CEIP San Valentín, una historia de “superación y esperanza”

La comunidad educativa salió “con lo puesto” y hoy sigue reubicada en otro colegio de la capital, el CEIP Juan Ramón Jiménez, que le “abrió sus puertas y la abrazó”

El Colegio San Valentín de la capital cierra por riesgo de derrumbe

Alumnado del CEIP San Valentín de la capital en el patio del colegio que tuvo que ser cerrado tras declararse la estructura del edificio en ruinas. / Diario de Almería
Jerónimo José Agüero Alfonso
- Director del CEIP San Valentín de Almería

Almería, 01 de junio 2025 - 06:00

Han sido cuatro años, pero hemos vivido tantas experiencias que no las hubiéramos podido imaginar.

Los comienzos nunca son fáciles, este tampoco iba a ser una excepción y con la pandemia de la COVID-19 comenzaron los retos... En esta etapa se nos exigió reinventarnos, a enseñar sin tocar o cuidar sin abrazar. Todo cambió, enseñábamos a través de una pantalla, teníamos aulas confinadas, el miedo de las vacunas... Pero nunca, nunca dejamos de ser una comunidad, un colegio que apostaba por no dejar a nadie atrás. Parecía que nunca íbamos a recuperar la normalidad, pero poco a poco aprendimos a surfear sobre las olas, hasta que el mar volvió a la calma. Al final este virus lo paramos todos unidos. Vivir es eso, compartir alegrías hacer frente a las adversidades, y la mejor manera de avanzar y conseguirlo es en comunidad. Pese a un reto tan complejo como fue este, nunca dejamos de ser colegio, nunca dejamos de ser una fabulosa comunidad.

“Seguimos enfrentando retos importantes..., soñando; lo importante es quiénes somos”

Y cuando ya casi estábamos volviendo a la normalidad, “la nueva normalidad”, la vida nos deparaba otro giro de guión. Y es que el sustento más importante de nuestro centro, los pilares del CEIP San Valentín, estaban en una situación crítica, y nos exigía abandonar el centro de un día para otro, con lo puesto. Recogimos lo realmente importante, los niños y niñas, nuestros sueños, la ilusión y emprendimos un nuevo viaje.

Nuestra comunidad educativa volvió a ser un ejemplo para darlo todo, las familias atendiendo al alumnado en sus casas, el profesorado volviendo a las pantallas, nos convertimos en peones de mudanzas..., y pese a estar extenuados preparamos una cálida bienvenida a nuestro alumnado, eso sí, en las instalaciones de un nuevo centro, el CEIP Juan Ramón Jiménez.

Los compañeros y compañeras del CEIP Juan Ramón Jiménez nos abrieron sus puertas, nos dieron abrazos, las llaves de su centro..., su generosidad fue inmensa. Seguimos enfrentándonos a retos importantes que afectan a nuestra propia supervivencia como comunidad, ha habido una reducción importante de alumnado fruto de la distancia a nuestro entorno, el uso de transporte escolar, y como no, la natalidad, pero también hemos aprendido que tenemos que seguir soñando, que lo importante no es cuántos somos, sino quiénes somos.

“Queremos ser testigos de más cambios y ver a nuestro colegio de la Vega de Acá”

Estos años no han sido solo momentos malos, tenemos ese orgullo, esa suerte de haber sido testigos, de cómo alumnado con problemas graves, han tenido en nuestro centro la oportunidad que esperaban, y cuando ellos y sus familias creían que todas las oportunidades estaban agotadas este centro ha servido de trampolín, de impulso para volar, ya sin nuestro apoyo.

Han sido escuchados, acompañados y les hemos hecho ver que el futuro no es algo tan lejano. “Todo irá bien”, como decíamos en la etapa COVID, es lo primero que le transmitimos a sus familiares después de haber tenido que hacer tantas paradas educativas.

Como cantaba Quique González, aunque muchas veces no se vea desde fuera, dentro de estas aulas inventamos futuros cada día. Y aunque los últimos tiempos hayan estado lleno de sobresaltos, también han estado llenos de valentía, profesionalidad y mucho, muchísimo amor.

Queremos ser testigos de más cambios, queremos mirar al horizonte con ilusión, ver a nuestro colegio de la Vega de Acá como algo cercano. Ese edificio moderno será un reflejo de tantas historias, vivencias y sueños que hemos compartido juntas y juntos, que hemos compartido en comunidad.

Mientras tanto... seguiremos haciendo lo que más nos gusta, hacer magia, hacer castillos con cartón, (las profesoras de infantil saben mucho de ello), y transformar pasillos compartidos en territorio propio. Porque el profesorado del CEIP San Valentín, el profesorado que compartimos ambos centros (san Valentín y Juan Ramón Jiménez) son puros magos y magas. Magia es la frase que todavía resuena de Mamen “no pienses que esta es nuestra casa, es la vuestra”, o magia es lo que hizo Pilar, que llenó de amor cada proyecto, cada rincón consiguiendo un viaje de estudios casi gratuito para todo nuestro alumnado que no podía permitirse una aventura en Cazorla.

Magia también es el presente, con Mar, co-capitana de este proyecto, generadora y especialista en cambiar problemas por sonrisas, en cuidar de nuestra gestión y ser un impulso de cambio.

Familias, profesorado alumnado han sido ese ingrediente que toda buena magia necesita. Y cuando hablamos de magia tampoco podemos dejar fuera a quienes no comparten centro con nosotros, ellas y ellos están en despachos y en otros ámbitos, pero que también han sabido soñar con nosotros. El Delegado de Educación con esa esperanza de que nuestro nuevo centro es algo ya en marcha, aunque sea en el papel. Y cómo no, todas las personas que pertenecen a Planificación Educativa que ponen sensibilidad en cada cálculo, en cada decisión. Han ido muchísimo más allá de escucharnos, sino que han tratado en cada momento de entendernos y ayudar a que este centro siga vivo. Su magia radica en transformar obstáculos en caminos posibles. Gracias por vuestras palabras de cariño, vuestra amabilidad, por tantísimos gestos con tantas necesidades. Gracias también al Agencia Pública Andaluza de Educación (APAE).

Gracias a ellas y ellos, y a tantas otras personas, hemos convertido pasillos prestados en lugares con alma. Porque no hacen falta muros nuevos para crear hogar, hacen falta personas que crean en lo que hacen. Y para quienes han compartido este viaje, ya sabéis: algún día miraremos atrás y diremos con una sonrisa ¿Te acuerdas de cuando todo parecía imposible… y lo hicimos posible?”

Gracias. Por estar, por creer, por seguir.

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