La 'cibercriminalidad' se incrementa y se triplican los fraudes en internet

Muchos ilícitos se hacen bajo el amparo de la llamada Deep Web

Bajan por otro lado los asesinatos y homicidios entre 2010 y 2015

Muchos de los delitos se cometen en Internet y a través de las redes sociales. / D.A.
M.M.

05 de junio 2017 - 02:37

Los tiempos cambian, las nuevas tecnologías están cada vez más presentes en las vidas de los ciudadanos y los delincuentes se aprovechan de ellos para buscar nuevas formas de cometer sus tropelías. Buena prueba de ello es que en la provincia almeriense los hechos conocidos de infracciones penales relacionadas con la cibercriminalidad pasaron de las 571 de 2011 a las 832 de 2015, según los datos del Ministerio del Interior.

Dentro de este tipo de hechos delictivos, los que más aumentan son aquellos ligados al fraude informático. En 2011 se registraron 248 casos, en 2012 ya eran 272, un año más tarde 334, en 2014 fueron 373 y en 2015 un total de 447. Casos por ompras en páginas de segunda mano de productos que nunga llegan, uso fraudulento de tarjetas, etc. En Almería, según revelaron los responsables del Grupo VI de la Policía Judicial de la Comisaría de Almería a Diario de Almería, lo que más se da es el uso fraudulento de tarjetas, siendo muchas las personas que denuncian a su vez que alguien ha realizado un cargo no autorizado en su cuenta. En este tipo de delitos el autor material no tiene por qué estar en la misma provincia que el perjudicado, sino que "puede estar en cualquier otra parte".

También crecen los delitos contra el patrimonio como hurtos y robos en viviendas

En la Deep Web -el contenido de Internet que no es indexado por los motores de búsqueda convencionales debido a diversos factores- hay páginas o enlaces en los que se venden numeraciones de tarjetas. Puede que haya mil numeraciones sólo funcione el diez por ciento, pero ahí están. Hay gente que las obtiene y las vende para su uso fraudulento. No se trata de que se pague en un comercio y se apropien ahí de las claves, muchas veces se actúa desde el extranjero. No sólo pasa con los datos bancarios, también con cuentas de todo tipo.

En la cibercriminalidad se incluyen otras actividades ilícitas como el acceso e interceptación ilícita, que pasaron de las 17 de 2011 a las 30 de 2015; las amenazas y coacciones, que han ido a la baja en este periodo, de 233 a 211; contra el honor, que se mantienen -32 en 2011 y 33 en 2015-; contra la propiedad industrial o intelectual - 4 en 2011 frente a los 3 de 2015 -; los delitos sexuales, que aumentan, pasando de los 9 de 2011 a los 19 de 2015; las falsificaciones informáticas, de 22 a 72 en los últimos años, etc.

Entres los delitos sexuales se encuentran asimismo los relativos a la pornografía infantil, tal vez los más escandalosos. En estos casos, los que más entienden, utilizan normalmente la Deep Web, donde crean grupos específicos para pedófilos y en los que es muy difícil introducirse porque tienen muchas medidas de seguridad. Suelen hacer muchas preguntas y si no reciben "material", tampoco lo envían ellos. Aunque no todos actúan con tanto secretismo. Incluso los hay que comparten fotos o material pedófilo a través de redes sociales como Facebook o Twitter, pero en cuanto hay constancia es fácil denunciar al usuario para dar de baja la cuenta. "El uso de una aplicación va evolucionando, cada vez intentan afinar para tener más privacidad a la hora de compartir y que no se les pueda localizar", aseguraron desde la Policía Nacional en su día.

Todo ello sin olvidar delitos tan de actualidad como el acoso y el ciberbullying con publicaciones que normalmente se hacen a través de perfiles falsos.

En lo que se refiere a detenidos e investigados por estos delitos, en 2015 -último dato incluido en la estadística del Ministerio del Interior-, hubo 12 detenidos con una edad comprendida entre los 14 y los 17 años; 26 en el tramo de los 18 a los 25 años; 57 en el de los 26 a 40 años; 27 en el de los 41 a los 50 años, 7 en el de los 51 a 65 años y uno en el de los mayores de 65. En total hubo 15 detenidos o investigados por delitos sexuales en la red, 52 por amenazas y coacciones y 30 por fraude informático, entre otros.

