadas que podrían haber surgido por frentes de choque. Todo apunta a que ambas galaxias eran del tipo disco con formación estelar activa, algo típico en los vacíos.

Por qué es tan importante este descubrimiento

Este sistema ofrece una oportunidad única para estudiar cómo se comportan las galaxias más pequeñas cuando no están influenciadas por grandes estructuras. “Es una clave para entender cómo se forman las estrellas y cómo evolucionan las galaxias en zonas casi desiertas del cosmos”, afirma Rubén García-Benito, del IAA-CSIC y responsable del análisis de los datos.

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