Cinco días en Torrecárdenas con la pierna rota, sin operar, “porque no hay quirófanos”

Denuncia

El paciente y su familia presentan una queja y dan 30 días al hospital para dar una contestación a lo que consideran “un abandono asistencial”

Los médicos se sienten “atacados” y preparan cuatro días de huelga y manifestaciones en Almería

Hospital Universitario Torrecárdenas, hospital de referencia de la provincia de Almería donde han ocurrido los hechos.
Hospital Universitario Torrecárdenas, hospital de referencia de la provincia de Almería donde han ocurrido los hechos. / Redacción

Un vecino de Almería ha decidido alzar la voz públicamente, presentar una reclamación formal y difundir lo que considera “un episodio lamentable e inaudito” al que ningún ciudadano debería confrontarse. Tras sufrir una doble fractura de tibia y peroné el pasado día 19 de noviembre y ser trasladado a Torrecárdenas para una intervención urgente, permaneció cinco días ingresado, inmovilizado y sin una fecha de cirugía. Señala que estuvo en una situación que califica de “absoluto abandono asistencial” y que “retrata un problema mucho más grave, como es la incapacidad de la gestión hospitalaria para garantizar una atención eficaz, eficiente, que responda al derecho esencial de un paciente.

Tal y como la familia ha relatado a Diario de Almería, la caída se produjo en la vía pública tras pisar un objeto en la acera. El diagnóstico inicial no dejaba lugar a dudas y la lesión requería una intervención rápida para evitar complicaciones. Se decidió su ingreso urgente en el Hospital Universitario Torrecárdenas, centro de referencia de la provincia. Lo que debía haber sido una operación prioritaria, derivó, sin embargo, en un periodo que el paciente describe como “cinco días de incertidumbre, dolor, desinformación y cancelaciones inexplicables”.

A su llegada al hospital comenzó una espera que pronto evidenció, según relata, la “falta de organización interna”. Describe que días completos sin una sola visita médica y otros en los que permaneció en ayunas ante una intervención que más tarde se cancelaba sin explicación clara. El hospital reconocía la falta de quirófanos disponibles, pero tampoco ofrecía alternativas ni previsiones mínimas. El afectado asegura que nadie fue capaz de darle una fecha, un compromiso ni una orientación sobre cuándo podría operarse. La respuesta más repetida, según su testimonio, era que “no había disponibilidad” y que “no podían programarlo”, una situación que se prolongó sin cambios durante prácticamente toda su estancia.

A pesar de la frustración acumulada, el paciente insiste en deslindar responsabilidades. Reitera que la humanidad y profesionalidad del personal sanitario (auxiliares, enfermeras, técnicos e incluso los médicos que lo atendieron puntualmente) fueron impecables. “El problema no está en quienes trabajan junto al paciente, sino en la gestión, la organización y la dirección. Lo que falla es la gestión gerencial del Hospital Torrecárdenas, no las personas”, afirma con rotundidad. Considera que la dirección del centro se muestra “incapaz” de dar respuesta a situaciones que deberían estar protocolizadas y que, en su caso, la descoordinación volvió imposible algo tan básico como programar una operación no vital pero sí urgente.

El lunes 24 de noviembre, cinco días después de su ingreso, creyó por fin vislumbrar una solución. Se le indicó que sería intervenido durante la jornada y se le volvió a ordenar el ayuno habitual antes de pasar a quirófano. Sin embargo, a primera hora de la tarde recibió la comunicación definitiva: no existían medios disponibles, no había posibilidad de ubicarlo en el quirófano y tampoco podían ofrecerle una fecha estimada, ni dentro de la semana ni en días posteriores. A partir de ese momento entendió, según explica, que su situación no iba a resolverse en un plazo razonable.

La decisión que tomó entonces fue tan inevitable como dolorosa: solicitó el alta voluntaria para dirigirse a un centro privado. El contraste asistencial, asegura, fue “tan evidente como indignante”. Su intervención se concluyó en menos de tres horas desde su llegada, un plazo que, en sus palabras, deja al descubierto una realidad incómoda. “Lo que en la privada se resolvió en apenas unas horas, Torrecárdenas no supo, o no quiso resolverlo en cinco días completos, y muchos más. No es aceptable. No es normal. Y desde luego no es digno de un hospital universitario que debe ser referencia en Almería y Andalucía”.

El paciente considera que su caso no constituye una excepción, sino la manifestación visible de un problema estructural. Asegura haber escuchado quejas similares de otros pacientes y comentarios de profesionales que reconocen un atasco crónico en la disponibilidad de quirófanos, una saturación que impide programaciones básicas y un modelo organizativo que, según su experiencia, no está en condiciones de ofrecer respuestas ágiles en traumatología urgente. “Lo peor no fue el dolor. Lo peor fue sentir que el sistema estaba completamente paralizado y que mi situación no tenía salida”, señala.

Exige una investigación

Tras abandonar el hospital, ha presentado una reclamación en la que exige una investigación interna, la identificación de responsabilidades y la adopción de medidas urgentes que garanticen que un caso así no vuelva a suceder. Ha otorgado al centro un plazo de treinta días para responder y, si la contestación no ofrece garantías suficientes, avanzará por la vía legal. “Esto no puede quedar impune. Cinco días con la pierna rota sin ser operado no es un retraso: es un abandono y un fracaso asistencial. Es necesario depurar responsabilidades para desbloquear lo que se admite y normaliza como una situación endémica con el objeto de que no se repitan estos atropellos”.

El caso, que ya genera debate en entornos sanitarios, plantea una pregunta que el propio afectado considera clave y que dirige a quienes gestionan la sanidad pública en Almería: ¿cómo es posible que un paciente quede inmovilizado cinco días sin solución en un hospital como Torrecárdenas, mientras un pequeño hospital con gestión privada resuelve la misma intervención en menos de cinco horas? La respuesta, afirma, no solo afecta a su experiencia personal, sino a la confianza general en un sistema que debería garantizar que ningún ciudadano quede atrapado en el limbo asistencial que él ha vivido.

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