Pero la cibercriminalidad no es la única que aumenta. Según los datos consultados por este periódico, los delitos contra las personas se duplicaron entre 2010 y 2015. De 1.324 pasaron a ser 2.621, aunque lo más llamativo es que el salto cuantitativo se dio prácticamente en un año, pues en 2011 ya eran 2.380. Las lesiones son uno de los tipos de delitos más comunes de este grupo, sumando en 2015 un conjunto de 1.125 -cuando en 2010 apenas eran 308-. Afortunadamente los homicidios dolosos o asesinatos consumados han decrecido de los 18 de 2010 a los 12 de 2015, descendso que también se da en los no consumados, 38 en 2010 frente a los 24 de cinco años más tarde.

Por desgracia los malos tratos en el ámbito familiar suben de los 943 a los 1.121 en este periodo. A éstos habría que sumar los malos tratos habituales en el ámbito familiar, incluidos en el bloque de delitos contra la libertad, 285 en 2010 que en 2015 se convirtieron en 307. Llama la atención poderosamente que el resto de delitos contra la libertad prácticamente se hayan duplicado en esta franja temporal, pasando de 255 a 578.

En los delitos contra la libertad sexual se encuentran las agresiones sexuales, las agresiones sexuales con penetración, la corrupción de menores o incapacitados, la pornografía de menores y otros que atentan a la indemnidad sexual, que en 2015 fueron, respectivamente, 27, 17, 7, 8 y 63. Llegados a este punto, y centrándose en la pornografía infantil, cabe recordar que la Policía Nacional afirmó a este periódico que "los que más entienden, utilizan normalmente la Deep Web, donde crean grupos específicos para pedófilos y en los que es muy difícil introducirse porque tienen muchas medidas de seguridad. Suelen hacer muchas preguntas y si no envías material, tampoco te lo envían ellos; si ven que no les responden te echan". "Como eso no está regulado, es muy difícil encontrar la ubicación de estas personas", apostillaron.

No obstante, no todos actúan con tanto secretismo. Incluso los hay que "comparten fotos o material pedófilo a través de redes sociales como Facebook o Twitter, pero en cuanto hay constancia de eso el usuario se denuncia y se da de baja al usuario. El uso de una aplicación va evolucionando, cada vez intentan afinar para tener más privacidad a la hora de compartir y que no se les pueda localizar", mantuvieron desde este cuerpo policial, aclarando que en lo relativo a la pornografía infantil "básicamente todo está penado. La posesión, la distribución, la tenencia... Casi todo lo que nos entra es porque alguien está compartiendo material. En Almería no hemos tenido un productor de este tipo de vídeo, es todo compartir material. Depende de con qué se lo baje, si se lo baja con el eMule, el fichero se divide en muchos pedacitos pero una vez que te bajes ese pedacito lo estás compartiendo con los demás usuarios", apuntaron.

Regresando a otros tipos de delitos, aquellos contra el patrimonio también han crecido: lo hacen los hurtos, que se multiplican por tres y casi se cuadriplican, aunque curiosamente bajan los robos con fueza en las cosas, en el interior de vehículos y en establecimientos, aumentando en el interior de viviendas.

Radiografía delincuencial en el último trimestre

Según los datos del Ministerio del Interior de enero a marzo de de 2017 se han registrado dos homicidios dolosos oasesinatos consumados (un 50% menos que en el mismo periodo de 2016); 5 en tentativa (+66,7%), 70 delitos graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria (-16,7%); ningún caso de secuestro (en 2016 tampoco hubo); 57 delitos contra la libertad y la indemnidad sexual (+35,7%), 2 agresiones sexuales con penetración (-60%), 115 robos con violencia e intimidación (-29,40%), 829 robos con fuerza en domicilios, establecimientos y otras instalaciones (-11,2%), 1753 hurtos (-6,9%), 148 sustracciones de vehículos (-22,1%), y 54 casos de tráfico de drogas (+25,6%). Por desgracia, en esta estadística trimestral no se incluyen los delitos de la cibercriminalidad, por lo que no es posible hacerse una idea de los posibles aumentos o descensos en los mismos.

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